La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

30 de septiembre de 2012

Decía el Emperador Adriano en su carta a Marco Antonio (refiriéndose a Trajano) que "mucho nos cuesta percibir y reconocer la verdadera grandeza entre quienes coinciden con nosotros en la época y el camino". Esos héroes relativamente comunes que ha retratado Carlos Oteyza me hicieron pensar en los héroes de todos los días, en los de nuestro tiempo, en los que han sacrificado lo más valioso que tienen, a fin de cuentas sus días y su tiempo, para mantener viva esa llama que nos alumbre mientras damos nuestra particular resistencia, nuestro esfuerzo por evitar deslizarnos hacia nuevos tiempos de oscuridad.


Sobre "Tiempos de dictadura"

Los héroes comunes retratados por Carlos Oteyza me hicieron pensar en los de todos los días

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MIGUEL ÁNGEL SANTOS |  EL UNIVERSAL
domingo 9 de septiembre de 2012  12:00 AM
Alguna vez escuché a Antonio Cova, en los días aciagos que siguieron al referéndum revocatorio de agosto 2004, resaltar las virtudes del venezolano para la resistencia y la lucha, tomando como ejemplo a los héroes de nuestra independencia. Que si somos herederos de quienes recorrieron grandes distancias a caballo con muy pocas certezas, que si lo hicieron ya no por la libertad propia sino por la de nuestros hermanos, que si por esa noble causa pasaron hambre y frío, atravesando la cordillera pobremente equipados. Recuerdo que fue en un foro en un hotel de Puerto La Cruz y también que esa tarde llovía a cántaros. Estos últimos detalles, relativamente irrelevantes, han quedado anclados en mi memoria por otra sensación, esa sí, mucho más duradera. Aquella referencia me ha resultado siempre ajena. Desde un punto de vista puramente conceptual es evidente que la gesta merece atención y a algunos les podría resultar hasta inspiradora. Pero, en mi caso, no viene asociada a ningún sentimiento de pertenencia o proximidad, al menos no más allá de los que evocarían San Martín o el mismísimo Mahatma Gandhi. 

Esa es una sensación que contrasta con el espíritu de resistencia y la inspiración que destila la película documental "Tiempos de dictadura" de Carlos Oteyza. Tengo que reconocer que al menos una fracción de esta divergencia se debe a un hecho cosmético-situacional: Los héroes de "Tiempos de dictadura"no huelen a pulpa de papel, no andaban a caballo ni exhibían patillas, ni portaban uniformes afrancesados. Más aún, algunos de ellos están detrás de mí en la cola de la entrada del cine, o más allá, en la de las cotufas, e inclusive en las butacas de unas filas más adelante ya dentro de la sala. Ahí está Isabel Carmona, luchadora política presa durante la dictadura de Pérez Jiménez, que dio a luz en la cárcel a su tercer hijo, y permaneció allí mientras los dos mayores eran cuidados por familiares. Está Américo Martín, con su sonrisa despistada, y Simón Alberto Consalvi, con una barbita de cuatro días. Aunque no los haya visto por aquí esta noche, hay también testimonios de otras figuras que nos resultan más próximas como Pompeyo Márquez o Teodoro Petkoff. Aún entre los que nos dejaron en aquella época, la memoria de Leonardo Ruiz Pineda, que se mantuvo en la clandestinidad al frente de la Dirección Nacional de AD nada menos que 42 semanas, me resulta mucho más próxima (acaso por cortesía de una amplia avenida que lleva su nombre no lejos de mi hogar en Valencia) que la de cualquier prócer. 

Eventos cruciales 

Con base en los testimonios y una amplia selección de videos e imágenes de la época (se me ha quedado grabada la imagen de Carlos Delgado Chalbaud dentro del ataúd), acompasados por la voz de Laureano Márquez, la música más apropiada según el espíritu de cada escena y un conjunto de imágenes caricaturescas para identificar los eventos cruciales sobre los cuales no existe memoria visual, Carlos Oteyza le ha entrado de frente a una época que hasta ahora ha sido dominada por la leyenda dorada, para unos, y la leyenda negra, para otros. Aunque a ratos funge como un iluminista, alumbrando de lado y lado, la conclusión es clara y contundente: No tenemos por qué escoger entre la paz social y la libertad. 

Espejo de la época 

Así, los testimonios se van entretejiendo y confirmando, en algunos casos; contrastando, en otros. Se forma así un espejo de la época que viene a depender de lo que en definitiva depende siempre la historia: de la confluencia de testimonios. Ese espejo no siempre arroja una imagen nítida, no siempre es uniforme, ni tampoco se presta a la conclusión fácil. Dentro del conjunto de testimonios que desfilan por la cinta hay dos lugares extremos que en mi opinión proveen el contexto a todos los demás: El del editor José Agustín Catalá (fallecido en diciembre pasado a sus 97 años) y el de la bailarina Yolanda Moreno. Ambos ilustran dos posiciones distintas, dos lugares en los que la llegada de la dictadura sorprende por azar a los protagonistas. El período de Pérez Jiménez en términos amplios (1948-1958) ocupa entre los 33 y los 43 años del editor del "Libro negro de la dictadura". Por esa osadía Catalá será sometido a las más crueles torturas, que narra con una serenidad e indiferencia que hielan la sangre. A la pregunta final responderá con la misma parsimonia: "Fueron tiempos de infamia". Y luego está Yolanda Moreno. A la incipiente bailarina la dictadura la sorprende en el colegio, su primer testimonio narra de forma divertida cómo recibieron la noticia de volver temprano a casa tras el golpe a Gallegos. Sus recuerdos están impregnados por los juegos y salidas callejeras (un espejo de la seguridad personal que forma parte de la leyenda dorada de la época), de los grandes desfiles de Carnaval ("en aquellos años el país entero se había convertido en un enorme desfile"), de las grandes fiestas navideñas que en 1952 distrajeron la atención del pueblo del fraude electoral perpetrado contra Jóvito Villalba. A la pregunta final responderá: "Fueron tiempos de arte". Este contraste es esencial tanto para el ritmo como para la honestidad de la película, y encierra una decisión esencial que todos, una que ya unos en mayor grado que otros, de forma explícita o dejándose llevar de a poco, hemos ido tomando con el paso de los años: ¿Hasta qué punto debemos sacrificar nuestros principios, nuestras opiniones, nuestro deseo de ser libres, a cambio de la tranquilidad, de la comodidad, de la protección de nuestro patrimonio? "En aquella época el que no desfilaba, aplaudía". La dictadura de Pérez Jiménez es particularmente ilustrativa de este dilema, toda vez que la feroz represión fue acompañada de una fenomenal expansión económica como producto del ingreso petrolero (como destaca la pe- lícula, Venezuela se convirtió en aquellos años en el mayor exportador de petróleo del mundo, mientras su economía se ubicaba entre las de mayor crecimiento en el planeta). Esa prosperidad económica la encarnan en la pe- lícula los emigrantes que, como mi padre, llegaron a Venezuela en la primera parte de los años cincuenta. "Fueron años de trabajo, de riqueza". 

Memoria visual 

Este contraste tácito es un buen ejemplo de cómo Carlos Oteyza ha conseguido destilar de los testimonios y la memoria visual de aquella época, lecciones que siguen estando muy vigentes. Allí está el fracaso de las iniciativas independientes de partidos políticos diezmados y muy mal coordinados. La imagen todopoderosa que presentaba Pérez Jiménez y la desesperanza de los dirigentes políticos venezolanos tanto aquí como en el exilio hacia finales de 1957, a días de caer el régimen (Rómulo Betancourt llegaría entonces a decir que Venezuela se aproximaba hacia una nueva era gomecista, pero su testimonio no forma parte de la película). La presión sobre los empleados públicos. "En aquellos años se demostró que militarizar a los civiles era mucho más fácil que civilizar a los militares". 

Y llego así a mi reflexión final. Decía el Emperador Adriano en su carta a Marco Antonio (refiriéndose a Trajano) que "mucho nos cuesta percibir y reconocer la verdadera grandeza entre quienes coinciden con nosotros en la época y el camino". Esos héroes relativamente comunes que ha retratado Carlos Oteyza me hicieron pensar en los héroes de todos los días, en los de nuestro tiempo, en los que han sacrificado lo más valioso que tienen, a fin de cuentas sus días y su tiempo, para mantener viva esa llama que nos alumbre mientras damos nuestra particular resistencia, nuestro esfuerzo por evitar deslizarnos hacia nuevos tiempos de oscuridad. 

@miguelsantos12

22 de septiembre de 2012

Para presentar un trabajo sobre esa época, cuando sus protagonistas o ocultan la información para que nadie asocie su vida con el perezjimenismo o hay que informarse bien, reflexionar y presentar toda la verdad e forma equilibrada e imparcial creo yo es lo correcto y lo mejor para restituir la historia de un país como Venezuela, en estos momentos cruciales de su devenir histórico.


ENTREVISTA CARLOS OTEYZA, CINEASTA

Tiempos de dictadura

"Creo que se han hecho pocos largometrajes en el país sobre la realidad histórica reciente" "No sé qué pasará el 7 de octubre, pero el país cambió. Retomar el sentido de la política ya es una triunfo"

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El director venezolano estrenará la próxima semana un nuevo documental: "Tiempos de dictadura" NICOLA ROCCO
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DANIEL FERMÍN , CARLOS OTEYZA , CINEASTA|  EL UNIVERSAL
domingo 2 de septiembre de 2012  12:00 AM
A Carlos Oteyza (Caracas, 1951) le interesa el período de Marcos Pérez Jiménez (1948-1958). La pasión del cineasta caraqueño por aquella época terminó en Tiempos de dictadura, una radiografía documental de la era predemocrática que se estrenará el próximo viernes en las salas nacionales. Diez años clave de la historia venezolana resumidos en 90 minutos. 

-¿Por qué hacer una película del período de Pérez Jiménez en estos momentos? ¿Cree que vivimos tiempos cercanos a la dictadura? 

-Yo trabajo documentales históricos desde hace 15 años. Al principio estaba interesado en hacer una biografía de Pérez Jiménez, pero luego de investigar cambié de decisión: me pareció más interesante su período que su personalidad. Fueron 10 años de hechos importantes, se transformó la ciudad, se vivió una dictadura clásica. El proyecto inició hace tres años. Creo que era importante hacerla porque así se descubre cómo llegó la democracia. 

-La película se estrena justo un mes antes de las elecciones presidenciales. ¿No podría interpretarse como una declaración de principios previo al sufragio? 

-Creo que la película va a interpretarse de varias maneras. Hubo gente que me dijo que antes de la elecciones no va a ir nadie al cine; otra, que resulta maravilloso por el momento. Uno nunca sabe el tiempo justo para estrenar la cinta. Hace tres años no sabíamos cuándo la tendríamos lista, tampoco cuándo habría elecciones. 

-Cualquiera podría pensar que también hay algo de oportunismo por la fecha. 

-Venezuela tiene elecciones casi todos los años. Si la hubiésemos sacado el 23 de enero, como quería, habrían dicho que estaba ligado a las primarias. En cualquier momento iban a decir algo. Uno no hace películas pensando en qué momento va a haber elecciones, sino porque le interesa el tema. Yo me arriesgué porque creo que hay una necesidad de conocimiento por saber qué pasaba. 

-La película no tiene ningún testimonio de chavistas. ¿Por qué no incluir alguna de sus voces para evitar el sesgo ideológico actual? 

-La película toma testimonios de los venezolanos que vivieron la época. Lo importante era el momento dado, no el de hoy. Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez eran comunistas; Isabel Carmona era de Acción Democrática, al igual que Simón Alberto Consalvi. Lo importante es que ellos me hablan en nombre de los venezolanos que estuvieron ahí. Los entrevistados no son especialistas, sino testigos. Hay una bailarina, un cantante. Yo no estoy seguro por quién van a votar ellos en estas elecciones. No lo hicimos en función de su posición actual. El objetivo es rescatar la memoria de quienes se sacrificaron por el país. Si están con Chávez o no, no es importante. La película debe perdurar más allá del chavismo. 

-La película tiene elementos que la hacen irónica o divertida. ¿El documental cinematográfico también debe entretener al espectador? 

-Hice lo posible para que la película fuera bien entretenida. Uno, como cineasta, tiene que agregar elementos para llegarle más al público: el ritmo, la utilización de animaciones, la música, el montaje. Detalles que conecten con una generación que no está acostumbrada a ver documentales en cine. 

-Algunos fragmentos de Tiempos de dictadura lucen como un reflejo de la época actual. ¿Será que la historia se repite o que el ser humano siempre es el mismo? 

-Los procesos históricos tienen diferencias y semejanzas. Sería imposible repetir la historia porque las condiciones sociales son muy distintas, pero el dilema democracia-dictadura está permanente en la historia del país. Eso está vivo. Quizás la película nos va a permiten que los venezolanos se pregunten si es bueno callarse cuando ve que las libertades empiezan a ser restringidas. 

-¿Regresar al pasado no podría ser también una forma de evadir el presente? 

-Todo lo contrario. Lo que tiene el venezolano es que evade su historia. El presente se evade al desconocer el pasado. Mientras más informado estemos, tendremos mayores posibilidades de debatir al poder. Cualquier película de carácter histórico hace más ciudadano a las personas, porque siempre va a ser un contrapoder. Lo contrario sería propaganda. 

-Hoy parece que la historia está de moda. ¿Los regímenes totalitarios despiertan la participación o el interés político del pueblo? 

-Generan incertidumbre. Eso produce la necesidad de saber más, de dudar de los hechos. Las películas o libros históricos ayudan porque el venezolano está sometido a una incertidumbre en estos momentos. Recuerda que el poder siempre quiere leer la historia en función del presente, la instrumentaliza para su propio fin. 

-El personalismo y el militarismo son factores fundamentales en la historia de Venezuela. ¿Qué lugar debe ocupar, entonces, la civilidad en estos tiempos? 

-Debe ser una razón de ser. Mientras haya venezolanos que estemos dispuesto a defender la democracia, la tolerancia, la amplitud, habrá un futuro. 

-En la época de Pérez Jiménez solo se podía filmar lo que el gobierno permitía. ¿Cómo siente que han actuado los medios de comunicación hoy ante el Estado? 

-El Gobierno se apoderó de los medios audiovisuales. Lo que sucede ahora es un retroceso. Nunca el Canal 8 se había comportado como se comporta hoy. En lo años 70 u 80, tendía a ser favorable al Estado, pero no como ahora, no como una máquina de propaganda. Los documentales que pasan entran en la línea de apoyo al Gobierno y de ataque al opositor. Eso no sucedía antes jamás. La época de Pérez Jiménez no nombraba a la oposición. 

-El venezolano suele decir que al país le hace falta más carácter. ¿Ha cubierto Chávez las expectativas de "mano dura" que muchos añoraban de Pérez Jiménez? 

-Puedo creer que en el año 98 buena parte de los venezolanos que votaron por Chávez votaron con la expectativa de que una mano dura es una manera de facilitarnos nuestra vida. No tiene sentido, luego de 14 años, considerar que el hombre fuerte aún es necesario en el país. Lo que es necesario en Venezuela es la tolerancia, la diversidad. No es el hombre, sino la participación ciudadana lo que va a contrarrestar al poder. El poder siempre existirá. Sólo hace falta ciudadanía. Y la película, quizás sea ingenuo, busca alimentar la ciudadanía. 

dfermin@eluniversal.com

Tiempos de Pérez Jiménez

AURELIO ARREAZA |  EL UNIVERSAL
sábado 22 de septiembre de 2012  12:00 AM
Mi padre fue ministro de Hacienda durante los primeros años de la dictadura y presidente del Banco Central hasta el gobierno de la Junta presidida por Wolfgang Larrazábal. Firme ocupó el cargo hasta su término legal y gracias a su honestidad no pudieron oponerse. Había decidido no ver el documental Tiempos de Dictadura; por el título intuí que no sería objetivo e imparcial. Pero me convencieron.

Yo sé de la vocación de servicio y del sincero interés por el bienestar del país que prevalecía en la mayoría de los que ocuparon altos cargos durante esos años, profesionales capaces todos. Muy lamentable que se violaron los derechos humanos de algunos dirigentes políticos (mi padre protegió y ayudó a varios) que con razón luchaban por una democracia, pero quienes también fueron responsables de la dictadura, ya que contribuyeron al derrocamiento del excelente gobierno del general Isaías Medina.

El presidente Medina estableció una política de amplitud, modernización, progreso y tolerancia, ganándose el apoyo de la gran mayoría. Abrió caminos y sentó las bases para establecer un buen sistema democrático. Sin embargo, fue depuesto por el golpe civil-militar del 18 de octubre de 1945, que eventualmente causó la dictadura.

Los militares y miembros de otros partidos consideraron sectarias, negativas y populistas muchas de las acciones de los nuevos dirigentes (acciones populistas que continuaron los años de la democracia, y que luego exacerbadas, tanto han contribuido a nuestro grave deterioro social). Por lo cual el 24 de noviembre de 1948 dieron otro golpe de Estado con la firme intención de trabajar por el bienestar del país.

El gran error del régimen fue la gran violación de los derechos humanos, cuyos excesos muchos ignorábamos. Otro, la excesiva centralización política que no permitió suficientes libertades ni el surgimiento de nuevos líderes. Pero económicamente fue descentralizado y sin duda muy ocupado en el exitoso desarrollo integral del país. La gran mayoría trabajaba, progresaba y vivía bien. ¿Que hubo corrupción? Sí, y es condenable. Pero nada comparada con la que siguió y mucho menos con la de ahora.

El documental presentó al régimen como formado por individuos solo interesados en su bienestar y como si todo lo bueno lo hacían de pantalla.  No presentó el espíritu de trabajo de sus dirigentes, cuyas cuantiosas obras de infraestructura y servicios, creación y promoción de grandes y pequeñas empresas y apertura a miles de inmigrantes calificados, hicieron de Venezuela un país de gran desarrollo y prosperidad. (Obras que bien sustentaron a los gobiernos siguientes y que han aguantado, sin mantenimiento, cada vez mas deterioradas, la inconsciencia de los últimos años). No presentó el ambiente favorable de orden y seguridad, las múltiples oportunidades de progreso y trabajo, las miles de familias que evolucionaron y llegaron a formar una gran y sólida clase media.

Se repitió durante todo el documental el tema de la persecución política. ¿Y cómo es que individuos tan asociados al Partido Comunista (cuyos regímenes han sido de los más despiadados e indiferentes al sufrimiento humano) critican esos hechos? Igual que critican los que contribuyeron al derrocamiento del presidente Medina. ¿Por qué no hay testimonios claros de varios de los miles de ciudadanos que vivían bien y tanto progresaron? Muchos de los cuales creen que ese fue el mejor gobierno del siglo XX.

Aunque disgustado por lo sesgado del documental y su poco valor histórico, pensemos que se realizó así para alertarnos más sobre la gravísima situación actual. Pero informarse bien, reflexionar y presentar toda la verdad es lo correcto y lo mejor.

www.bienestarmax.com

@bienestarmax

12 de septiembre de 2012

La historia de vida narrada en este blog es valiosa no sólo por la historia de vida que presenta sino porque sirve para conocer el marco histórico en que se desenvolvió Frida Añez en la Valencia de los años 1950, justamente cuando Marcos Pétez Jiménez fue Dictador, tiempo que marcó la modernidad en el país, y que debe ser historiado con la misma neutralidad y veracidad que hizo Carlos Oteyza con su documental sobre el estallido del pozo Zumaque 1, la Petrolia y la historia de la extracción del petróleo en Venezuela. El documental que presenta ahora Oteyza sobre esta controversial época espero sea leído imparcialmente pues se basa en material documental, como me ha tocado al ser la encargada de hacer este blog, pues nos basamos sobre documentos no sobre mentiras fabricadas para crear un personaje ficticio...y vender mentiras y utopías que tanto daño le han hecho a Venezuela a partir de la segunda mitad del S. XX


"Tiempos de dictadura" montó una hegemonía en la taquilla

El documental de Oteyza vendió casi 14 mil boletos en cuatro días

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La película retrata la época de Marcos Pérez Jiménez CORTESÍA
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DANIEL FERMÍN |  EL UNIVERSAL
miércoles 12 de septiembre de 2012  12:00 AM
Hay una máxima en el sector cinematográfico que indica que la gente no ve documentales. Tiempos de dictadura, el nuevo largometraje de Carlos Oteyza, contradijo aquel principio: la película que retrata el período presidencial de Marcos Pérez Jiménez ha llevado a casi 14 mil espectadores a las salas desde que se estrenó el viernes.

El filme del caraqueño vendió, hasta el conteo del lunes, 13.599 boletos en cuatro días (agotó más de 25 funciones). Tan bien le fue que ya tiene el mejor promedio de la taquilla. Er Conde Bond, por ejemplo, debutó con 20.027 espectadores, pero tiene más de 40 copias contra 12 del documental, que va camino a convertirse en el más taquillero en la historia del cine nacional (ver recuadro).

Al propio Oteyza, que tenía una proyección inicial de 60 mil personas, le sorprendió tanta aceptación del público. "Uno que tiene tantos años en esto, que pone el mismo empeño en cada trabajo que hace, desconoce cómo reaccionará la gente, ni cuáles son las variables de su comportamiento. Hay una gran sorpresa, me alegra el éxito", indicó el cineasta, que viene de realizar El reventón (2009).

El motivo no lo tiene claro. El momento político que vive el país, o la cercanía de las elecciones, quizás sean su mayor campaña promocional. "El pueblo está sensible a lo político, necesita alimentarse con historia. He visto que la gente mayor va con sus nietos, que los jóvenes llevan a sus padres. Cada uno tiene sus razones. Que vayan en familia a ver un documental es nuevo para mí".

La novedad no es sólo para el cineasta venezolano; también para los mismos exhibidores. Ver al público aplaudir al final de una función, gritar consignas a favor de la democracia, es algo poco común en el país. "Yo creo que el éxito se debe a tres cosas: que el documental está muy bien hecho, que tiene un plan de marketing bueno y que estamos en temporada baja de estrenos de grandesblockbusters estadounidenses", explicó Samir Al Attrach, director de comercialización de Cines Unidos, que recibió una llamada de amenaza para que la empresa no exhiba el filme.

El Circuito Gran Cine también sufrió intimidaciones. "Nos llamaron para decirnos que nos atuviéramos a las consecuencias si apoyábamos la distribución de la película. Se identificaron como un frente Perezjimenista. Nos hackearon el sitio web el sábado, el lunes fue el del Trasnocho Cultural. Estudiamos con abogados a ver si vale la pena denunciarlos", indicó Bernardo Rotundo, presidente de la distribuidora.

Todo el revuelo que ha causado el filme quizás beneficie al género, que suele ser menospreciado en Venezuela "Ojalá la gente se interese algo más por el documental, que es lo mejor que tenemos en estos momentos en el cine venezolano. Hay documentalistas importantes que nunca llegan a las salas de cine. Espero que el público le pierda el miedo a verlos", dijo el crítico Pablo Gamba, que cree que el éxito de Tiempos de dictadura se debe a que los espectadores hacen una analogía entre aquella época y la actual. Marcos Pérez Jiménez, 60 años después, genera interés. 

dfermin@eluniversal.com