La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

28 de abril de 2014

En aquel tiempo no había coleccionistas en nuestro país por lo cual, de las obras maestras que vinieron, no se vendió ni una. Solo Inocente Palacios apartó una de René Magritte pero no la adquirió porque después la consideró muy cara: mil bolívares, contaba Frida Añez, presidenta del Ateneo de Valencia, que tuvo a su cargo la organización y presentación de la monumental Exposición Internacional de Pintura, con motivo del Cuatricentenario de Valencia...Más detalles los reseña de forma muy clara el Lic. Alfredo Fermín en esta, su columna dominical en el diario "El Carabobeño".

El Carabobeño 27 abril 2014

Hoy y Después en Valencia

Alfredo Fermín || afermin@el-carabobeno.com
Se nos fue Oswaldo Vigas y su ciudad nativa pareció no recordar que perdía a uno de sus hijos más brillantes y pionero de las expresiones artísticas inspiradas en la cultura prehispánica, para luego desarrollar una extensa obra que lo situaron entre los grandes creadores latinoamericanos del siglo XX.
Afortunadamente el alcalde Miguel Cocchiola lo entendió así expresando sus condolencias en nombre del gobierno municipal y con su presencia en las exequias. Pero el gobernador del estado, Francisco Ameliach, quien expresa su orgullo de ser valenciano, ni siquiera, se dio por enterado. Para este gobierno, el artista universal era poca cosa para merecer un reconocimiento. No era chavista y eso no se perdona en revolución.
Cuando se exalta y se promueve que el Arte Venezolano debe estar inspirado en nuestras raíces, hay que resaltar que fue Oswaldo Vigas quien, hace 60 años, tomó en cuenta las formas anatómicas de las figuras, entre ellas la Venus de Tacarigua, que crearon los indígenas en la cuenca del Lago de Valencia para iniciar su obra artística. En el Taller Libre de Arte, de Caracas, sus compañeros Omar Carreño, Humberto Jaimes Sánchez, Victor Valera y Angel Hurtado se sumaron a la iniciativa con la cual se inició la contemporaneidad plástica en nuestro país. Esas extrañas mujeres, que creaba Vigas, fueron bautizadas como brujas por el poeta Oswaldo Trejo y así se quedaron en la Historia del Arte.
Vigas, nacido en Valencia en 1923, graduado de médico en la Universidad Central de Venezuela, fue un extraordinario animador cultural lo que le permitió organizar, en París, la Exposición Internacional de Arte que presentó el Ateneo para celebrar los 400 años de Valencia en 1955. Sin recursos pero bien conectado, el joven artista que seguía estudios en aquella ciudad, logró entusiasmar a las principales figuras de la Escuela de París, de Estados Unidos, Canadá y países latinoamericanos para que enviaran sus obras. Asi tuvimos, en aquella Valencia aldeana, una exposición que hoy, con todos los adelantos, sería imposible.
En aquel tiempo no había coleccionistas en nuestro país por lo cual, de las obras maestras que vinieron, no se vendió ni una. Solo Inocente Palacios apartó una de René Magritte pero no la adquirió porque después la consideró muy cara: mil bolívares, contaba Frida Añez, presidenta del Ateneo de Valencia, que tuvo a su cargo la organización y presentación de la monumental exposición.
Se ha insistido en que Pablo Picasso participó en esta muestra. Pero, según nos contó Vigas, el artista retiró la obra, antes de ser enviada a Venezuela cuando supo que, el Ateneo de Valencia, nombró como presidente de honor al general Marcos Pérez Jiménez. “Yo no comparto con dictadores” habría dicho el pintor español para justificar su decisión.
Lo cierto es que, en el catálogo con portada y diseño de Carlos Cruz Diez, aparece entre los participantes Pablo Picasso en la sección de pintores españoles residentes en París. La obra presentada se titula Retrato de Madame D. Pero según el poeta y crítico Arturo Machado Fernández, ese fue un cuadro prestado por un coleccionista de Caracas.
Los reconocimientos artísticos, el prestigio internacional no disminuyeron nunca el amor de Vigas por su ciudad tanto que, su última voluntad, fue reposar en el panteón de sus antepasados en el Cementerio Municipal. En 1982, cuando Tibisay Useche presidía el Ateneo, Vigas, con el respaldo de Cerámica Carabobo, donó un mural para colocarlo en la fachada de la casa cultural que forma parte de nuestro patrimonio artístico.
La obra, construida con motivo de los 40 años del Salón Michelena, de 30 metros por 2 fue ejecutada en gres por el técnico ceramista Ricardo Carizzi, apunta Vitalia Muñoz de Chacín en su libro “Razón de una memoria”.
En otra demostración de amor por su ciudad, Vigas ofreció la casa donde nació, en la calle Anzoátegui, para convertirla en un museo con obras suyas y parte de su formidable colección de Arte Contemporáneo. La oferta se la hizo al difunto alcalde Paco Cabrera pero no hubo interés en hacerla realidad. Sin embargo, Vicente Lozano, sobrino político del artista, ha insistido con el Ateneo de Valencia para que ocupe, como su sede , espacios del inmueble y, si es posible, que la destinen como una de las subsedes de la próxima Bienal Salón Arturo Michelena que estará dedicada a la memoria Oswaldo Vigas.
Esto hay que tomarlo muy en serio si recordamos, que el inolvidable pintor Luis Eduardo Chávez quiso donar su casa, en Mañongo, y su magnífica colección de arte y de muebles al Ateneo de Valencia. La institución tardó en hacer las gestiones y el maestro murió repentinamente. La casa fue saqueada y la donación fue a parar a los anticuarios a precios vergonzosos. Se perdieron obras de inmenso valor con las que Valencia pudo iniciar la creación de un museo de arte que nunca ha tenido.
Quienes mantuvimos amistad y quisimos tanto a Oswaldo Vigas, reiteramos sentimientos de consideración, en estos momentos en que el Arte Latinoamericano está de duelo, a su viuda Jeanine, a su hijo Lorenzo y a los demás miembros de su estimada familia.


Las supuestas brujas del Taller Libre, que eran al mismo tiempo de Humberto Jaimes Sánchez, de Hurtado, de Carreño, de Valera, de Vigas y de todo el mundo, nunca fueron brujas ni volaron, ni siquiera las de Alirio Oramas que se elevaban en sus papagayos o volantines, sino que eran figuras inspiradas en las formas anatómicas de las Venus de Tacarigua, que abundaban en las riberas del Lago de Valencia, tierra natal de Vigas. De allí salieron las cabezas muy anchas, alargadas en horizontales, que resultaron emblemáticas de las preocupaciones nacionalistas que inspiraron al arte de Vigas y de sus compañeros del Taller Libre de Arte. Todos esos jóvenes criollistas fueron luego los protagonistas de las vanguardias de la plástica venezolana de los años sesenta y setenta

El Carabobeño 27 abril 2014

Vigas, explosión del lenguaje en el país de los años sesenta

 Perán Erminy
Cuando Vigas sabe que culminó su formación y su aprendizaje de “el” lenguaje del arte, le toca ahora la invención de “su” lenguaje, y pretende crearlo de un modo definitivo. Las relaciones que se le crean entre el uno y el otro no obedecen a ninguna ley. Ya Vigas es un profesional que se preparó desde la infancia. 
Lo atípico del caso suyo es que no se produjo “normalmente”, en el orden en que debía ser. En lugar de comenzar tratando de dibujar cosas que se parecieran a la realidad, para que le quedaran cada vez más realistas, Vigas más bien empezó al revés, inventando formas fantasiosas que no se parecían a nada conocido, y luego las fue moderando hasta que terminaron pareciéndose a las cosas reales que se ven en cualquier casa. Así pasó, siguiendo una dirección invertida, de la abstracción al realismo, o de la imaginación a la realidad. 
Y después cuando ya se desenvolvía prematuramente, desde su adolescencia, pintando y exponiendo sus obras, siguió otro proceso de cambio que parecía ya normal, pasando del realismo y la figuración hacia una progresiva abstracción. En esa especie de regreso a las creaciones de su infancia andaba Vigas cuando sus figuras medio abstractas se convirtieron, en el Taller Libre de Arte de Caracas, en “Las Brujas”. No eran, por supuesto, ningunas brujas. Oswaldo era ya un joven intelectual moderno egresado de la Universidad Central en Medicina, que profesionalmente no podía creer en brujas, aunque sospechara que en verdad volaban.
Pero a Oswaldo Trejo se le ocurrió que eran brujas, y así se quedaron hasta el día de hoy cuando las brujas y la caza de brujas se disputan los titulares del amarillismo folclórico de la política nacional. 
Las supuestas brujas del Taller Libre, que eran al mismo tiempo de Humberto Jaimes Sánchez, de Hurtado, de Carreño, de Valera, de Vigas y de todo el mundo, nunca fueron brujas ni volaron, ni siquiera las de Alirio Oramas que se elevaban en sus papagayos o volantines, sino que eran figuras inspiradas en las formas anatómicas de las Venus de Tacarigua, que abundaban en las riberas del Lago de Valencia, tierra natal de Vigas. De allí salieron las cabezas muy anchas, alargadas en horizontales, que resultaron emblemáticas de las preocupaciones nacionalistas que inspiraron al arte de Vigas y de sus compañeros del Taller Libre de Arte. Todos esos jóvenes criollistas fueron luego los protagonistas de las vanguardias de la plástica venezolana de los años sesenta y setenta. 
En verdad, tratar de extrapolar nuestras concepciones acerca de los hechos estéticos actuales y de las razones de ser de nuestras artes para trasladarlos a épocas arcaicas, como si correspondieran a la mentalidad de las poblaciones prehispánicas del país, es una insensatez absoluta. No es posible explicar nuestros criterios valorativos a una producción estética que no mantienen ningún vínculo ni continuidad con nuestras artes. Aquellas obras eran objetos de otra naturaleza, muy integrados a otras manifestaciones de la cultura de esos tiempos. Inventar el fantasma de un espíritu indígena para hacerlo nuestro, es una impostura. Mi abuela era india Cariña y yo desciendo de esa cultura, pero no hay razón para que yo copie sus objetos y sus adornos como si los viviera ahora. 
Las poblaciones indígenas prevenezolanas y precoloniales tenían tipos de culturas que mantenían una relación primaria e indisociable de dependencia de la naturaleza, que para nosotros es en la actualidad un pensamiento no categorizable, casi incomprensible y apenas pensable, en razón de su abismal diferencia con nuestro pensamiento moderno y posmoderno actual. 
El uso de las formas visuales por nuestras culturas aborígenes no guarda ninguna relación de continuidad funcional con nuestras prácticas artísticas y sus procesos específicos de significación.(...) 
Otras características relevantes que se aprecian en las obras de este período de revisión radical del lenguaje pictórico de Vigas de los primeros años sesenta, se podían clasificar en unos cinco grupos, empezando por el de la profundización de cada uno de los aspectos fundamentales de su oficio, que se cabalga o se confunde con el de la radicalización de sus discursos (de sus contenidos discursivos), y con el de la exploración sistemática de los componentes básicos de su lenguaje. 
Y en estos tres grupos indiscriminables, o inseparables, cabría el tema de la intensificación de su expresión, así como el de la coherencia de la obra en su conjunto. Aunque en realidad podrían hacerse otros cortes clasificatorios menos arbitrarios que éste que adelantamos, que copiamos de un viejo guión museológico que Rafael Pineda le había propuesto a Sofía para su museo. 
Regresando al tema que habíamos iniciado, acerca de las relaciones que se le creaban a Vigas entre el lenguaje del arte, que ya dominaba, y la invención de “su” lenguaje, que estaba emprendiendo con la mayor radicalidad en estas obras de esta exposición, nos referimos a los recorridos invertidos que tomó su evolución, de la imaginación al realismo, y luego el regreso del realismo a la abstracción, hasta que desembocamos en las brujas y enseguida nos atascamos en el nacionalismo arcaico indigenista. La anomalía de la evolución de las relaciones entre ambos lenguajes no termina en ese asunto de las brujas, porque al poco tiempo aparece una curiosa etapa constructivista, de grandes planos rectangulares abstractos, a la cual no vamos a referirnos porque nos desviaríamos hacia otro tipo de problemas conceptuales muy interesantes pero muy diferentes a los que nos toca ahora abordar. 
De todas maneras, la confrontación seguida entre los lenguajes crea una serie de variante en las relaciones de complementariedad y reciprocidad, y más específicamente en las relaciones entre imagen y referencialidad (que a veces es casi como decir representatividad en lugar de referencialidad). Otro tipo de relación, esta vez formal es la que se produce entre las figuras y los fondos, que tienden a fusionarse y a confundirse, indiferenciando el fondo y la forma, y disolviendo las figuras y las formas. 
También difieren las relaciones que se refieren a los contenidos discursivos, que producen complementariedades, continuidades y reciprocidades, así como oposiciones, antagonías, afinidades, contradicciones, repelencias, negaciones. 
Son más aún, y son numerosas pero no viene al caso nombrarlas y describirlas si no las referimos a las imágenes que las identifican. Y no diríamos nada inteligible si enumeramos las dualidades entre signo y significado, símbolo y realidad, imagen e idea, sagrado y profano, arcaico y actual, intuición y lógica, real e irreal, santos y demonios, bien y mal.(...) 
Sus obras tienen algo de autobiografía oblicua y velada. Lo que le interesaba más a Oswaldo Vigas al emprender esta aventura de desafiarse a sí mismo y a su obra en la reformulación profunda de su lenguaje era someterse a una prueba de fuego, era medir el alcance extremo de su voluntad y de su talento creador. Era llegar, por distintas vías experienciales, a la expresión semántica mínima del lenguaje del arte. Es decir, a los últimos extremos esenciales de la praxis del pintor, al grado cero de la pintura. 
Obra Autobiográfica
Así, despojándose de toda narratividad, aunque no de toda referencialidad ni de toda asociatividad imaginativa, así como rechazando toda descripción representativa o figurativa, Vigas se arriesga a quedarse reducido al mero lenguaje enmudecido o menos aún, al acto de pintar, como acción física manual, fuera de códigos y de normas establecidas, corriendo el riesgo de no corresponder a las normas conceptuales y quedar en condición de a-normal, de excluido. Aunque, por otra parte la única tradición que nos queda en el arte contemporáneo es la tradición de la ruptura y de la trasgresión.

27 de abril de 2014

Última entrevista concedida por el pintor valenciano a Notitarde

Lectura Tangente
Notitarde 26/04/2014 
Última entrevista concedida por el pintor valenciano a esta casa editora

Oswaldo Vigas: He pasado la vida pintando y exponiendo

Daniela Chirinos
Las Trincheras, uno de sus lugares favoritos, fue el escenario donde el polifacético artista plástico Oswaldo Vigas concedió la última entrevista a este medio impreso, realizada por la periodista Daniela Chirinos en junio de 2012, cuando presentaba la exposición "Oswaldo Vigas Dibujos (1940-2012)", en el Gabinete del Dibujo y la Estampa de Valencia (Gdev).
A continuación presentamos la transcripción exacta de dicho encuentro:
Difícil es resumir los ochenta y cinco años de vida y setenta de producción plástica de Oswaldo Vigas. Dueño de un talento único para la disciplina artística, el trabajo sin tregua y una inquietud inquebrantable, siempre dispuesto a correr la aventura del arte y sus misterios, en 1942 emprende un viaje sin retorno con exposiciones individuales y colectivas, realizadas ininterrumpidamente hasta hoy.
Así lo plantea Bélgica Rodríguez al comienzo del texto titulado "Brevísimo resumen de setenta años en el arte", incluido en el catálogo de la exposición -de la que es curadora y comparte la museografía con Lizett Álvarez- "Oswaldo Vigas Dibujos (1940 - 2012)", que se inauguró a casa llena el pasado domingo, en el Gabinete del Dibujo y de la Estampa de Valencia (Gdev), y clausura el 26 de agosto. 
El maestro valenciano, además, fue condecorado por el Rey de España, Juan Carlos de Borbón, por su participación en la muestra "200 años de la Constitución del Tribunal Supremo de España" con la obra "Solariega" y honrado con el doctorado Honoris Causa que le confirió la Universidad Gran Mariscal de Ayacucho (Ugma).
El pintor no pudo viajar a España para recibir la condecoración por razones de salud, y en su representación acudió su esposa Jeanine de Vigas. Sin embargo, esto permitió que el maestro asistiera a la inauguración de la exposición del Gdev. Tenía dos meses sin venir, y tres años sin exponer acá. 
Varios días pasó en Valencia, descansando en Las Trincheras, donde ocurrió el encuentro periodístico. Y tan cierto es que no deja de pintar un instante, que antes de que comenzara la entrevista acababa de dibujar en un block, par de personajes con marcador negro. "He dibujado hasta en autobuses, aviones", comenta.
El maestro Vigas es de poco habla. No obstante, en la entrevista dejó de manifiesto el cariño que siente por Valencia, sus impresiones sobre los honores y exposiciones que le rinden estos días, sus recuerdos sobre los días en su ciudad natal, su concepto sobre la pintura, y más. 
Una grata sorpresa
En la muestra del Gdev no hay pinturas solo dibujos que Vigas elaboró entre 1940 y 2012. "Es mi afición. Jamás he parado de dibujar desde que comencé", comenta. Y sobre el total de piezas, dice: "Y hay más, toda la cantidad que quieras".
Asegura que no recuerda cuándo realizó estos dibujos, entre los que está la pieza "A Picasso" de 1983, "Proyecto para óleo, Las hijas de Morgana" de 1996, y varias hechas sobre periódicos, cuadernos, tickets del metro, servilletas, programas de mano, y más. "No recuerdo nada, porque lo que queda es lo que se ve, no lo que se habló", sostiene. 
- ¿Cómo se siente al volver a exponer en Valencia?
 Esa exposición la escogió Bélgica Rodríguez, yo no sabía lo que había escogido, hasta la inauguración. No pude verla bien porque había tanta gente, pero tengo que volver. 
A mí me cayó de sorpresa. No esperaba que esto pasara. Bélgica no me había mostrado lo que había elegido, fue un error de mi parte porque podría ser una sorpresa desagradable, pero no, fue muy agradable. Quedé satisfecho. 
"Solariega" en España

El pasado sábado, su esposa recibió en nombre del maestro, la condecoración que le confirió el Rey de España, y este lunes se inauguró la exposición donde está la obra Solariega. "Estoy tan acostumbrado a esas cosas que no me sorprenden", afirma.
- ¿Por qué "Solariega"? 
No la elegí yo. La pinté en los años 60', en Mérida. La obra no tiene una importancia en particular, pudo haber sido cualquier otra, me cuesta seleccionar y me da igual, porque no son importantes. 
- Pero tiene obras en todo el mundo, sí debe ser importante 
En tantos años, es normal. Me he pasado la vida pintando y exponiendo también, y a veces hablando tonterías. Es normal que pasen (estas cosas) porque si uno está ahí, es normal que alguna piedra le caiga, las que se tiran para arriba, y así soy yo, una piedra tirada para arriba, me caí en mí mismo.
Jeanine de Vigas, su consejera 
Luego de asistir a la entrega de la condecoración y la inauguración de la muestra, su esposa, Jeanine de Vigas se quedaría una semana más en París, a ver a su familia, después regresaría a Venezuela. 
"Nunca estamos separados, aunque estemos lejos (físicamente) siempre estamos cerca, nos llamamos y me cuenta lo que está haciendo. Así ha sido siempre, desde que la conocí en los años '50, desde entonces seguimos igual, yo pintando siempre y ella siguiendo lo que hago. Ella es mi consejera cultural, político, y económico también.
Y fue cómplice de esta exposición, junto con Bélgica Rodríguez buscó y seleccionó durante un año, los noventa dibujos que hoy se exponen.
"Sí, y hay más, se pueden hacer diez o veinte muestras más", afirma el pintor.
Valencia, la suerte y los retos 
El maestro Vigas vive en Caracas, y si le preguntan si extraña a Valencia responde que no, pero enseguida aclara que le gusta esta ciudad y la quiere mucho. "Creo que lo que hago, lo hago porque quiero, y por eso a Valencia la quiero, aquí viví las cosas más bellas".
Mi infancia la pasé en La Pastora -agrega- vivía en la calle Anzoátegui, ahí tengo mi casa todavía, a veces voy a verla. Mis primeras pinturas las hice aquí y las expuse en el Ateneo de Valencia, en 1942. Los primeros amores los tuve en Valencia. También viví en Tinaquillo. 
Y tuve la suerte, que en ninguna de las ciudades donde viví, había escuela de arte, eso fue una gran suerte, porque no tenía a nadie que me dijera "me gusta, no me gusta". Hice lo que quise y todavía sigo así. Corría riesgos, y nunca perdí, fue una suerte, y todavía eso me maravilla, no todo el mundo la tiene.
- ¿Cuánto le gustan Las Trincheras? Me encantan Las Trincheras, porque aquí puedo hablar tonterías, me meto en el agua y vuelvo a ella; se come muy bien, y después de pintar lo que me gusta hacer es comer. Tengo seis días aquí (contando hasta el lunes) y cada vez que puedo vengo. 
La pintura es un misterio 
Son setenta años dedicados a las artes plásticas, hoy día el maestro considera que "la pintura es un misterio porque… nunca se sabe por qué, pero es un misterio. No se sabe, ni cómo, ni por qué, ni cuándo, ni dónde surgirá, pero siempre estoy dispuesto para ella".
Eso sí, añade que esa disposición la asume "siendo indiferente, porque si le diera importancia a eso, a lo mejor paro, pero como no le doy importancia, sigo el tiempo que sea. No le doy importancia, porque en la vida hay cosas realmente más importantes como vivir, no pintarla". 
La pintura es humilde -añade- y hablar de ella, es falta de humildad, ahí se traiciona a uno mismo. Hay que pintar, y para eso no hay que hablar, por eso dije que los pintores pinten, los oradores hablen. 
- ¿Cuándo volverá a exponer en Valencia?
Cuando alguien me invite, con todo gusto. Siempre la sensación es que uno no sirve para nada y cuando se hace una exposición, de pronto uno dice 'qué bueno, parece que algo he hecho', y algo hice. 
- ¿Queda Vigas para seguir pintando? No hago más nada. Y cuando regreso a Caracas me meto en mi taller para seguir pintando, puedo pasar ahí cualquier cantidad de horas, no las cuento, y por eso pinto sobre cualquier cosa. Y la idea puede llegar en cualquier momento, eso de la inspiración no existe, existe el trabajo, entonces cuando uno trabaja, algo queda y nunca se sabe por qué, los demás lo sabrán quizá.
- ¿Qué le diría a los nuevos artistas? Que trabajen y que pinten tonterías, porque son las mejores y así serán reconocidos, que no se consideren importantes, porque nadie lo es. 

Con un sentido homenaje fue despedido Oswaldo Vigas

El carabobeño 26 abril 2014

Con un sentido homenaje fue despedido Oswaldo Vigas

Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
Valencia despidió a Oswaldo Vigas, su artista de mayor prestigio internacional, durante un homenaje de la Universidad de Carabobo en la galería de arte Braulio Salazar, donde los presentes le tributaron un conmovedor aplauso, antes del traslado de su cuerpo al Cementerio Municipal donde fue sepultado. 
El ex rector Elis Mercado dijo en la oración fúnebre, que Oswaldo Vigas como ser extraordinario, captó una mágica permanencia para la continuidad. Momentos antes, el arzobispo de Valencia, Reinaldo Del Prette afirmó que el artista poseía la profundidad interior que lo condujo a la proyección de la trascendencia. 
Vigas, de 90 años, falleció el pasado martes en el hospital de  Clínicas  de Caracas, donde su cadáver fue velado en la capilla del Cementerio de La Guairita. De allí fue trasladado el jueves en la tarde a Valencia, su ciudad natal. En la funeraria Quo Vadis hubo un velatorio al que asistieron el alcalde Miguel Cocchiola y centenares de personas de diversos sectores que dieron el pésame a su viuda Jeanine Vigas, a su hijo Lorenzo Vigas Castés, a su hermano Herman Vigas, a sus sobrinos César Peña Vigas, Sazy de Peña, Vicente Lozano, Noemí Peña de Lozano y otros familiares. 
Temprano en la mañana, monseñor Reinaldo Del Prette presidió una misa exequial de cuerpo presente, en la que luego de referirse al misterio de la Resurrección de Cristo, dijo que Vigas fue un  artista integral que nos enorgullece como valenciano y porque trascendió como artista plástico, hasta convertirse en una referencia internacional en la misma línea de Arturo Michelena. 
A las 9 a.m. el féretro fue trasladado a la galería Braulio Salazar para el homenaje que la Universidad de Carabobo y los sectores artísticos de la ciudad rindieron al artista, cuya obra fue reconocida con premios nacionales, internacionales y con el título de comendador de las Artes y las Letras de Francia. El acto fue presidido por Jessy Divo de Romero, rectora de la Universidad de Carabobo; acompañada del vicerrector académico, Ulises Rojas y del secretario Pablo Aure. 
Ante centenares de personas que llenaron el espacioso salón  de exposiciones, Mercado dijo en la oración fúnebre, que, en el pensamiento de Vigas, habitaba la inmortalidad de las obras de arte para lograr la trascendencia, diferenciando la obra que adorna y la creación del arte puro, por lo cual insistió en que nunca fue ni abstracto ni figurativo sino rigurosamente Oswaldo Vigas. 
La creación artística, en Vigas, era la expresión de un pensamiento, que se manifestaba en líneas y colores, en el empeño de sostener que, ante el gran arte, el tiempo se contrae y desaparece   para hacer posible que el arte no muera, dijo Mercado. 
En su discurso, el presidente del Ateneo de Valencia, institución a la cual Vigas siempre estuvo vinculado, exhortó a preservar la memoria del artista, junto con las de Braulio Salazar y Wladimir Zabaleta, constructores de sueños y fantasías, que supieron darnos razones para la lucha por los más altos valores del espíritu. 
El maestro de ceremonias del homenaje, don Pedro Bello, pidió al final del acto un aplauso para Oswaldo Vigas el cual fue prolongado, vibrante y conmovedor. Luego el féretro fue trasladado al Cementerio Municipal, donde el artista descansará en el panteón de sus antepasados. 

Se nos fue Oswaldo Vigas y su ciudad nativa pareció no recordar que perdía a uno de sus hijos más brillantes y pionero de las expresiones artísticas inspiradas en la cultura prehispánica, para luego desarrollar una extensa obra que lo situaron entre los grandes creadores latinoamericanos del siglo XX

El Carabobeño 27 abril 2014

Hoy y Después en Valencia

 Alfredo Fermín
afermin@el-carabobeno.com
Se nos fue Oswaldo Vigas y su ciudad nativa pareció no recordar que perdía a uno de sus hijos más brillantes y pionero de las expresiones artísticas inspiradas en la cultura prehispánica, para luego desarrollar una extensa obra que lo situaron entre los grandes creadores latinoamericanos del siglo XX. 
Afortunadamente el alcalde Miguel Cocchiola lo entendió así expresando sus condolencias en nombre del gobierno municipal y con su presencia en las exequias. Pero el gobernador del estado, Francisco Ameliach, quien expresa su orgullo de ser valenciano, ni siquiera, se dio por enterado. Para este  gobierno, el artista universal era poca cosa para merecer un reconocimiento. No era chavista y eso no se perdona en revolución. 
  Cuando se exalta y se promueve que el Arte Venezolano debe estar inspirado en nuestras raíces, hay que resaltar que fue Oswaldo Vigas quien, hace 60 años, tomó en cuenta las formas anatómicas de las figuras, entre ellas la Venus de Tacarigua, que crearon  los indígenas en la cuenca del Lago de Valencia para iniciar su obra artística. En  el Taller Libre de Arte, de Caracas, sus compañeros Omar Carreño, Humberto Jaimes Sánchez, Victor Valera y  Angel Hurtado se sumaron a la iniciativa con la cual se  inició  la contemporaneidad plástica en nuestro país. Esas extrañas mujeres, que creaba Vigas, fueron bautizadas como brujas  por el poeta Oswaldo Trejo y así se quedaron en la Historia del Arte. 
Vigas, nacido en Valencia en 1923, graduado de médico en la Universidad Central de Venezuela, fue un extraordinario animador cultural lo que le permitió organizar, en París, la Exposición Internacional de Arte que presentó  el Ateneo para celebrar los 400 años de Valencia en 1955.  Sin recursos pero bien conectado, el joven artista que seguía estudios en aquella ciudad, logró entusiasmar a las principales figuras de la Escuela de París, de Estados Unidos, Canadá y  países latinoamericanos para que enviaran sus obras. Asi tuvimos, en aquella Valencia aldeana, una  exposición que hoy, con todos los adelantos, sería  imposible. 
En aquel tiempo no había coleccionistas en nuestro país por lo cual, de  las obras maestras que vinieron, no se vendió ni una. Solo Inocente Palacios apartó  una de René Magritte pero no la adquirió porque después la consideró muy cara: mil bolívares, contaba Frida Añez, presidenta del Ateneo de Valencia, que tuvo a su cargo la organización y presentación de la monumental exposición. 
Se ha insistido en que Pablo Picasso participó  en esta muestra. Pero, según nos contó Vigas, el artista  retiró la obra, antes de ser enviada a Venezuela cuando supo que,  el Ateneo de Valencia, nombró como  presidente de honor al general Marcos Pérez Jiménez. “Yo no comparto con dictadores” habría dicho el pintor español para justificar su decisión. 
Lo cierto es que, en el catálogo con portada y diseño de Carlos Cruz Diez, aparece entre los participantes  Pablo  Picasso en la sección de pintores españoles residentes en París. La obra presentada se titula Retrato de Madame D. Pero según  el poeta y crítico Arturo Machado Fernández, ese fue un cuadro prestado por un coleccionista de Caracas. 
Los reconocimientos artísticos, el prestigio internacional no disminuyeron nunca el amor de Vigas por su ciudad tanto que, su última voluntad, fue reposar en el panteón de sus antepasados en el Cementerio Municipal.  En 1982, cuando Tibisay Useche presidía el Ateneo, Vigas, con el respaldo de  Cerámica Carabobo, donó un mural para colocarlo en la fachada de la casa cultural que forma parte de  nuestro  patrimonio artístico. 
La obra, construida con motivo de los 40 años del Salón Michelena, de 30 metros por 2 fue ejecutada en gres por el técnico ceramista Ricardo Carizzi, apunta Vitalia Muñoz de Chacín en su libro “Razón de una memoria”. 
En otra demostración de amor por su ciudad, Vigas ofreció la casa donde nació, en la calle Anzoátegui, para convertirla en un museo con obras suyas y parte de su formidable  colección de Arte Contemporáneo. La oferta se la hizo al difunto alcalde Paco Cabrera pero no hubo interés en hacerla realidad. Sin embargo, Vicente Lozano, sobrino político del artista, ha insistido con el Ateneo de Valencia para que ocupe, como su sede , espacios del inmueble y, si es posible, que la  destinen  como una de las subsedes de la próxima Bienal Salón Arturo Michelena que estará dedicada a la memoria Oswaldo Vigas. 
Esto hay que tomarlo muy en serio si recordamos, que el inolvidable pintor Luis Eduardo Chávez quiso donar su casa, en Mañongo, y su magnífica colección de arte y de muebles al Ateneo de Valencia. La institución tardó en hacer las gestiones y el maestro murió repentinamente. La casa fue saqueada y la donación fue a parar a los anticuarios a precios vergonzosos. Se perdieron obras de inmenso valor con las que Valencia pudo iniciar la creación de un museo de arte que nunca ha tenido. 
Quienes mantuvimos amistad y quisimos tanto a Oswaldo Vigas, reiteramos  sentimientos de consideración, en estos momentos en que el Arte Latinoamericano está de duelo, a su viuda Jeanine, a su hijo Lorenzo y a los demás miembros de su estimada familia. 
Salvemos El Cine 
Las salas de cine también corren el riesgo de desaparecer pues la gente no va a ver las películas, por muy extraordinarias que sean. El martes, a la 1:30 pm vimos, en la Sala Primiun del Sambil, el film Diana y fuimos el único espectador. El jueves vimos 12 años de Esclavitud, ganadora del Oscar 2014, como la mejor película, en el centro comercial La Granja y solo estábamos tres personas. Mal presagio. 

EN PATIO TRIGAL  proyectan, esta tarde a las 5, Escándalo Americano, con Chistian Balle y Bradly Cooper. A partir del próximo viernes 2 de mayo será estrenada, en funciones de 5 y 7,30 pm, Blue Jasmin, drama comedia de Woody Allen interpretada por  Alec Baldwin, Sally Hawkins, Alden Ehrenreich  y Cate Blanchett, ganadora del Oscar 20014 como mejor intérprete. Extraordinaria, a no faltar. 30 bolívares la entrada.

23 de abril de 2014

La amistad de Frida Añez y Oswaldo Vigas data de muchos años, a ella se agregarían sus respectivos cónyuges.

En la foto de izquierda a derecha el violinista Maurice Hasson, el artista plástico
valenciano Oswaldo Vigas, Frida Añez y el Dr. Janos Magasrevy, Gerente de "Cerámicas Carabobo"
donde se realiza la velada

En 1953 Oswaldo Vigas realiza, por encargo del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, los murales de la Ciudad Universitaria que se encuentran en el edificio y en la plaza del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela en Caracas. Ese mismo año se residencia en París donde hizo amistad con Pablo Picasso y con Wilfredo Lam y organizó la famosa Exposición Internacional de la Escuela de París para el Ateneo de Valencia que presidía Frida Añez. Amigos valencianos, asi se hace historia, no de forma sesgada o con medias verdades...pues esos recortes de prensa son REFERENCIAS HEMEROGRAFICAS para estudiantes que a lo largo de los años estudiarán estos temas. Si no se va a dar la versión como es mejor no se dice nada...

El Carabobeño 23 abril 2014

La cultura nacional de duelo por la partida de Vigas

Alfredo FermÍn
Oswaldo Vigas entregó su vida en  la tarde de este martes, satisfecho de haber contribuido a dar al Arte Venezolano carácter internacional, como pionero de los pintores que convirtió  la cultura precolombina en fuente de creación contemporánea. 
Vigas el Magnífico, pintor nacido en Valencia en 1923, logró en 1955 cuando esta ciudad celebró su cuatricentenario, traer al Ateneo de Valencia la histórica Exposición Internacional en la que participaron artistas de prestigio mundial como Pablo Picasso, George Roualt, Max Ernst, Bernard Buffet, René Magritte y  Alfredo Manessier, quien ganó el Gran Premio. 
Viga ganó tres veces el premio  Michelena del Salón Arturo Michelena del Ateneo de Valencia; el Premio Nacional de Pintura, el Gran Premio Príncipe  Raniero del Principado de Mónaco, en 1992. El Gobierno de Francia lo declaró Caballero de la Legión de Honor, distinción que han tenido muy pocos latinoamericanos. Pero en el alma del artista siempre estuvo su querida Valencia, por lo cual pidió descansar eternamente en el panteón de sus antepasados en el Cementerio Municipal. 
El fallecimiento del artista a consecuencia de una neumonía que le produjo complicaciones ocurrió en el Hospital de Clínicas Caracas, donde le acompañaban su admirable esposa Jeanine y su hijo, el cineasta Lorenzo Vigas. El mundo cultural de Venezuela se declaró de duelo. 
 Hijo del médico Jesús Vigas y de Nieves Linares, descendiente del pintor Arturo Michelena, la infancia y la adolescencia de Vigas transcurrieron entre Tinaquillo, Guacara y  Valencia, donde a los 18 años ganó su primer premio como artista con la ilustración de poemas de Arturo Machado Fernández en el concurso de Poemas Ilustrados del Ateneo de Valencia. Esta institución le concedió en 1943 la Medalla de Honor del Primer Salón Michelena. 
La Medicina por El Arte 
En 1945 inició en Mérida estudios de Medicina que concluyó en Caracas. Allí comienza su famosa serie de cuadros Las Brujas, inspiradas en la cultura y la hechicería precolombina que representa con atmósferas y sugerencias más  que con alusiones figurativas. 
En 1952 obtuvo el Premio Nacional de Artes Plásticas con la obra Gran Bruja, en la que Aquiles observó: “lo sombrío de sus climas plásticos, sus invenciones formales, geométricas y a un tiempo orgánicas, óseas, a la vez que musgosas; sus desoladas nocturnidades recogen la imagen de la tierra a la manera mítica en que le teme el animismo colectivo”. 
En 1953 realiza, por encargo del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, los murales de la Ciudad Universitaria que se encuentran en el edificio  y en la plaza del Rectorado de la Universidad Central de Venezuela en Caracas. Ese mismo año se residencia en París donde hizo amistad con Pablo Picasso y con Wilfredo Lam y organizó la famosa Exposición Internacional de la Escuela de París para el Ateneo de Valencia que presidía Frida Añez. 
De regreso a Venezuela, en 1957, Vigas muestra una obra geométrica y gestual influenciado por la cultura prehispánica que titula Objetos. Caída la dictadura de Marcos Pérez Jiménez fue nombrado agregado cultural de Venezuela en Francia, lo que le permitió ejercer el cargo de comisario de la Bienal de Venecia en 1962. 
En 1964 regresa a  Venezuela y vuelve a ganar el Premio Arturo Michelena del Ateneo de Valencia con la obra Parameras, con la que retoma el tema de las brujas pero agregando elementos matéricos y pinceladas violentas, a lo que continuó un periodo de tendencia abstracta. Es el tiempo en que es nombrado director de 
Cultura de la Universidad de Los Andes, donde hizo una labor calificada de extraordinaria. 
Vigas Se Queda en Valencia 
Vigas es el pintor venezolano de más extensa creación artística a lo largo de su vida, lo que pudo mostrar en 1990 cuando Sofía Imber organizó en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas una exposición con 200 obras entre pinturas, esculturas, tapices, cerámicas, joyas y artesanías. 
Similar experiencia fue presentada en 1993 en el Palacio de la Moneda de París, donde fueron presentadas 137 piezas con los mejores comentarios de la prensa francesa. 
En los últimos años la obra de Vigas tuvo un carácter de síntesis con espacios coloreados y zonas sin tocar en la tela o el papel. Su última exposición la presentó Antonio Ascaso con curaduría de Bélgica Rodríguez, titulada Vigas Constructivista, que luego fue llevada a Miami.   
Sus sobrinos César Peña Vigas y Vicente Lozano informaron anoche que el cuerpo del artista será velado a partir de hoy en el Cementerio La Guairita de Caracas hasta el jueves. Luego será trasladado a Valencia, en cuyo Cementerio Municipal tendrán lugar, el viernes en la mañana, las exequias y el sepelio. 

Oswaldo Vigas y la proyección de su obra

NOTITARDE 02/11/2013 

Vigas constructivista, por primera vez en Caracas

El Nacional
Caracas, 2 noviembre 2013.- Con 90 años de edad cumplidos en agosto, Oswaldo Vigas se mantiene como un artista activo y prolífico. Es incansable: todos los días se interna en su taller, ya sea para pintar o hacer dibujos. Allí es donde se siente cómodo. Por ese motivo su esposa y compañera desde hace cinco décadas, Janine, señala que a él le gustan poco las inauguraciones o las reuniones fuera del hogar. Lo suyo es crear y punto.
“Todo esto es fantasía”, dice el maestro mientras atiende a la prensa en la Galería de Arte Ascaso, donde se inaugurará la exhibición Vigas constructivista. Aunque le incomoda participar en estos actos, el Premio Nacional de Artes Plásticas de Venezuela tampoco se niega. Es consciente de que ha sido parte de su vida y posa con su mejor sonrisa ante el lente de los fotógrafos.
La muestra que cuenta con la curaduría de Bélgica Rodríguez reúne 72 obras de Vigas que realizó entre 1953 y 1957, período que vivió en París, epicentro del arte durante el siglo XX. En esa ciudad conoció a artistas como Pablo Picasso, Víctor Vasarely y Wifredo Lam; también fue allí donde se relacionó con el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, quien le encomendó los murales de la Ciudad Universitaria de Caracas.
Durante esa etapa, el artista nutrido por el torbellino creativo de la ciudad europea comienza a experimentar otras facetas en su obra, a explorar la abstracción a partir de la esquematización de la figura, que se convierte en línea. La mayoría de las piezas creadas en esta etapa permanecieron inéditas hasta que el año pasado se expusieron en Miami y ahora serán mostradas por primera vez en Caracas. Algunas fueron exhibidas en la década de los cincuenta, como la serie de objetos que participó el Museo de Arte Moderno de España.
“Para mí estas obras representan todo, así como también tienen ese mismo significado mi trabajo actual y mis otras etapas. Los artistas no necesitamos encajar en términos, eso es algo que te pone la gente. Yo, por ejemplo, no tengo nombre, no sé cómo me llamo”, expresa Vigas, palabras con las que enfatiza que para él lo importante es crear y no hablar sobre sus procesos.
El artista dice que al igual que este trabajo de la década de los cincuenta, tiene otros guardados en su taller: “Nunca he vendido todo lo que hago. Aunque algunos dicen que tengo muchas obras, para mí no son tantas. Estas las había mantenido guardadas porque no puedo vender todo. Yo vendo algo para vivir, pues si tuviera otros medios no vendería nada”, manifiesta.
Rodríguez considera que la importancia de esta exposición inédita en Venezuela es que permite conocer y ampliar las facetas de Vigas: “Entre 1953 y 1957 él no tenía ninguna conexión con la abstracción geométrica que predominaba en el país. Lo que lo nutre es París y sus laboratorios, los cafés, los grandes intelectuales, el surrealismo, el existencialismo. Su arquetipo de la bruja empieza a desaparecer para dar paso a la línea, pero conserva su trazo fuerte negro y su fuerza cromática, pues él es un gran colorista”. 
La exposición estará abierta al público hasta diciembre. El próximo año la agenda está llena. Vigas tiene previsto inaugurar una exhibición con obras de los años setenta en Nueva York; además, viajará con una retrospectiva de su carrera a la primera Itinerante Latinoamericana en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, que también presentará en Lima y Santiago de Chile.                          
Vigas constructivista (París 1953-1957)
Galería de Arte Ascaso, avenida Orinoco, entre calles Mucuchíes y Monterrey, Las Mercedes
Inauguración: mañana, 11:00 am
Horario: lunes a viernes, de 8:00 am a 1:00 pm y de 2:00 pm a 6:00 pm; sábado y domingo, de 11:00 am a 3:00 pm
Entrada libre

NOTITARDE 10/12/2012 
Con una impactante exposición

Artista venezolano Oswaldo Viga se presenta en la feria Art Basel en Miami

globovision.com
Caracas, 10 diciembre 2012.- En momentos en que se celebra en la Florida la feria de arte más importante en Estados Unidos, Art Basel, el erudito pintor y escultor venezolano Oswaldo Vigas presenta por primera vez ante el mundo, una impactante exposición que recoge el trabajo de uno de los períodos más determinantes dentro su obra. Ascaso Gallery, en Wynwood, ofrece al público internacional cincuenta y siete pinturas entre gouaches y tintas sobre cartulinas; papeles y maderas; óleos sobre tela, masonite y contrachapado. También pasteles sobre cartulina y gamuza; tinta y pasteles sobre periódicos, producto de la intensa actividad artística de Vigas en París, momento estelar en el que preparaba cinco murales para la Ciudad Universitaria de Caracas.El polifacético pintor viajó recientemente a Miami para esta gran ocasión, y mostrar personalmente, estas piezas en las que se aprecian interesantes cambios en su lenguaje y que marcan una nueva etapa dentro de su línea de trabajo: «Para ese entonces mis formas eran eminentemente figurativas, pero al intentar limpiarlas empezaba a llegar a lo que ahora llamo arquitectura simple. La forma humana se fue reduciendo a estructuras lineales».Bélgica Rodríguez, destacada investigadora venezolana, crítico de arte y responsable de la curaduría, museografía y los textos de Vigas costructivista, apunta que para esta muestra fueron seleccionadas tres series emblemáticas: Objetos negros, Formas tensionales y Proyectos para murales, por considerar que es allí donde radicaliza la abstracción y la geometría en sus obras, con una fuerte carga emocional.Desde su inauguración, la muestra de Vigas en Miami ya es un éxito y puede ser apreciada en los espacios de Ascaso Gallery, 2441 NW 2nd Avenue, por todos aquellos amantes del arte que se trasladen a la Florida durante las fiestas de fin de año, y permanecerá abierta hasta el próximo mes de febrero.

Considerado el maestro del arte contemporáneo en Venezuela Murió el pintor valenciano Oswaldo Vigas

NOTITARDE 23/04/2014 
Considerado el maestro del arte contemporáneo en Venezuela

Murió el pintor valenciano Oswaldo Vigas


María Laura Padrón
Valencia, abril 22.- Valencia pierde a uno de sus grandes maestros, el polifacético artista plástico Oswaldo Vigas, ícono venezolano en el mundo, quien falleció este martes en Caracas a los 88 años de edad.

Nació el 4 de agosto de 1926, en la ciudad de Valencia, hijo del doctor José de Jesús Vigas y de Nieves Linares, una descendiente de Arturo Michelena. En sus años de juventud, optó por estudiar medicina en la Universidad de Los Andes, en Mérida, de la cual es Doctor Honoris Causa y culminó la carrera en la Universidad Central de Venezuela.

A los 25 años de edad, habiendo destacado por su obra pictórica, se mudó a París, donde realizó muestras individuales y colectivas de sus piezas en museos y galerías de Francia, así como en España y Estados Unidos. En sus vivencias parisinas, se inicia en la técnica del grabado en la Escuela Superior de Bellas Artes en el taller de Marcel Jaudon y, más tarde, en el de Stanley William Hayter, hizo imprimir sus planchas por el maestro impresor Georges Leblanc. Es Comendador de las Artes y las Letras de Francia.

Pinceladas de éxitos

Cuando tenía apenas 16 años, fue galardonado con el Premio Salón Arturo Michelena, el reconocimiento más importante del arte en Venezuela. Cabe destacar que junto al artista plástico Braulio Salazar, es el único merecedor de este premio en tres ocasiones.

El maestro Vigas fue distinguido a lo largo de su carrera con el Premio Nacional de Artes Plásticas; el Premio John Boulton; el Premio de la Latinidad, otorgado por la Unión Latina en Venezuela; el Gran Premio S.A.S. Prince Rainier III de Mónaco; el Premio Nacional Armando Reverón, entre otros.

En el año 2012, fue condecorado por el rey Juan Carlos I de España, por su destacado aporte al arte latinoamericano, en el marco de la celebración del bicentenario del Tribunal Supremo de Justicia español.

Amigo íntimo de Picasso

Según el director de la Galería Braulio Salazar, Lunes Rodríguez, la obra de Vigas fue claramente influenciada por el artista español Pablo Picasso, con quien compartía una profunda amistad.

Rodríguez afirmó, que junto a Picasso, Vigas inyectó a su obra la esencia del Cubismo, rompiendo con los esquemas del arte contemporáneo, descomponiendo la figura humana en los lienzos.

Mencionó que este insigne valenciano, fue el organizador en el año 1955 de una exposición en el Ateneo de Valencia, en el marco de los 400 años de fundación de la ciudad, que reunió la obra de artistas internacionales, entre la que se encontraba una pieza de Picasso, dedicada a Valencia.
NOTA: Estimado Lunes Rodríguez me veo obligada a anotar al margen de su opinión que COMO TODO LO QUE SE HACE EN ESTA CIUDAD CUANDO HAY QUE NARRAR UN HECHO HISTÓRICO, LA COSTUMBRITA FASTIDIOSA ES CONTAR LA HISTORIA VERDADERA DE FORMA INCOMPLETA BORRANDO LO QUE LE DA LA GANA AL ENTREVISTADO, LO CUAL MEDIATIZA SU INTERVENCION, LA SESGA Y ASI SE VA ACUMULANDO UNA SUMATORIA DE VERDADES DICHAS POR LA MITAD, LO CUAL EN HISTORIA ES UNA FALTA GRAVE, Oswaldo Vigas ESTUDIABA en París y desde el Ateneo de Valencia,  Frida Añez, Y Braulio Salazar, Presidenta ella y él miembro de la Comisión de Artes Plásticas de la Junta Directiva de la institución en el año 1955, con motivo de la fecha cuatricentenaria del Ateneo, le enviaron carta y dinero para que contactara no sólo a Pablo Picasso A QUIEN NO LE UNIA UNA PROFUNDA AMISTAD, YA QUE EL FUE AL TALLER DEL ARTISTA CON OTROS COMPAÑEROS A CUMPLIR CON LA PETICION DEL ATENEO, Y ALLI LO CONOCIÓ Y A PICASSO LE CAYÓ MUY BIEN EL AGRADABLE ESTUDIANTE Y LO INVITÓ A FRECUENTARLO, COMO TAMBIÉN VIGAS FUE EMISARIO EXITOSO DEL ATENEO DE VALENCIA ANTE otros eminentes pintores europeos QUE ENVIARON SUS OBRAS PARA conformar la famosa "Exposición Internacional de Pintura", que se montó en Valencia ese mismo año, en el Ateneo como un esfuerzo MANCOMUNADO DE LAS AUTORIDADES DEL ATENEO, SUS MIEMBROS Y LAS FUERZAS VIVAS DE LA CIUDAD, MARAVILLOSA OBRA EN EQUIPO QUE NO SE PUEDE ADJUDICAR A UNA SOLA PERSONA COMO ES LA OTRA COSTUMBRITA HOY EN DÍA ("TODO EMPIEZA CONMIGO O CON QUIEN YO QUIERA PROMOVER", NADIE TIENE MÉRITOS DESDE EL PASADO, SÓLO EL ENTREVISTADO QUE DESCUBRE EL AGUA CON LIMÓN)...OSWALDO VIGAS CUMPLIÓ CABALMENTE SU COMETIDO, TANTO QUE HASTA PICASSO ENVIO EL DIBUJO DE UNA PALOMA DE LA PAZ DEDICADA A VALENCIA DE SU PUÑO Y LETRA, LA CUAL DEBE ESTAR ENGALANANDO HOY LA PARED DE LA CASA DE ALGUIEN QUE TODOS SABEN PERO NADIE DICE, PORQUE EN LOS ARCHIVOS DEL ATENEO NO ESTÁ, Y ESE LIO VIENE RODANDO DESDE EL 450 ANIVERSARIO DE LA CIUDAD QUE NADIE LE PARÓ BOLA, COMO LUNES MUY BIEN LO SABE, PUES AHI SE DESCUBRIO EL HURTO DE LA PALOMA DE PICASSO DE LOS ARCHIVOS DONDE MUCHOS LA VIMOS, Y EL PERIODISTA CARLOS FLORES HIZO UN EXCELENTE REPORTAJE EN LA REVISTA EXCESO DE BEN AMI FIHMAN...DE VERDAD SE CANSA UNO DE ESTAS SITUACIONES DE BURLA A LA HISTORIA...CON SUS MEZQUINDADES...PUES LEVANTAR LA HISTORIA DE VALENCIA Y SUS INSTITUCIONES POR ESAS PUERILIDADES ES UN ACTO DIFÍCIL DE LLEVAR A CABO...
Obra que seguirá viva

Su larga trayectoria artística, de más de seis décadas, en la que se desempeñó como pintor, muralista y escultor, es reconocida dentro y fuera del país, pues es reflejo de una carrera de compromiso, dedicación y estudio. En su obra, que se caracteriza por la abstracción, la figura de la mujer juega un papel protagónico.

En 2010, con más de cinco años sin exponer en Valencia, Vigas fue homenajeado con la apertura de la muestra del Museo a Cielo Abierto “Fundación Cabriales”, en el Parque Fernando Peñalver, donde se exhibió una reproducción de 14 obras y dos de sus esculturas, que llevó por nombre “De brujas a curanderas”. El artista manifestó sorpresa al ver las obras a cielo abierto, “porque es la manera de ponerlas al alcance del pueblo y de tanta gente que jamás ha visto un cuadro”.

En ese entonces, Vigas declaró a este diario que aunque se había graduado como médico, nunca había ejercido esta profesión porque tenía miedo a los enfermos y a las enfermedades, especialmente a las suyas. Sin embargo, confesó “no le tengo miedo a la muerte, porque dejé cosas que van a seguir viviendo cuando yo me vaya”.

En el año 2013 se realizó su última exposición en la ciudad, donde se mostró una colección inédita de dibujos y grabados sobre papel, en el Gabinete de Dibujo y la Estampa.

Cabe destacar, que existe un proyecto en el que Vigas ofreció su casa natal, ubicada en la urbanización La Pastora, para convertirla en un Museo en el que no sólo se expongan las obras de su autoría, sino que también donaría su colección de arte personal.

Una de sus obras se puede contemplar en la ciudad, en las afueras del Ateneo de Valencia, y en Caracas, en la Universidad Central de Venezuela.

El legado de Vigas está impregnado de constancia, pues dejó huellas imborrables en varios continentes. El director de la Galería Universitaria Braulio Salazar, manifestó que “Vigas murió con el pincel en la mano y trascenderá en todos los aspectos del arte contemporáneo”.

Falleció tras afectación por neumonía

Oswaldo Vigas, quien estuvo casado con Janine y con quien tuvo su único hijo, Lorenzo, falleció a las 6:15 de la tarde, en el Hospital de Clínicas Caracas, tras sufrir complicaciones por neumonía. Será velado hoy a las 12:30 p.m., en la Capilla 2 del Cementerio del Este. (Con información de Últimas Noticias)
En la entrada del Ateneo de Valencia se puede ver una de las obras del maestro Oswaldo Vigas
patrocinado por la Corporación Cerámicas Carabobo a través de su Gerente de Administarción Sra. Frida Añez de Magasrevy

NOTITARDE 23/05/2013 

Oswaldo Vigas: "Me moriré con un pincel en la mano"


Cortesía: Mayelit Valera / Diario El Impulso
La casa del pintor Oswaldo Vigas es un pequeño museo que retrata su trayectoria artística, y que nos hace sentir orgullosos del talento venezolano. A sus 87 años, este valenciano consagrado en escenarios internacionales, se siente más artista que nunca, y afirma que todavía le falta mucho por pintar.Con una sonrisa en su rostro, que expresa satisfacción por su trabajo, confiesa que siempre está pendiente de sus creaciones, y hasta que no las ve partir, sigue estando pendiente de ellas.Su fiel compañera, su esposa Janine, quien ha sido cómplice de sus trazos, y con quien ha compartido décadas de su travesía por el arte. Ambos son el complemento perfecto de sus vidas.“Estoy muy bien, a pesar que tuve un ACV, pero lo he superado en gran parte. En estos momentos estoy haciendo una serie de crucifixiones, la imagen de Cristo con pequeños animales. También tengo una exposición en Miami, y otra nueva para final del año. Para Caracas hay un proyecto de exposición, pero no está definido todavía”, expresó el artista.- Es considerado uno de los artistas contemporáneos más importantes de Venezuela, ¿cómo se siente con esa responsabilidad?- Como algo natural, no lo he buscado, me llega y punto.- El año pasado fue condecorado por el Rey de España, ¿qué son los premios y reconocimientos?- He tenido muchos, y espero muchos más. Pero no me interesa recibir premios, pero sí me los dan, estoy muy feliz de que reconozcan mi trabajo. Es algo muy importante saber que tu obra ha sido reconocida, sobre todo, en países extranjeros que no me conocen, eso tiene mucha importancia para mí y me incentiva a trabajar todos los días. La opinión del resto de la humanidad es muy importante respecto a lo que uno hace, pero también tengo mi propia opinión.- ¿Qué significan las exposiciones?- Lo mismo que las obras. Es una forma de ser reconocido, y una forma de vivir, de participar con la humanidad, con el resto de los seres, porque si uno está solo no hace mucho, es la compañía la que implica progreso, y reconocimiento de uno mismo, ante uno mismo. También porque uno siempre duda. Mi pintura no es una cosa calculada, es intuitiva, mi obra no sé si está buena o malo, felizmente la mayoría que hago, está bien, no la rompo, pero a veces sí, lo borro, lo rompo y lo corrijo. Hay obras corregidas muchas veces, y al final, después de muchas correcciones, queda terminada, pero eso no siempre es así, porque esa es una cosa completamente azarística, porque yo no soy pintor decorativo que hace siempre lo que quiere, yo no sé nunca si lo quiero o no.- ¿Y sus obras?- Cuando termino una obra, la doy por terminada cuando se va, antes no, solamente sé que está terminada cuando se la llevan. Hay algunas de las cuales no quisiera desprenderme, parece que quien la hizo, no soy yo, es alguien que está por encima de mí. Yo nunca calculo lo que voy hacer, en eso tengo siempre sorpresas, yo soy el primer sorprendido de lo que hago, a veces me produce mucha sorpresa y felicidad, y a veces contradicciones.- ¿Le da sentimiento desprenderse de sus cuadros?- A veces, otras no me importa, pero eso tiene una compensación, porque la obra va a vivir por su lado.- ¿Cómo siente que ha evolucionado?- Yo no he evolucionado, pienso que lo que hago ahorita puede ser tan importante como lo que hice ayer, igual puede pasar mañana, puede llegar a ser más interesante, pero no mejor, cada época tiene su importancia, cada momento, pero no puedo decir que una es mejor que otra.- ¿Qué nos diría del cubismo?- Fue algo muy importante en la base de la pintura, en la mía también. Hay muchas obras mías de los años 40 que son cubistas. En mis comienzos tenía influencias del cubismo, pero para mí no es una escuela, sino un sistema de composición que me sirvió siempre, pero no es mejor que otro.- ¿Cómo es su día?- No hay ninguna regla, no sé nunca lo que voy hacer en el día. La serie de las crucifixiones son muy buenas para mí, porque son figuras expresivas que transmiten dolor, y al mismo tiempo, revuelta, protesta, porque tengo un Cristo horita que está amenazando a la gente.- ¿A que le atribuye su éxito?- A la constancia en el trabajo, a la responsabilidad ante uno mismo, porque no me importa la opinión de los otros, lo primero es mi opinión sobre lo que hago. Es importante que lo que hago me interese.- ¿Tiene alguna cábala?- Debe haber algo pero yo no lo sé (risas).- ¿Influye el estado de ánimo?- No, porque una vez que comienzo a pintar, me olvido de todo lo demás. A partir de ese momento ya no dirijo mis acciones, mi pintura no tiene una dirección racional.- ¿Es su desahogo?- Mi pintura es más importante que yo, y ella me hace ser lo que ella quiere, no yo.- ¿Cuál es la pintura perfecta?- Mala, la pintura perfecta es mala. La vida perfecta no es vida con riesgo, y no hay vida donde no hay riesgo, y el arte también es así, eso es lo importante, porque el riesgo traduce emoción, y eso es lo importante en el arte. Si el arte perfecto no tiene emoción, entonces no sirve, es decorativo, es arte menor, no mayor. El arte menor sirve para adornar, el arte mayor sirve para transcender a la muerte, y eso es lo que busca uno, transcender, no adornar.- ¿Qué lo inspira?- Todos los seres que me rodean, mi hijo es importante, mi mujer, mis amigos, los artistas que son mis compañeros, todos me interesan, y cuando tengo un compañero enfermo me duele mucho, siempre he sido muy sensible a las penas de los demás, no solamente a las mías.- ¿Qué le dejó París?- París ha sido lo más importante en mi vida. Lo que viví allá, lo que tuve allá, no lo he tenido en ningún sitio del mundo. Llegué cuando tenía como 25 años, desde entonces sigo visitando París como si fuera la primera vez.- ¿Le coloca nombre a sus obras?- Sí, porque es necesario que la gente se apoye en algo. Colocarle un nombre sirve de puente para que la gente que lo observa pueda conseguir la forma de comunicarse con ellas, porque la pintura necesita comunicarse con uno, y uno a través del nombre lo ayuda. Los escojo con los amigos que me ayuden.- ¿Qué le falta por pintar?- Todo, porque nunca termino, y no terminaré nunca. Me moriré con un pincel en la mano.- ¿Cómo ve su país?- Debería estar muy bien, pero no lo está. Está pasando por una crisis moral, no solamente política, sino moral, entre lo que es bueno y lo que no lo es, lo que dicen que es bueno y lo que quieren imponer a la fuerza, porque hay doctrinas de fuerzas impuestas por otros países inclusive, filosofía de dominación, que no dejan cabida a más nada, y Venezuela está siendo víctima de eso, de filosofía de dominación y de querer destruir lo que no pertenece a esa ideología. Pero todo eso no tiene nada que ver con el arte. A veces hay artistas que no crean por la situación, pero un artista no se para por nada.- ¿Qué le dice a las nuevas generaciones?- Que trabajen, no hay otra forma, eso hace todo. La inspiración no existe, es el trabajo que existe, eso produce inspiración y creación, a partir de ahí todo aparece y todo se vence, las dificultades desaparecen con el trabajo.- ¿Sus sueños participan en su pintura?- He soñado con cuadros, pero nunca un sueño ha influenciado en lo que pinto, pero sí he soñado con obras de arte, y después las olvido.Su libroActualmente la Fundación Oswaldo Vigas está trabajando en una exhaustiva recopilación del quehacer del artista para un libro que saldrá el año que viene, con más de 500 páginas ilustradas a color.Quienes posean una, o más obras del artista, por favor escriban al siguiente correo: obrasvigas@gmail.com, para incluir sus pinturas en esta insigne publicación.Por Venezuela participará en el libro la especialista Bélgica Rodríguez, quien se ocupará de Oswaldo Vigas en el contexto del arte latinoamericano y su relación con otros artistas como Oswaldo Guayasamín, Wilfredo Lam, Rufino Tamayo, entre otros.De Estados Unidos, Marek Bartelik realizará un estudio sobre Vigas y el contexto internacional, específicamente el europeo y norteamericano. De Colombia Álvaro Medina, que desarrollará el arte prehispánico y Vigas; mientras Federico Morais de Brasil, aportará otros aspectos sobre su obra.Picasso y Dalí“Con Picasso tuve mucha relación, con Dalí no tanto. A Picasso lo conocí muy bien, estuve tres días viéndolo, hablando, comiendo, pero después no pude ir a verlo más. Cuando me despedí, me gritaba “vuelve”. No me llevé ninguna de sus pinturas, le dije que si volvía le aceptaría un regalo. Me dijo que tenía que volver pronto”.La historia con Dalí ocurrió en París. “Fue en una conferencia. Llegó en un rolls royce descapotado, con la cabeza afuera, el resto del auto estaba cubierto de coliflores, cuando abrieron la puerta todos rodaron por las calles, que era empinada. Yo tenía mi puesto, pero había mucha gente sin entrada. Dalí se abrió camino entre la multitud, abrió la puerta y comenzó su conferencia leyendo, la multitud le tiraba cartoncitos de papel, pero él seguía leyendo su papel”.“Otro día Dalí estaba firmando su libro, uno grueso que costaba una fortuna, la gente hacía cola. Llegué a la librería y pregunté si tenían algo más barato, y me encontraron algo pequeño y delgadito. Me puse en la fila. Dalí firmaba con un aparato que tenía en su brazo que medía su fuerza, luego él daba el papelito. Cuando llegué, con mi librito chiquitico, me vio con una cara, y se quitó todo, pero me firmó el libro, todavía lo tengo”.
Fuente: elimpulso.com