La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

29 de noviembre de 2013

A sus 80 años, Noemí Márquez (Nace en Valencia, Venezuela, en 1933) atesora en sus manos vestigios de un material noble que parece haberse adherido a ella, sin intenciones de abandonarla. "He exigido al barro sus máximas posibilidades y hoy luego de cuatro décadas estoy contenta con lo que me ha regalado"


Una alegoría a la divinidad emerge entre tótems de barro

"La tierra convoca" inaugura el domingo en la galería D'Museo de Los Galpones

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La ceramista venezolana, Noemí Márquez, moldea su espiritualidad en 25 esculturas (Oswer Díaz)
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JESSICA MORÓN |  EL UNIVERSAL
viernes 29 de noviembre de 2013  08:27 AM
Para Noemí Márquez (Valencia, 1933) la cerámica porta un carácter atávico. Al introducir sus manos en arcilla, la artista visual entra en contacto con la tierra. A manera de ritual, la elaboración de esculturas de barro adquiere un sentido sagrado.

"Siempre deseé poder hacer algo con mis manos. Yo quise empezar del polvo, y desde el primer contacto la arcilla me cautivó. Jamás intenté o pensé mi obra en otra materia distinta a la cerámica", comenta la artista venezolana que inaugura el domingo la muestra La tierra convoca en la galería D'Museo, ubicada en el Centro de Arte Los Galpones.

Un grupo de 25 esculturas en pequeño y mediano formato alcanzan dimensiones monumentales. En sala, una suerte de tótems emergen del suelo y parecen formar un campo de fuerza divino que abraza al espectador y lo invita a elevar la mirada. Piezas de hasta tres metros de altura, que la artista egresada de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas realizó entre 2012 y 2013, expresan la relación con un ser superior. La energía todopoderosa de un Dios y la naturaleza. "Porque cuando las obras entran al horno a él me encomiendo. Porque a partir de ese momento las piezas se las entrego al fuego", comenta la creadora que cursó estudios de cerámica avanzada en el Skidmore College de Nueva York. 

Tierra quemada, Tierra de Dios, Tierra de contrastes, Tierra compañera, Tierra mística, Tierra amada, Tierra fértil integran una veintena de piezas que rinden tributo a la madre tierra. Y es el fuego el que se encarga de uniformar cada obra en color terracota. "No utilizo esmaltes. Sólo óxidos (hierro y cobre) para resaltar las texturas de cada 'personaje'. Las llamas hacen el resto", explica la artista que ha exhibido su trabajo en Estados Unidos, Inglaterra, Puerto Rico, México, Yugoslavia, Taiwán, Colombia, Suecia, Bélgica y China.

Tótems con incrustaciones de porcelana. Restos de piezas utilitarias y símbolos arropan estos cuerpos de barro. "Utilizo flechas, cruces, círculos y triángulos que dibujo sobre un manto de arcilla y las agrego a las obras. Pero no significan nada, sólo forman parte de este trabajo manual que voy desarrollando", relata Márquez, quien puede durar meses elaborando una misma estructura. 

La tierra convoca conmemora cuarenta años de trayectoria artística de la ceramista venezolana. Cuatro décadas en las que la escultora ha llevado la cerámica a dimensiones agigantadas. "Noemí Márquez es la primera de nuestras ceramistas en proponer el volumen cerámico como cuerpo monumental cerrado en sí mismo y al mismo tiempo en comunicación con un espacio que se impregna del sentido mágico", reseña el investigador de arte Juan Calzadilla en el catálogo de la exposición.

El escultor colombiano, Fernando Botero, ha reconocido la genialidad de Márquez tras catalogar su trabajo como "extraordinario". De igual forma, la curadora Bélgica Rodríguez, alude en el catálogo que su obra "imponentes volúmenes, generalmente verticales, se sitúan con propiedad en el medio de la escultura nacional e internacional".

A sus 80 años, Noemí Márquez atesora en sus manos vestigios de un material noble que parece haberse adherido a ella, sin intenciones de abandonarla. "He exigido al barro sus máximas posibilidades y hoy luego de cuatro décadas estoy contenta con lo que me ha regalado", concluye. 

jmoron@eluniversal.com

11 de noviembre de 2013

Oswaldo Vigas a sus 89 años sigue pintando lo que le da placer: "Es lo que te hace ser algo en la vida. Creo eso porque pinto desde que tenía 12 años. La primera exposición la hice en 1952, pero ya había vendido mis primeros cuadros. Esos lienzos son de los años cuarenta y la gente se maravillaba de que yo pintara así, cuando ni siquiera había escuela de arte en Valencia."

Ultimas Noticias "El Domingo"  10/11/2013 pp.4-5 .
Video| Oswaldo Vigas: "Nunca sé qué voy a pintar porque no tengo un plan"
A sus 89 años sigue pintando lo que le da placer

 



Albinson Linares.- El artista mira las telas como un padre amoroso. Recorre con ternura cada trazo, pincelada y proporción de sus creaciones sin dejar de hablar con lenta precisión.

Los días pasan rápido para Oswaldo Vigas, quien a sus 89 años ríe y llora entre sus lienzos poblados de piedras fértiles, paisajes míticos, signos, arcángeles, duendes, sirenas solares, diablos, curanderas, brujas de trazos densos y luminosos colores que cobran vida.

“Nunca sé qué voy a pintar porque no tengo un plan. El plan lo da la obra, no yo. Dejo que las cosas pasen y lo más interesante es lo imprevisto. Cojo el lápiz y no sé lo que voy a dibujar; estiro la mano y ella es la que sabe. La dejo a ella”, dice el pintor valenciano en los amplios espacios de la Galería de Arte Ascaso, donde está exponiendo sus “Obras constructivistas”.



Pocos artistas logran convocar a mil personas en el primer día de su exposición. ¿Cómo se siente al respecto?Todas estas obras son del mismo período, que va de 1956 a 1958, todo de hace 60 años, así que estoy muy contento. La gente que no hace nada es porque está feliz siempre. Soy pintor porque siempre he estado jodido, ese es el secreto de todo esto.

¿Cree que hay una relación entre la insatisfacción y su propuesta estética?
Es lo que te hace ser algo en la vida. Creo eso porque pinto desde que tenía 12 años. La primera exposición la hice en 1952, pero ya había vendido mis primeros cuadros. Esos lienzos son de los años cuarenta y la gente se maravillaba de que yo pintara así, cuando ni siquiera había escuela de arte en Valencia.

¿Qué define su búsqueda plástica?
Uno en la vida puede hacer lo que le da la gana o también no hacer un carajo. O hacer lo que los demás le dicen que debe hacer. Yo siempre hice lo que quise y sigo así. Sigo haciendo lo que me da la gana, pinto lo que me da placer.

Esta muestra recoge su época constructivista en París. ¿Qué influencias recuerda de esos años?
Nunca he pensado en ninguna escuela o corriente de arte. Nunca tuve una escuela, siempre hice lo que yo creía que debía hacer en verdad. Siempre he pintado con lo que tenía a mano. Nunca pensé en buscar una cosa mejor, lo que conseguía era suficiente. Hago con lo que tengo cerca y lo que me sale. Nunca busco un carajo.

¿Sigue estando París entre sus ciudades preferidas?
Tuve muchos amores y amigos allí. Mucha gente querida que está entre mis afectos. Para mí sigue siendo igual, una ciudad que no cambia. La gente pasa, se muere, pero París sigue allí siempre. Cuando fui por primera vez, en 1952, visité todos los museos y me pasaba el día entero en el Louvre, lo conocía de cabo a rabo. Me quedaba todo el día en el Museo de Arte Moderno, ahora en el Centro Georges Pompidou, que antes no existía.

¿Qué buscaba en toda esa explosión artística parisina de los cincuenta?
Me quedaba contemplándolas para no ser igual. Hay que ver las cosas que ya están hechas y no seguirlas nunca, las miraba para no parecerme, para ir en contra de esas corrientes. Eso es importante.

¿Tuvo buena relación con las vanguardias de esa época?
Esas son puras pendejadas, para los que no tienen nada que decir. Conocí a Dalí y Picasso, fueron grandes amigos míos. Raros, pero buenos, y tenían mucho que pintar. Cada quien lleva lo que tiene y lo hace; si no tiene un coño, no hace nada o pinta estupideces, que es lo que mucha gente hace hoy. Y muchas veces viven de las mariqueras, esa es una técnica.

¿Sigue siendo un crítico del cinetismo?
Eso es una tontería que sirve para ponerse en las casas y oficinas. Es arte decorativo, técnica aplicada para adornar. A mí no me gusta lo que adorna, me gusta lo que trasciende. El cinetismo no fue, ni es ni será arte puro, pese a que está de moda. A la mayoría de la gente le gusta el arte aplicado, pero ni saben qué es eso.

¿Cuáles fueron los últimos artistas puros que conoció en Venezuela?Armando Reverón, a quien conocí. El primer día cuando lo vi, me sonrió y luego me metió los dedos en los oídos mientras me decía que era “para sacarme los bichos malos que podía tener en la cabeza” y lo quise mucho. Lo visitaba en el castillete de Macuto y confieso que me encantan sus lienzos. Me gusta Héctor Poleo en su época mexicana, que era bellísima y me interesa mucho todavía. Me encanta Rafael Monasterios y nunca lo olvido.

¿Y Alejandro Otero, quien fue uno de los pintores venezolanos más complejos del siglo pasado?
Alejandro Otero fue un gran pintor. El pobre Alejandro se nos murió y lo estimé mucho, pero era atormentado. Hizo cosas buenas y también hizo pendejadas con máquinas que a mí no me gustan. Me cuido mucho de eso: no hacer ni decir estupideces porque es muy fácil.

¿Qué otros artistas admira por sus planteamientos plásticos?
Me gusta Joseph Turner, y Pablo Picasso también. Siento identificación con los mexicanos como Rufino Tamayo y Francisco Toledo, que es muy amigo mío; tengo unas cinco obras que me las regaló en Oaxaca, de donde es.

¿Qué elemento une las obras de todos estos pintores que menciona?
Todos los artistas importantes han seguido su propio camino, no ha habido nadie importante que siga el camino de otro. Eso queda para los idiotas. La creatividad es una fuente que está allí para todos y uno la agarra o no. Hay gente que no la quiere porque les gusta parecerse a los otros. A mí, si me parezco o no a otro, no me importa.

Ya entrado en la madurez, ¿siente que ha perdonado a sus enemigos?
No sé ni me interesa. Creo que más bien me han elevado. No recuerdo a muchos de mis detractores y a los que recuerdo, la mayoría caricaturistas o críticos, están muertos. Creo que me hicieron mucho bien, porque que hablen mal de uno es muy bueno. Desgraciadamente, hoy en día, ya no hay gente que hable mal de mí. Todos se los llevó la muerte y yo sigo acá.

¿Siente que ha sido afortunado en el amor?
Sí, claro. He querido y me han querido, me gustaría tener a todos mis amores juntos, al lado mío a todas las mujeres que he amado. Siempre tenerlas cerca, solo para quererlas.

¿Ha renunciado a muchas cosas por la pintura?
Claro que sí. No se puede ser pintor y, al mismo tiempo, decir discursos. O escribir; he escrito cosas, pero no soy un escritor, a veces me pongo a escribir, pero solo eso. Dictaré mis memorias, pero aún las estoy viviendo todos los días, es importante vivirlas. Vivo las cosas mías, lo que soy y nada más. No quiero más, ni se puede todo. Hay que dejar una parte grande. Cuando uno vive, no puede vivirlo todo.

¿Extrañaba mucho Venezuela en sus largas estancias en el extranjero?
Sí, por eso vivo aquí, porque me gusta Venezuela. Me gusta mi país y lo quiero; por eso me vine de Europa. Pude haberme quedado en París, muchas veces me ofrecieron la nacionalidad francesa y no la tomé porque no la necesito, pero siempre quise a Francia y me han querido allá.

¿Suele volver a Valencia?
Para mí, esa ciudad es mi madre y mis hermanos porque allá viví con ellos. A veces voy a Valencia, a la casa donde nací en La Pastora, en la calle Anzoátegui. Ahí está cuidada porque tengo una persona que vive allí para mantenerla bien. A veces voy y me quedo viendo, aunque no siento nada especial. Me gusta ir para que me lleguen los recuerdos y vivirlos; pero no todos, porque entonces sufro.

¿Se cuida mucho de los sufrimientos en estos años?
Sí, claro, cuando uno es un sentimental como lo soy, entonces prefiero no insistir mucho en los recuerdos. Soy un llorón y eso está bien. Hoy he llorado entre mis cuadros. No me oculto, me da placer llorar, no solo reír.

En 2010, el escritor estadounidense Philip Roth dijo que “la vejez es una masacre”. ¿Qué opina de esto?
Nunca he pensado en eso, no sé cuántos años tengo. Tuve la mitad del cuerpo paralizada, la pierna derecha no me sirve y lucho por controlar mi mano. Yo, que siempre fui tan independiente, ahora necesito gente que me ayude. Dibujo más que pintar, pero lo hago todos los días. Soy humilde y sé que no soy importante y no me interesa serlo, no me importa si no soy famoso. Así soy y me siento bien así.





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9 de noviembre de 2013

Sigue la Historia haciendo Justicia

Arte venezolano será testigo de una Pinta renovada

Más de 12 creadores del país estarán en la Feria de arte de Nueva York

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La colección Mercantil asiste por primera vez junto a otras tres galerías nacionales Carmen Araujo Arte, Oficina #1 y RGR+Art GUSTAVO BANDRES
JESSICA MORÓN |  EL UNIVERSAL
viernes 8 de noviembre de 2013  
"Hay un cambio de rumbo. Este año, Pinta Nueva York 2013 tendrá un nuevo formato y estrenará sede", advierte de entrada el director ejecutivo de la Feria de arte moderno y contemporáneo de Latinoamérica, Diego Costa Peuser. 

Para su séptima edición, el evento que arranca en la Gran Manzana el próximo 14 de noviembre, estará dividido en dos secciones: Pinta modern y Pinta contemporary además de incorporar cuatro plataformas. 

La curadora venezolana, Cecilia Fajardo-Hill detalla que el espacio Pinta modern "introducirá obras de artistas nuevos en el mercado del arte y un mayor número de mujeres artistas". Y será en este espacio donde la obra de la pintora venezolana y una de las máximas representantes del arte abstracto en el país, Mercedes Pardo, será protagonista. De manos de la galería neoyorquina Henrique Faria Fine Art y la colección Mercantil (Venezuela), las pinturas de la fallecida esposa del artista visual Alejandro Otero, se exhibirán junto a las piezas de Mary Brandt, Marisol Escobar, Gego, Elsa Gramcko, Margot Römer, Elisa Elvira Zuloaga y Víctor Valera. 

Sobre Pinta modern, el curador chileno Ian Cofre, adelanta que este campo "estará compuesto por galerías comprometidas con la promoción del arte latinoamericano en el exterior, lo que las transforma en el nexo para interpretar los demás elementos del proyecto de este año". Sin embargo, Venezuela no formará parte de este espacio, sino que se abre camino en dos secciones de la feria: Pinta video y Pinta next. 

La galería Oficina #1, presentará una obra de Lucía Pizzani, en compañía de la galería RGR+Art que acude con ensamblajes de Carlos Zerpa, Francisco Bugallo y piezas de Julio Pacheco Rivas. "Fue una propuesta que armamos con una selección de artistas que estamos comenzando a trabajar en Venezuela y que queremos proyectar a nivel internacional" comenta Ricardo González, director de RGR+Art. 

Carmen Araujo Arte, mostrará una instalación de Gerardo Arias. "The power of photoshop es un mural fotográfico de Caracas que arma como un atlas de ciudad. Refleja el imaginario de la urbe, dándole al espectador la oportunidad de ver a través de un telescopio", describe Araujo. 

"En Pinta video nos sentimos honrados de contar con la presencia de una galería venezolana que completa un grupo de siete, en una plataforma que quiere propiciar una ruptura de pensamiento. A diferencia de Pinta next, que le brinda una oportunidad a propuestas más frescas de artistas jóvenes; aquí sólo estarán aquellas galerías con menos de 5-6 años como Carmen Araujo Arte y RGR+Art", explica Costa. 

Pinta emerge y Pinta centro completan las cuatro plataformas de la feria que este año se instaló en el 82 Mercer en Soho. Dos pisos de un edificio del siglo XIX, con arcadas de ladrillo, columnas de fundición de hierro y techos de 14 pies de altura albergará hasta el 17 de noviembre a un grupo de 60 galerías de 20 países que expondrán la obra de 160 artistas modernos de Latinoamérica. 

"Pinta estaba necesitando un lugar con mucho más glamour, un espacio más lindo para que su presentación sea más elegante. Y el cambio de estrategia fue impulsado a raíz de la cantidad importante de ferias que están surgiendo alrededor del mundo. Hoy quisimos volver a llamar la atención", concluye Costa. 

6 de noviembre de 2013

Reflexión sobre lo expuesto en las dos entradas anteriores (Parte III)

La existencia de estas dos exposiciones y la vinculación que establezco con la obra que realizaron
los integrantes de las Juntas Directivas del Ateneo de Valencia entre 1954-56 son una propuesta
para revisar valiosos paradigmas dentro del ejercicio e historia de las artes visuales del país e
integrarlas a lo que las fuerzas vivas con escasos recursos pero con un excelente sentido de trabajo
grupal y amor a la ciudad realizaron en Valencia, una ciudad de provincia.
La "Exposición Internacional de Pintura" realizada con "las uñas" por la Junta Directiva del Ateneo
de Valencia con motivo de la conmemoración del Cuatricentenario de la Fundación de la capital
del Estado Carabobo logró para mi varios puntos que describiré:
1.- Enlazó los nexos entre la producción nacional y la foránea, demostrando una calidad y capacidad
que motiva la reflexión sentida de lo que fuimos y de lo que somos capaces, aún viviendo en
tiempos de gobiernos autoritarios, cuando nos movemos por un objetivo común en pro del tan
prostituido "hacer patria". Esa reflexión implica tomar en cuenta las consecuencias determinantes sobre el arte en nuestro presente. ¿Por qué?
2.- Reconocer en la figura del Arq. Carlos Raúl Villanueva Astoul (LondresReino Unido 30 de mayo de 1900 - Caracas,Venezuela16 de agosto de 1975), nacido y formado en Europa, un tipo de
venezolano que regresó al país para servirlo como gratitud a todo lo que le había permitido acceder por la
ayuda que se le prestó, convirtiendo su ejercicio en un servicio público en oficinas gubernamentales,
léase Banco Obrero, por ejemplo, siéndole de lo más natural no tener un "estudio propio" con su firma 
y su foto, sino servir al país como "empleado público". Él, el considerado por muchos como el "mejor
y más efectivo arquitecto y servidor público que ha tenido Venezuela" fue un empleado oficial en una 
oficina con un equipo de profesionales muy capaces salidos de las universidades nacionales. 
De ahi que su integración de las artes con la
arquitectura que propone y cumple en la construcción de la Universidad Central de Venezuela involucró
la perspectiva de grandes investigadores de las relaciones entre ellas que estaban sucediendo en la
escena internacional, junto a la labor de creadores nacionales "que asentaron los paradigmas de una
profundización sobre estos nexos vitales, estudios de los que se distanciaron las generaciones futuras, preocupadas ante las caídas y preguntas que propiciaron el proyecto moderno y sus disonancias con
las durezas de la realidad nacional. Podemos admirar las propuestas cívicas de todos los creadores
involucrados en el proyecto universitario (NOTA que venía también para la Universidad de Valencia
según prometió Marcos Pérez Jiménez a Frida Añez y a Monseñor Gregorio Adam en su visita a 
Valencia por los 400 años de la ciudad) junto a la mirada de obras cruciales que manifestaron
sus investigaciones visuales del momento: Tauber-Arp, Calder, Léger, Pevsner y Vasarely frente a
los incipientes relatos visuales de Alejandro Otero, Mateo Manaure, Carlos González Bogen,
Francisco Narváez y Omar Carreño entre otros " (Ver GONZALEZ, Lorena "Referencias en estudio" 
IN: El Nacional 5 de noviembre 2013 pág. Escenas/2  ("Esto es lo que hay. Artes Visuales")
3. Valencia con la Exposición Internacional mencionada se insertó con todo el ímpetu y capacidad de
sus fuerzas vivas en el empuje en pos del desarrollo de Venezuela, recién despertada del sueño en 
que la tuvo por 35 años la dictadura de Juan Vicente Gómez. Valencia hizo historia en esos años 50
y mostró al público la obra pictórica de esos grandes maestros internacionales junto a los noveles venezolanos, 
como los valencianos Braulio Salazar y Oswaldo Vigas, (delegado en Francia donde estudiaba para establecer
los puentes con aquellos artistas, cosa que logró maravillosamente pese a su juventud) que olvidó Lorena 
Gómez en su listado de artistas nacionales citados en su mencionada columna, los jóvenes Salazar y
Vigas también participaron en la integración lograda por Villanueva en la UCV con sus obras.
4.- Esta reflexión sobre el pasado y el poder que tiene Valencia cuando sus fuerzas vivas se unen por
un ideal común, tiene mucho qué decir sobre las variables, potencialidades, abismos y posibilidades
de nuestro presente, que en su caso ha llevado y convertido en destrucción por falsedades y egos que Luis Eduardo Chávez, Frida Añez, Ferrero Tamayo, Felipe Herrera Vial, Mary Schwarzenberg,etc también tenían como seres humanos pero sobre ellos prevalecía el amor y su compromiso con la ciudad y el arte
cosa que en pleno S.XXI se ha transformado en un monstruo incapaz de hacer en Valencia algo extraordinario
como no sea la destrucción de todo lo que aquellas generaciones levantaron y mantuvieron con tanto esfuerzo y que hoy NADIE ha podido recuperar...entre declaraciones de prensa, condecoraciones recíprocas y reseñas en la prensa nacional y regional durante años sin lograr NADA concreto...Gracias a personas como  estas del presente "Venezuela es el país de las nulidades engreídas y las reputaciones consagradas" como decía el escritor Manuel Vicente Romerogarcía  (nacido el 24 de julio de 1861 en Valencia (otras fuentes consideran que en Camatagua, Edo. Aragua) y muerto el 22 de agosto de 1917 en Aracataca (Colombia, el Macondo de "Cien años de soledad" de Gabrien García Márquez nacido alli). 

5 de noviembre de 2013

¿Por qué me encanta la historia de Frida Añez y el grupo que la acompañó en la Junta Directiva del Ateneo de Valencia en 1955? Porque en Valencia, en la Exposición Internacional de Pintura de 1955 el Ateneo de la ciudad se insertó en el signo de esos años, no sólo tomando en cuenta como conferencista y jurado del Premio a las mejores obras al Arq. Carlos Raúl Villanueva quien estaba entregando a los venezolanos un ejemplo excepcional del Movimiento Moderno inspirado en la Bauhaus: la Universidad Central de Venezuela, sino porque en esa Exposición Internacional que nadie ha podido repetir participaron Jean Arp, Armando Barrios, Alexander Calder, Fernand Léger, Mateo Manaure, Francisco Narváez, Pascual Navarro, Alejandro Otero, Braulio Salazar, Jesús Soto y Oswaldo Vigas, entre otros, que conformaban no sólo la gran síntesis entre arte y arquitectura que es la casa de estudios caraqueña según la propuesta del Arq. Villanueva sino la integración de grandes artistas internacionales con la labor de creadores nacionales como Braulio Salazar y Oswaldo Vigas por nombrar los valencianos incluidos en ambas experiencias. Realmente en ese pequeño Ateneo de Juan Manuel Galia se demostró que el talento y la gerencia van unidas a la mirada que sabía elegir y orientarse a los nuevos paradigmas que se estaban formando. Esta muestra patrocinada por la Fundación BBVA Provincial, también nos sirve para demostrar la importancia de lo que hicieron en Valencia, Frida Añez y la Junta Directiva del Ateneo de la capital carabobeña en el año 1955.(Parte II)



60 AÑOS DE ARTE DE LA UCV


En 1943 el presidente Isaías Medina Angarita le asignó al maestro Carlos Raúl Villanueva (19001975) la creación de la Ciudad Universitaria de Caracas. Casi veinte años después el arquitecto entregó a los venezolanos un ejemplo excepcional del Movimiento Moderno inspirado en la Bauhaus.
Un proyecto que agrupa una gran cantidad de edificios, organizados en un conjunto enriquecido con piezas claves de arquitectura moderna y de otras artes plásticas, lo que denominó la “Síntesis de las Artes Mayores”.
25 artistas ­nacionales e internacionales­ entre ellos, Jean Arp, Armando Barrios, Alexander Calder, Fernand Léger, Mateo Manaure, Francisco Narváez, Pascual Navarro, Alejandro Otero, Braulio Salazar, Jesús Soto y Oswaldo Vigas; fueron invitados por Villanueva para crear obras que se integraran a las edificaciones y a los espacios del complejo.
En el año 2000 la Ciudad Universitaria fue declarada por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad, “por ser un ejemplo de los más altos ideales del urbanismo, la arquitectura y el arte, representativo de la utopía moderna, que expresa el anhelo por alcanzar un mundo ideal”.
Al cumplirse 60 años del inicio del proyecto de Villanueva y de la instauración del Banco BBVA Provincial en Venezuela, la sala de exposiciones de esta institución decidió rendir un homenaje a la máxima casa de estudio del país con la muestra Ciudad Universitaria de Caracas. Síntesis de las Artes Mayores. Seis décadas 1953-2013.
IMÁGENES DE LA UCV
La exposición está conformada por 30 afiches con imágenes recientes, tomadas por Carlos Hermán Rojas y Juan Pérez Fernández, de las obras y murales que habitan en “la casa que vence las sombras” junto con la información del creador y el plano de ubicación de la pieza. Cada fotografía está acompañada por otra obra del creador que corresponda, que data de los años 50.
“Quisimos proponer una confrontación, un diálogo de cada artista consigo mismo, mostrar divergencias o convergencias en sus propias obras, exhibir los procesos internos que podían estar viviendo. También nos interesó resaltar la amistad y coherencia del trabajo de todos”, explica Mariela Provenzali, curadora de la muestra.
Una tarjeta de 1955 enviada por Wilfredo Lam (Sagua La Grande, Cuba 1902) a Villanueva se exhibe junto con la imagen de su Mural-Relieve, ubicado en el Jardín Botánico; asimismo el boceto de la pieza de la biblioteca de ingeniería elaborado por Alejandro Otero (El Manteco - Estado Bolívar7 de marzo de 1921 - Caracas13 de agosto de 1990), dialoga con la instantánea de la fachada.
Relativismo de Líneas, de Pascual Navarro (Caracas el 17 de mayo de 1923 y fallecido en la misma ciudad en 1986); Composición Nº 10, de Armando Barrios(Nacimiento, 21 de agosto de 1920, Caracas - Venezuela. Fallecimiento, 2 de diciembre de 1999, Caracas), Las Tres Gracias, de Carlos González Bogen (nació en Upata, Estado Bolívar, en 1920 y murió en El Tigre, estado Anzoátegui, en 1992); Boceto para Vitral, de Fernand Léger; Harmonie Transfrormable, de Jesús Soto (nació en Ciudad Bolívar,el 5 de junio de 1923 - muere en París 14 de enero de 2005); y fotografías de Antoine Pevsner, complentan la exposición.

"El movimiento se demuestra andando", decía Carlos Raúl Villanueva 

En el espacio de la sala dispuesto para el arquitecto se encuentra la maqueta original del año 1956 del proyecto, al ladode las tomas del techo del Aula Magna y un crucifijo elaborado por el venezolano en 1960.
A FUTURO
Para Maria Eugenia Bacci, directora del Consejo de Preservación y Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (Copred) esta exposición es una manera de “difundir las razones por las cuales la Universidad se declaro Patrimonio Mundial. El proyecto de integración de arquitectura, espacio y arte, fue uno de los elementos claves para la declaratoria de esta obra maestra. Es importante que todos los venezolanos entiendan los valores que están allí”.
El presidente de la Fundación Fondo Andrés Bello, Frank Marcano, quien denomina a la institución “el mayor museo al aire libre de Latinoamérica” hace un llamado de atención y deja en el ambiente la interrogante: ¿Cuáles serán los patrimonios culturales de Venezuela en 50 años?

La Fundación BBVA celebra con la Ciudad Universitaria

La muestra estará abierta al público hasta el 6 de diciembre | Foto MANUEL SARDÁ
La muestra estará abierta al público hasta el 6 de diciembre | Foto MANUEL SARDÁ
La institución cumple seis décadas de existencia, al igual que la obra de Villanueva

Cuando se recorren los pasillos de la Ciudad Universitaria de Caracas, sea como visitante o como miembro de la casa de estudios, muchos sienten como si se adentraran en una urbe aparte, lejos de la ruidosa capital. Y aunque no todos son conscientes de ello, donde quiera que miren pueden encontrar obras de arte que son patrimonio de la humanidad, entre ellas esculturas y murales de creadores como Jean Arp, Armando Barrios, Alexander Calder, Mateo Manaure (Nació en Uracoa, estado Monagas, el 18 de octubre de 1926) y Oswaldo Vigas (Nació el 4 de agosto de 1924, en Valencia, estado Carabobo Venezuela). Todas son piezas que conviven con quienes asisten a diario al recinto.
Este año la casa de estudios, cuyo proyecto arquitectónico fue desarrollado por Carlos Raúl Villanueva, cumple seis décadas desde que comenzara a ser construida. Un número redondo que coincide con los mismos años que tiene BBVA Provincial en el país. Por ese motivo la fundación quiso celebrar ambos aniversarios con una exposición que rinde homenaje a la universidad: Ciudad Universitaria de Caracas. Síntesis de las Artes Mayores. Seis décadas 1953-2013.
La muestra está integrada por 26 afiches que documentan las obras con fotos actuales tomadas por Carlos Germán Rojas y Juan Pérez Hernández e incluye las biografías de los artistas que están presentes en la Ciudad Universitaria. Por ejemplo, Armando Barrios elaboró un mural para la Plaza del Rectorado en 1954. Esas referencias aparecen acompañadas por una pieza original de cada uno de los creadores, elaboradas en fechas cercanas a la época en que se construyó el proyecto de Villanueva. En el caso de Barrios, se exhibe el cuadro Composición Nº 10 (1951).
La curadora de la exposición, Mariela Provenzali, dice que la intención era observar qué estaban haciendo los artistas al momento de concebir esas obras para la casa de estudios: “Es un poco para confrontarlos entre ellos mismos. En algunos casos hay bastante convergencia entre un trabajo y otro, pero en otros hay mucho contraste. La idea es que la gente se conmueva, que se aproxime a los autores y a cómo todos consolidaron una relación con Villanueva para hacer de este proyecto la síntesis de las artes”.
La directora del Consejo de Preservación y Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela, María Eugenia Bacci, considera que la muestra es una excelente oportunidad para sensibilizar a las personas para que cuiden el campus, que fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2000.
“Vemos este proyecto como una manera de difundir nuestros valores. Nos encantaría que después de ver la exhibición nos visiten en la universidad. Hemos trabajado mucho, con el apoyo de las fundaciones, para evitar el deterioro de las 107 piezas de arte que tenemos en la Ciudad Universitaria. Es un museo abierto las 24 horas del día”, expresa.
En la exposición se incluyó una maqueta del proyecto, creada en 1986, que recrea el conjunto de edificios, arquitectura y obras que constituyen la llamada Síntesis de las Artes Mayores. 

Ciudad Universitaria de Caracas. Síntesis de las Artes Mayores. Seis décadas 1953-2013
Fundación BBVA Provincial, piso 3 del edificio Provincial, avenida principal de La Castellana, cruce con calle El Bosque
Horario: lunes a viernes, de 10:00 am a 3:30 pm; y domingo, de 11:00 am a 3:00 pm

¿Por qué me encanta la historia de Frida Añez y el grupo que la acompañó en la Junta Directiva del Ateneo de Valencia en 1955? Porque en una pequeña ciudad de la provincia venezolana, ella y su equipo supieron y lograron que Valencia participara del hervidero cultural que vivía Paris durante la década de los años 50 donde los talleres se convirtieron en laboratorios de investigación visual. Y enviaron como emisario de su proyecto de una Exposición Internacional de Pintura con motivo de los 400 años de la ciudad, a un joven Oswaldo Vigas, residenciado en Francia que formaba parte de este periodo de ebullición artística."Lo que nutre a Vigas es esta turbulencia creativa...dice Bélgica Rodríguez, curadora de la muestra Vigas constructivista. París 1953-1957 en la galería Arte Ascaso, de Las Mercedes...Esa exposición sin proponérselo demuestra y reafirma el valor del trabajo realizado por ese grupo de unidos ciudadanos antes mencionados, que demostraron su amor por el arte y Valencia, trabajando sin descanso ni egos separatistas, un equipo con una cabeza muy clara que los lideraba y supo a cada uno darle su valor, y asi juntos darle a la capital carabobeña un producto fruto de su coherencia como promotores culturales, aún en medio de las limitaciones que supieron resolver como una sola voz..(Parte I).

La ruptura según Vigas

La muestra "Vigas constructivista" inaugura hoy en la galería Arte Ascaso.

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72 pinturas de su etapa constructivista (Fotos Nicola Rocco)
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JESSICA MORÓN |  EL UNIVERSAL
domingo 3 de noviembre de 2013  
Al final de la Segunda Guerra Mundial estalló un impulso creativo en París. Creadores de todas partes del mundo se instalaron en la Ciudad Luz durante la década de los años 50. El maestro venezolano Oswaldo Vigas (Valencia, 1926) formó parte de este periodo de ebullición artística. Sus ingeniosas pinceladas se refugiaron en el arte constructivista.

"Lo que nutre a Vigas es esta turbulencia creativa. La capital francesa era un hervidero cultural donde los talleres se convirtieron en laboratorios de investigación visual. Distintos movimientos artísticos (cinetismo, surrealismo, constructivismo, minimalismo), intentaban solaparse los unos a los otros. Y Vigas provenía del universo de la figuración, donde el arquetipo de 'la bruja' ya era una característica fundamental de su obra", explica la curadora Bélgica Rodríguez, para introducir las 72 pinturas que alberga la muestra Vigas constructivista. París 1953-1957 en la galería Arte Ascaso, de Las Mercedes.

Un cúmulo de obras del pintor y muralista, pertenecientes al periodo de 1953-1957, se exhibe a partir de hoy sin la pretensión de señalar un antes y un después en su obra, sino un proceso de continuidad en el que el artista descendiente de Arturo Michelena, dio rienda suelta a su cacumen artístico, tras desarrollar las series Formas tensionales, Objetos negros y Proyectos para murales.

Sobre esta última, el creador valenciano recuerda un encargo especial del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, quien confió a su genialidad como colorista los bocetos de la Ciudad Universitaria. "Cuando Villanueva vio el bosquejo que hice en París sólo me dijo esto: 'Formidable'", comenta Vigas, y a falta de pincel toma un marcador y replica: "Todo lo que he hecho lo he pensado, nunca he hablado en el aire, porque es fácil hacer una crítica, pero más difícil es pintar un cuadro", dice con lucidez el maestro de 87 años de edad.

Y al transcurrir seis décadas de su estancia en Europa, un compendio de óleos, guaches y tintas nunca antes expuestos en el país, se apropian de los tres pisos de la galería. "Hace unos tres años tuvimos la oportunidad de ver su periodo formalista. En esta oportunidad, veremos obras en las que Vigas explora la abstracción a partir de la esquematización de la forma figurativa, donde estudia y analiza varias geometrías (círculos, ovoides, cuadrados, rectángulos, barras y líneas). La presencia del color plano, a veces bastante texturada, así como también la exploración de varias arquitecturas compositivas y perspectivas que marcan una ruptura con los códigos plásticos convencionales de la abstracción geométrica de la época", apunta Rodríguez.

Las piezas que cuelgan en sala fueron guardadas con recelo en el taller de Vigas. Durante la entrevista, el maestro lo confirma con una convicción irreductible. Con una certeza intachable se expresa. "Lo que está expuesto aquí estaba guardado en mi taller. Nunca he vendido todo, una gran cantidad se queda conmigo porque pinto todos los días, así siempre hay obra", asegura.

En su lista de tareas pendientes, no aguarda un lugar para el descanso. Jamás se ha planteado la posibilidad de apartarse de un lienzo.

"Mientras uno está trabajando se mantiene, el problema se presenta cuando uno deja de trabajar. Moriré con un pincel en la mano", sentencia el ganador del Premio Nacional de Artes Plásticas 1952.

Sobre la muestra, confiesa que se siente "bien". Pero por un momento, deja colar la nostalgia y al verse frente a sus cuadros revela que extraña París. "Francia está en mis entrañas". ¿Y Venezuela?, se le pregunta. "A Venezuela mejor no pintarla, mejor no comparar", responde el también merecedor del Premio John Boulton y dos veces acreedor del Premio Arturo Michelena.

Pasados los 80, el creador asegura sin titubeos, que el arte lo acompañará hasta el fin de los días. Tras haber realizado más de 100 muestras individuales, su facultad artística no ha sido derrotada. Con los años ha dado la batalla y sin ánimos de esbozar lo venidero, sabe que seguirá creando. "Aún me falta mucho por pintar. Pero yo no sé lo que haré, lo saben mis manos. Ellas son las que hablan por mí", concluye.

3 de noviembre de 2013

La serie Formas tensionales marca los años 1955 y 1956. Desde el punto de vista estructural se basa en la intercepción de variadas formas geométricas redondas, ovoides -siempre orgánicas- y de diferentes dimensiones, que en conjunción con líneas en ángulo recto constituyen el principio básico de la com-posición....

El Carabobeño 03 noviembre 2013

Maurice Hasson (violinista), Oswaldo Vigas (artista plástico, Frida Añez de Magasrevy e Ing.Janos Magasrevy


Oswaldo Vigas constructivista, sesenta años después

 Bélgica Rodríguez 
La década de los años cincuenta marcó un cambio en la vida y obra de este prolífico creador venezolano. En 1952 viaja a París, entusiasmado por los tres premios que se le otorgan en el Salón Oficial Anual de Arte y por el éxito de su primera retrospectiva en el Museo de Bellas Artes de Caracas, el más importante del país, la cual abarcó diez años de producción de lo que será una exitosa carrera plástica. 
 En París, meca para muchos artistas del mundo desde principios del siglo xx, se encuentra ante una escena dinámica, activa y cosmopolita caracterizada por efervescencias en la experimentación y la búsqueda de nuevos lenguajes. Descubre a Picasso, su cubismo y muchas tendencias más, y construye un segundo andamiaje sustentado por la adaptación de corrientes abstractas y constructivas que plasma en piezas donde subyace el sustrato del estilo que lo identificará tanto en su producción figurativa con óleos, gouaches y tintas nunca antes vistas en el país, realizados por el maestro valenciano en los años 50, integran la exposición que, este domingo a las 11, inaugura  la Galería de Arte Ascaso. Avenida  Orinoco, Las Mercedes, Caracas. 
 En sus series Objetos negros, Formas tensionales y Proyectos para murales radicaliza la abstracción y su geometría, pero no en su vertiente rígida sino aquella de fuerte carga emocional. En 1953 ingresa a los talleres de grabado y litografía de Marcel Jaudon en la Escuela de Bellas Artes de la capital francesa, hecho que influye en la importancia que le otorga al papel en buena parte de su pintura, y sigue cursos de Historia del arte en la Universidad La Sorbona. Con estas herramientas despliega nuevos planteamientos plásticos que serán resueltos en varios grupos de obras que abarcarán la exploración de conceptos diferentes a los que hasta ese momento trajinaba y que estaban ya muy claros en su retrospectiva de 1952. 
El cambio suscitado en tema y concepto también concita una indagación espacial en lo pictórico y en otros soportes, interés patentizado por ejemplo en la serie Proyectos para murales de carácter geométrico, que lleva a cabo para la Ciudad Universitaria de Caracas. Es evidente que esta circunstancia incidirá en el nuevo rumbo que el artista llega a tomar y que está definido por la decisión de abandonar por completo la figuración. 
Una vez en París y sin pérdida de tiempo, entabla relaciones con creadores que practicaban variantes personales de la abstracción geométrica, entre ellos Jean Dewasne, Victor Vasarely, August Herbin y Fernand Léger; los latinoamericanos Wifredo Lam y Roberto Matta; y los escultores Antoine Pevsner, Baltazar Lobo, Jean Arp, Robert Jacobsen y Henry Laurens, muy conocidos para el momento en la escena cultural de la ciudad. Este período abarca un tramo de tres intensos años (1953 a 1956 aproximadamente). 
En sus series abstracto-geométricas, Vigas reduce la forma figurativa a una formalidad visual simbólica sin llevarla al estadio de mecanomorfia. Todo lo contrario, la carga de emoción y tensión íntima gracias a la densidad del trazo y del color, o el no color, y deja en ella una imprecisión en cuanto a la representación de un objeto particular del universo natural o humano. Podría creerse, mejor, que en los títulos seleccionados y las obras que los prefiguran, se manifiesta una alusión metafórica, simbólica e incluso irónica, esto último siempre presente en su fuerte carácter como ser humano y como artista. 
En el análisis sobre la obra de Vigas, y por lógica también en las series que integran esta exposición, es preciso destacar las asociaciones orgánicas que por insinuaciones de su significado tratan de comunicar emociones inspiradas por el alma. En su dinámica comunicativa con el espectador, estas series generan una experiencia sensorial por sus relaciones con lo físico y el cosmos, en especial la serie de los objetos, en la que subyace una convicción metafísica de creer en la pintura no representacional, tanto en el interior del imaginario personal y emblemático del artista como en su entorno colectivo. De manera radical, Vigas llega a una nueva estructura formal a través de un proceso de fractura de la imagen y continua transformación de los conceptos. La pintura abstracto-geométrica no representa un hiato en la vida artística de Oswaldo Vigas sino que corresponde al resultado de una carga acumulada a lo largo de diez años de reflexión. 
La invitación que recibe del arquitecto Carlos Raúl Villanueva para participar en el Proyecto de Integración de las Artes en la Ciudad Universitaria de Caracas, obra declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Moderno de la Humanidad, fue un estímulo más que condujo a Vigas hacia la geometría. Para este proyecto elabora muchos bocetos de los que resulta la serie Proyectos para murales, varios de los cuales se integran en las fachadas de algunas edificaciones relevantes del recinto universitario es el caso de la plaza del rectorado, realizados a escala mural en mosaico veneciano, como composiciones altamente estructuradas que acentúan las relaciones geométricas de líneas y planos horizontales y verticales. Son muestras ilustrativas el Proyecto para mural en verde y el Proyecto para mural naranja  que a pesar de no haber sido materializados pueden considerarse obras autosuficientes desde el punto de vista plástico, pues son evidencia del trabajo de simplificación formal máxima que procede de las figuras manejadas por el artista en esta misma década. Por ejemplo, si invirtiéramos la posición de estos murales, y en vez de horizontales fuesen verticales, se apreciaría su cercanía a una figuración estilizada y hasta llegarían a percibirse con mayor claridad las referencias figurativas en las formas geométricas. 
En Proyectos para murales, a Vigas le importa la gramática visual de las líneas múltiples opuestas rítmicamente en el juego de horizontales y verticales. El contrapunto de líneas y formas en posición horizontal y en algunos segmentos cruzadas como activadores dinámicos de la superficie pictórica, origina la unidad total de la pintura sobre la base de planos determinados por un color encerrado en compartimentos geométricos, en general realzados por un fondo casi siempre blanco. A partir de esta estructura geométrica la obra pierde especificidad temática para acercarse a un arte sistémico y minimalista de profunda sensibilidad intelectual. El artista se apropia del cubismo y del constructivismo para estructurar sus propuestas murales y en este sentido enfatiza el plano triangular, el trazo subrayado, simbólicamente evocador de una extraña naturaleza, tanto humana como natural. Es patente el carácter monumental de estos proyectos a pesar de su escala, si bien esto se aprecia con claridad una vez que han sido realizados sobre la superficie del gran muro.
La serie Formas tensionales marca los años 1955 y 1956. Desde el punto de vista estructural se basa en la intercepción de variadas formas geométricas redondas, ovoides -siempre orgánicas- y de diferentes dimensiones, que en conjunción con líneas en ángulo recto constituyen el principio básico de la com-posición.... Lo iconográfico ha desaparecido para centrar la imagen ausente en el juego de líneas y en un contenido que tiende más bien a planteamientos cercanos al platonismo, donde se vierte con rigor el complejo universo de Vigas, propuesta surgida a partir de dualismos muy organizados en simetrías y asimetrías, en líneas rectas y oblicuas