La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

3 de octubre de 2014

Nunca olvidaré la tarde, en la oficina de Frida Añez en la "Corporación Cerámicas Carabobo" en la Urb. "Las Chimeneas" de Valencia, cuando ella toda emocionada me mostró extendido en el suelo cuan largo era, el dibujo del mural "Conductores de Venezuela", que le había enviado Pedro León Zapata, para que en Cerámicas Carabobo comenzaran los técnicos a hacer realidad el proyecto, ya que las baldosas y procesos químicos y del fuego que lo hicieron realidad, fueron ejecutados en los hornos y con material de la empresa carabobeña...Gracias a Edo la obra en la que Frida fue motor principal para hacerla realidad, continuará y de alguna forma ella perdurará aún más en la memoria de l@s grandes mecenas y promotoras culturales valencianas...Frida lo merece...

Héroes que conducen hacia la Venezuela posible

EDUARDO SANABRIA "EDO" | FOTO WILLIAMS MARRERO
EDUARDO SANABRIA "EDO" | FOTO WILLIAMS MARRERO
El caricaturista Eduardo Sanabria decidió realizar una continuación del mural de Plaza Venezuela, como un homenaje a Pedro León Zapata
Conducir a Venezuela es una decisión de alto riesgo. Hay que tener firmeza en el volante para esquivar los múltiples obstáculos que se presentan en el camino. Y también hace falta confianza en la gente. Esta fue la lectura que el caricaturista Eduardo Sanabria hizo del mural de Pedro León Zapata en Plaza Venezuela, cuando lo vio por primera vez en 1999. Se cautivó al plantarse frente a esa metáfora de Simón Bolívar, Teresa de la Parra, Armando Reverón, José María Vargas y Simón Rodríguez en sus respectivos carros, quienes surgen en la autopista como los Conductores de Venezuela.
“Siempre pensé que ese mural debía tener una continuación, en la que se incorporaran otras figuras que también han apostado por ese país posible”, señala Edo. “Por eso empecé a pensar en los nombres que podrían incluirse, como Cruz-Diez, Simón Díaz, Teresa Carreño... Así surgieron los 26 héroes que integran el proyecto Conductores de un país 2, que no es más que una  secuencia del trabajo que hizo Pedro León, pero con más personajes. Y con el Ávila de fondo, como si estuvieran pasando frente al mural”.
Mañana y el domingo, en la nueva sede de la galería Utopía 19 de El Hatillo, se presentará parte de esta propuesta expositiva del artista, un tributo a los ilustres venezolanos encabezados por el pintor y humorista Zapata. Todos son civiles, ningún militar. Se encuentran Sofía Ímber, José Antonio Abreu, Billo Frómeta, Gego, Rómulo Gallegos, Alí Primera, Armando Scannone y Rafael Vidal, en sus respectivos vehículos. Luego se presentan los motorizados Renny Ottolina, Aquiles Nazoa y José Ignacio Cabrujas; los peatones José Gregorio Hernández, Conny Méndez, Jesús Soto, Margot Benacerraf, Rafael Cadenas, Alirio Díaz, Omar Vizquel, Luis Aparicio y Juan Arango; el taxista Oscar D’León con su pasajera Susana Duijm, y el cabestrero Simón Díaz montando a su Vaca Mariposa por los cielos.
“Comencé a trabajar en el proyecto en 2013. Zapata fue el primer conductor que incluí en esa lista, por ser una continuación de su idea. Cuando analizas la historia de todos los países, siempre hay gente que le pone un mundo en los momentos de crisis. Lo hacen con pasión, sin pensar en lo malo. Comulgo con esa fórmula. Siempre son necesarios los conductores, como los jóvenes músicos del sistema de orquestas, los genios de C4 Trío, gente muy positiva que le apuesta al país”, dice Edo.
La muestra reúne seis piezas de gran formato (2,7 m x 1 m), así como series medianas y pequeñas, agrupadas en tres colecciones. El color del Ávila de fondo cambia según la hora en la que se presentan a los personajes. El verde matutino, la tarde naranja y la noche azul, un guiño cromático a lo Manuel Cabré.
“Sería maravilloso que el punto final de este proyecto sea un mural de grandes proporciones que se vea en Caracas o en cualquier otra ciudad. En esta continuación de la obra de Zapata quisimos hacer una metáfora de integración de lo que pueden ser los motorizados. Hacer énfasis en que se puede lograr ese otro país con esfuerzo. Hay que trabajar sin dejarse amilanar por el entorno”, afirma.
Para Conductores de un país 2, el ilustrador utiliza la técnica del Fine Art y papel de filtración intervenido con acrílico y creyón para resaltar cualidades de las 26 personalidades. Así, destaca detalles como las “Trinitas” en la carrocería de Zapata, las reticuláreas de Gego en su guardafango, la esfera y bigotes cinéticos de Soto, el verso trashumante de Cadenas o la muñeca parrillera de Nazoa.
Mañana a las 6:00 pm y el domingo a las 11:00 am se realizará la inauguración de Conductores de un país 2, que estará musicalizada por Los Hermanos Naturales, C4 Trío y Rafael "Pollo" Brito.
Conductores de un país 2Eduardo Sanabria
Galería Utopía 19, calle Miranda, El Hatillo
Inauguración: sábado a las 6:00 pm y domingo a las 11:00 am
Entrada libre

1 de octubre de 2014

A propósito de la FIA 2014 es bueno recordar cuando Valencia, ciudad de provincia, ingresa a la historia del arte mundial, como Caracas y otras ciudades aún no han podido hacerlo, teniendo en cuenta las condiciones de la época...






Exposición Internacional de Valencia


La ciudad ingresa a la historia del arte mundial
  Arnaldo Rojas
La vocación cosmopolita y la tradición de ciudad artística le vienen a Valencia de tiempo atrás. Uno de los hitos más importantes en la historia cultural no sólo de la región sino del país, fue marcado con motivo del cuatricentenario de la fundación de la ciudad, en 1955.
Entre las conmemoraciones de tan significativa fecha, desde el Ateneo, un grupo de soñadores organizó un evento artístico sin precedentes en el país: La Exposición Internacional de Valencia.
Cuatro personajes son claves en la materialización de esta iniciativa: Frida Añez, presidenta del Ateneo, y los artistas plásticos Braulio Salazar, Luis Eduardo Chávez y Oswaldo Vigas.
Frida Añez y Braulio Salazar tuvieron a a su cargo las gestiones administrativas y gubernamentales correspondientes.
Luis Eduardo Chávez, artista plástico e incondicional colaborador con las actividades del Ateneo de Valencia, cumplió una labor muy particular: para que no se cayera la muestra, hipotecó su casa que serviría como fianza para poder trasladar las obras.
En una entrevista con el periodista Alfredo Fermín, publicada el 15 de julio de 1985 en el diario El Carabobeño, el maestro Chávez expresa:
"La Exposición Internacional de Valencia ha sido el más grande esfuerzo que se ha hecho en Venezuela para hacer una verdadera confrontación artística entre Europa y América. Aquello era una empresa sumamente difícil. Lo primero que nos pedían era una fianza de 300 mil bolívares, por lo cual decidimos en la Junta Directiva, presidida por Frida Añez, solicitar la colaboración de los banqueros de la ciudad. Frida y yo nos reunimos con aquellos señores podridos de plata y les expusimos la idea. Nos oyeron, se vieron las caras y no dijeron ni sí ni no. Muy decentemente se despidieron y nos dejaron totalmente desencantados. Yo no aguantaba la rabia. ¿Cómo aquellos hombres, y me provoca decir sus nombres, porque ahora los tienen como benefactores de Valencia, podían ser tan indiferentes con esta ciudad a cuyas costillas continuaban enriqueciéndose y ser tan indiferentes en momentos en que nos preparábamos para la celebración del cuatricentenario?".
La posibilidad de traer a Valencia a los más grandes artistas plásticos de la época dependía tan sólo de una fianza. Pero Chávez no se amilanó, contactó a la compañía de seguros, ofreció como hipoteca su casa de herencia, ubicada frente a la plaza Bolívar, la cual fue más que suficiente. De manera que fue cerrada la negociación y vencido el último obstáculo para montar la muestra.
Por su parte, Oswaldo Vigas es reconocido como otro gran propulsor del proyecto, al desplegar, desde París, una labor muy valiosa, sirviendo de contacto para recopilar obras de los artistas más reconocidos del momento. Tuvo que persuadir a los pintores de los países comunistas para que enviaran al salón, ya que se negaban, por repudio a la dictadura de Pérez Jiménez que imperaba en Venezuela.
Vigas también logró convencer para que participara, nada más y nada menos, que a Picasso, algo que parecía imposible. De allí en adelante el sueño comenzó a tomar forma y aquella ciudad de provincia se convirtió en centro de atención de la plástica mundial.
La muestra se montó con 30 naciones y 260 obras. Fue inaugurada el 25 de septiembre de 1955 y clausurada el 30 de noviembre del mismo año.
Entre los artistas internacionales participantes se encontraban: Leger, Buffet, Hartung, Siqueiros, Rivera, Portinari, Petorutti, Guayasamín, Wilfredo Lam, Herbin, Magnelli, Viera Da silva, Peláez, Roault, Dewasne, Ernest, Nicholson, Soulages, Masson, Karel Appel y Vasarely. Picasso figuró como invitado especial.
Contó con dos secciones: internacional y nacional, para artistas nativos o residentes en el país. La sección internacional fue ganada por el francés Alfred Mannessier con su obra "Despertar de primavera", mientras que Pascual Navarro recibió el premio correspondiente al arte nacional por su obra "Otoño". Otros premios correspondieron a Enrique Sardá, Héctor Poleo, Oswaldo Vigas, Angel Hurtado y María Elena Viera Da Silva.
La primera obra vendida fue "Recuerdos", de Héctor Poleo. El cuadro más caro era de Ferdnand Léger, cotizado en treinta mil bolívares, seguido por el de Picasso, "Retrato de Madame D.", valorado en veinte mil bolívares.
Tras su clausura, la Exposición Internacional de Valencia fue llevada a Caracas para ser exhibida en el Museo de Bellas Artes, por gestiones conjuntas del Ministerio de Educación y el Ateneo de Valencia.
En la entrevista citada anteriormente, el maestro Luis Eduardo Chávez manifestó una inquietud que es oportuno recordar: "Con el tiempo me ha quedado el pesar de que la exposición no fue evaluada en su justa dimensión, pues dio la impresión que pasó por debajo de la mesa, en relación con otras habidas en el país. Quizás se debió a que la crítica de arte en el país se encontraba en pañales".
Precisamente, con esta modesta reseña, buscamos reivindicar tanto el esfuerzo de quienes motorizaron esa iniciativa como la importancia del evento en sí mismo. Por ello, parafraseando a Neruda, podemos decir: Exposición Internacional de Valencia, no invocamos tu nombre en vano.