La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

11 de diciembre de 2012

La denominada “Edición Especial Aniversaria” consta de 80 páginas en su haber donde se desarrolla, en detalle, la historia de Cerámica Carabobo. En esta publicación se halla una semblanza de su fundador, Janos Magasrevy, quien comenta que para la época de 1956, en Valencia no existían industrias, excepto una de aceite, un telar y Cementos Carabobo desde donde nació Cerámica Carabobo.

Notitarde 1/12/2012 
Con agasajo a periodistas y lanzamiento de revista aniversaria

Cerámica Carabobo celebró 55 años


Cerámica Carabobo cerrando la celebración de sus 55 años en el mercado realizó en sus instalaciones, un agasajo para periodistas de los medios de comunicación de la región, actividad que aprovecharon para el lanzamiento de una revista aniversario en la que recogieron testimonios de lo que es y ha sido la compañía a lo largo del tiempo.

Tulio Hidalgo, gerente general de Cerámica Carabobo comentó que el éxito de esta empresa, desde su fundación, no ha sido una situación fortuita, sino que más bien es gracias a los planes de expansión, de mejoramiento continuo y de una firme visión hacia el futuro.

“Hoy estamos culminando un año de celebración de los 55 años de Cerámica Carabobo siendo una industria líder y pionera de la actividad cerámica en el país y en muchos otros países en los que hemos tenido presencia en Latinoamérica. Estos años representan el esfuerzo y la lucha, en distintas épocas y etapas, de hombres y mujeres que han pasado por el desarrollo de esta actividad.” puntualizó Hidalgo.

Por su parte, Álvaro Guanchez, gerente corporativo de Mercadeo destacó que la publicación “más que una revista es una edición especial donde se recopila toda la historia de Cerámica Carabobo siendo una empresa líder de la industria de la cerámica en Venezuela; siendo también la más innovadora.

Asimismo, Guanchez agregó que la industria aprovechó “esta oportunidad para agradecerle a los medios de comunicación por todo el respaldo que nos ha dado.”



Una publicación especial

La denominada “Edición Especial Aniversaria” consta de 80 páginas en su haber donde se desarrolla, en detalle, la historia de Cerámica Carabobo.

En esta publicación se halla una semblanza de su fundador, Janos Magasrevy, quien comenta que para la época de 1956, en Valencia no existían industrias, excepto una de aceite, un telar y Cementos Carabobo desde donde nació Cerámica Carabobo.

Por otro lado, los editores comparten el porqué del programa social de la fábrica de baldosas, definiéndolo como “Responsabilidad Social que crece con Venezuela” desarrollando el Programa de Prevención Integral Social del Tráfico y Consumo de Drogas, entre otros.

La revista será distribuida entre los trabajadores de la empresa.

7 de diciembre de 2012

"En 1955, la única hermana de la reina Elizabeth de Inglaterra, Margaret Rose Windsor, fallecida el 9 de febrero de 2002", asi reseñó en 1955 en una crónica Francia Natera, periodista, fallecida el martes 4 de diciembre 2012 a los 97 años de edad, quien como Frida Añez en Carabobo, forma parte de las mujeres leyendas que nos van dejando poco a poco


Evocación de Francia Natera, gran cronista venezolana




“Yo conocí a la princesa Margarita”
Por Milagros Socorro
En 1955, la única hermana de la reina Elizabeth de Inglaterra, Margaret Rose Windsor, fallecida el 9 de febrero de 2002, a los 71 años, fue forzada a cortar su noviazgo con el capitán de la Real Fuerza Aérea, Peter Townsend, porque éste había estado casado; y la Casa Real británica no estaba dispuesta a enfrentar otro escándalo como el que se había producido casi dos décadas antes, en 1936, cuando el propio rey Eduardo VIII, tío de las muchachas y padrino de bautismo de la menor de ellas, había abdicado para casarse con la norteamericana –también plebeya y divorciada- Wallis Simpson. Casi inmediatamente después del anuncio de la ruptura, la princesa Margarita, nacida el 21 de agosto de 1930 en el Castillo de Glamis en Escocia, emprendió un viaje oficial a las islas del Caribe, que fue cubierto por la periodista Francia Natera, legendaria cronista de El Nacional.
“La princesa venía precedida por la triste historia de su amor malogrado –rememora Francia Natera- y además era portadora oficial de la Casa Real de los documentos que daban la libertad a las colonias del Caribe. En medio del tumulto sentimental, la reina la envía al Caribe, entre otras cosas, para que se distrajera de lo que estaba viviendo y para que recorriera los dominios antillanos ingleses, que hacía mucho tiempo ninguno de ellos visitaba.”
Noticia apetecida por hordas de reporteros, la embajada inglesa en Caracas invitó cuatro periodistas venezolanos para integrar la comitiva de la princesa, segunda en la línea de sucesión al trono Británico, hasta el nacimiento de su sobrino el Príncipe Carlos en 1948. Entre aquellos periodistas estaba Francia Natera, gran cronista de El Nacional.
–Ella llegó a Trinidad –dice Natera-. Era la cosa más hermosa que te puedas imaginar, aquella muchacha de veinticinco años, esbelta, con un rostro precioso y un cutis perfecto. Yo nunca pensé que ella pudiera ser tan linda; esa familia nunca fotografió bien, aparte de que sabemos que no suelen ser muy agraciados, pero ella, más que eso, era preciosa. Hartnell, el famoso modisto de la época, le había diseñado un vestuario que tenía todos los colores del Caribe. Al llegar a Trinidad, la primera escala de su gira, apareció en la escalerilla del avión con un vestido verde caña de azúcar. Y así fueron todas las toilettes que fue luciendo.
“El día de su llegada hizo un recorrido por la isla, que terminó con una recepción oficial a la que asistimos los periodistas acreditados. Y fuera del salón se apiñaban montones de reporteros de todo el mundo, que no habían sido convidados pero que estaban detrás de la historia de amor que el mundo seguía con emoción y curiosidad. Al banquete de Estado que hubo esa noche, la princesa se presentó llena de joyas: una tiara cuajada de gemas, gargantilla, brazaletes, sortijas y, en el borde del escote, la condecoración de la reina Victoria. Cuando esa muchacha bajó la escalera de la casa del gobernador de la isla, una estupenda muestra de arquitectura insular, vestida con un traje de satén blanco, cruzado por la banda que le corresponde por su jerarquía, y llena de joyas que destellaban con las luces del salón, nos quedamos boquiabiertos: era una auténtica princesa de cuentos. La foto de esa ocasión le dio la vuelta al mundo porque el traje que Hartnell le había hecho a la niña despechada tenía un atrevido escote, insólito para la época, que dejaba ver la mitad de sus senos. El escándalo llegó al Parlamento británico.”
“La sentaron, me parece verla, entre el presidente de la Corte Suprema de Justicia, un señor grande y negro, y el gobernador de Trinidad, un inglés delgado y altísimo, ambos serísimos, tocados con pelucas blancas de bucles. En otras mesas, frente a ella, estábamos los periodistas y alcanzábamos a escuchar el diálogo, compuestos por las generalidades propias de esos banquetes. En un rincón estaba una orquesta de steel band tocando calipso y yo pude ver cómo ella, mientras seguía la conversación de los funcionarios, llevaba el ritmo con los pies. Fue una comida muy copiosa que incluyó cochinillo y varios pescados de la zona, todo regado con varios vinos y rones de la isla cuya batería de copas, incluida la de jerez prevista para brindar a la salud de la reina, se alineaban frente a los platos en una fila como de seis. Al final, entonamos el himno God save the Queen (Dios guarde a la reina). Y terminado el himno, la princesa encendió un cigarrillo que apenas chupó, pero era la señal para indicar que los caballeros podían fumar sus tabacos y pipas. En esa época, ella apenas bebía y fumaba”.
“Más tarde, ella subió a sus habitaciones y poco después nos anunciaron que estaba prevista una serenata por petición de la noble huésped. Salimos al jardín y allí estaba el grupo de músicos que empezó a tocar canciones pícaras, llenas de malas palabras y frases de doble sentido. Y ella, muerta de risa en el balcón, tiraba besos y saludaba, hasta que bajó y se unió a los músicos para bailar. Al día siguiente inició una gira por el interior de Trinidad, en medio de un solazo tremendo; los periodistas nos metíamos en todas las taguaras buscando refrescos que nos aliviaran el calor y ella permanecía sentada, como una criatura irreal, sin sudar ni sofocarse. Sorprendida, le pregunté al embajador inglés en Venezuela: ‘pero esa muchacha, ¿ni siquiera hace pipí?’. Y el embajador, muy formal, me dijo: ‘ellas están entrenadas para no hacer ni pipí’.
“En la rueda de prensa ofrecida por la princesa, tuvimos que atenernos a las rígidas normas impuestas por la Casa Real. Nada de preguntas personales, nada de comentarios insidiosos. Hasta guantes tuvimos que ponernos; imagínate yo, tomando notas en mi libreta con aquellos guantes blancos en aquel calorón. Por cierto que ella cambiaba los suyos a cada momento: venía una persona con una bandeja trayendo un par fresco con los que ella sustituía los que llevaba. No pudimos hacer contacto con ella, yo apenas le di la mano y entonces pude observar con detalle su gran belleza.”
“A la mañana siguiente nos embarcamos en el Britannia, el yate de la familia real, y salimos para Barbados. Los periodistas íbamos en el segundo piso de las embarcación y ella en el primero, de donde no salió en toda la travesía, que duró unas seis horas, debía estar exhausta. Bajamos en Barbados, donde se repitió la agenda: en el día la princesa exhibía sus trajes de colores vivos, que no repitió; y, en las cenas, las impresionantes joyas exigidas por el protocolo. En cada comida le servían productos locales, langostas, guisos al curry, frutas de la estación, que ella comía con mucho apetito. A pesar del drama sentimental que estaba viviendo, era una muchacha muy alegre y vital. La acompañamos hasta Kingston, Jamaica, donde los periodistas tomamos un avión y regresamos.”
Veinte años después, la princesa Margarita vino a Caracas –su única visita a Venezuela- a vender algunos de los terrenos que poseía en la isla de Mustique. Se hospedó en la casa de Reinaldo y Carolina Herrera, amigos del jet set frecuentado por la hermana de la reina, quienes la pusieron en contacto con los posibles compradores. En esa época, Francia Natera había dejado el reporterismo y se desempeñaba como jefe de prensa de La Casona, ocupada entonces por Carlos Andrés Pérez y su esposa Blanquita. En esa posición organizó un almuerzo para su alteza en la residencia oficial del presidente, al que asistieron las esposas de los ministros y varias damas señaladas de Caracas. “Yo me maté, con la jefe de banquetes de La Casona, para organizar un almuerzo regio, que incluía lo más refinado de la cocina criolla… pero la princesa despreció todo: en vez de probar bocado, se limitó a tomar, uno tras otro y sin parar, un mar de gin tonic. Cada vez que le pasaban una bandeja, decía: ‘no. Thank you, gin and tonic, please’. Hasta los tequeños los rechazó sin mirarlos. Y no dejaba de fumar. No se parecía en nada a aquella aparición que yo había visto, dos décadas antes, bajar de un avión en Puerto Príncipe, tenía grandes bolsas debajo de los ojos, estaba hinchada y ensimismada, ni siquiera conversó con nadie.” Afrentada, publiqué una crónica en El Nacional que titulé Gin and tonic.”

26 de octubre de 2012

"La histórica confrontación" que Helena Acosta llama "divorcio" entre el arte cinético y el país, a pesar de que en su momento el país apoyo al cinetismo y hasta Caracas se convirtió en una ciudad cinética. Pero nunca hubo un nexo con la población", dice la curadora de la I Bienal de Arte Emergente. El legado cinético, que se inaugura hoy en las salas 7 y 8 del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, en Parque Central, fue resuelto en el Ateneo de Valencia en 1955, cuando el pueblo tuvo en sus manos catálogos hechos por Carlos Cruz Diez y accedió al arte universal en la Exposición Internacional de Pintura con motivo del Cuatricentenario de Valencia , en una humilde institución ateneísta valenciana presidida en ese momento por una excelente Junta Directiva con Frida Añez a la cabeza


29 artistas buscan reconciliar el arte cinético con la sociedad

Hoy se inaugura la "I Bienal de Arte Emergente. El legado cinético".

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Helena Acosta es la curadora de la bienal (Nicola Rocco)
DUBRASKA FALCÓN |  EL UNIVERSAL
viernes 26 de octubre de 2012  12:00 AM
Elitesco. Así fue sellado el arte cinético venezolano que nació en las manos de Carlos Cruz- Diez, Jesús Soto, Alejandro Otero o Juvenal Ravelo, entre otros artistas becados para estudiar en el extranjero. Un estigma que aún se mantiene por no tejer, en apariencia, un vínculo con la sociedad venezolana. 

A esta histórica confrontación, Helena Acosta la llama divorcio. "Ciertamente hay un divorcio entre el arte cinético y el país, a pesar de que en su momento el país apoyo al cinetismo y hasta Caracas se convirtió en una ciudad cinética. Pero nunca hubo un nexo con la población", dice la curadora de la I Bienal de Arte Emergente. El legado cinético, que se inaugura hoy en las salas 7 y 8 del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, en Parque Central. 

El deseo de reconciliación llevó a Acosta a crear una bienal que uniera al cinetismo con el pueblo. Para esto recibió el apoyó de la Fundación Museos Nacionales. "Lo que se intenta es reabrir este capítulo del arte venezolano. Ver qué nuevas lecturas se pueden hacer; cómo se acercan hoy los artistas a los nuevos lenguajes; qué reinterpretaciones pueden salir, y analizarlo. Queremos volver a reconocerlo y que la gente se reconozca en él", asegura. 

Luego de abrir durante dos meses y medio la convocatoria internacional, al evento se postularon 170 obras en las categorías bidimensional, tridimensional y espacio digital. De este grupo de obras el jurado, conformado por Juvenal Ravelo, María Luz Cárdenas, Élida Salazar, Ingrid Lucena y Viollete Bulé, seleccionaron 29 piezas provenientes de Francia, Chile, Portugal, El Salvador, España y Venezuela. "Se valoró mucho la factura, el concepto, la reflexión y el aspecto formal de la obra", apunta acerca de la elección que tendrá un ganador por cada categoría la semana que viene. 

La exposición, según Acosta, resultó bastante variada: se reconocen desde las propuestas cinéticas más clásicas, pero con el guiño venezolano, hasta nuevas lecturas, en muchos casos, más experimentales. "Sí, me sorprendió lo que llegó, sobre todo en las instalaciones y el área digital. El cinetismo es un lenguaje que está presente en casi todo lo que es el discurso visual abstracto actual. Hay una tendencia bastante fuerte en el arte sonoro, incluso". 

Por eso para hoy estará en la inauguración el colectivo de El Salvador, elMonstruo, que intervendrá la fallada del museo a través de un performance visual. "Esto será un homenaje al arte cinético", dice Claudia Olmedo, quien junto a Yasser Pérez Cavaría y Juan Carlos Saavedra forman el colectivo. "Vamos a manipular su obra con materiales y música que hemos creado nosotros a través del Video Mapping", concluye. 

Hay eventos o escritos que traen el recuerdo de Frida Añez, pues su mecenazgo con las artes del fuego, que nadie ha logrado emular, se revive cada vez que alguna de las figuras de estas especialidades de las artes plásticas, expone en alguna parte del país o del exterior. Gracias a Frida esos Salones marcaron una época y permiten decir en el presente: "La cerámica ha sido un fenómeno único en Venezuela", como apunta Bélgica Rodríguez, curadora de la muestra


TOMADO DEL BLOG "ALFONSO MARÍN" DE  TATIANA DE LA ROSA MARIN

EN BLOGGER DESDE MARZO DE 2012

VIERNES, 25 DE MAYO DE 2012


14 de Julio de 1986. "50 Años del Ateneo"


50 Años del Ateneo


En forma sencilla, sin grandes oropeles pero con un sentido pedagógico profundo, se ha celebrado el cincuentenario del Ateneo de Valencia. Decir Ateneo entre nosotros; es como decir la Catedral, o el Monolito, o la Virgen del Socorro; es como evocar un gran símbolo; algo así como encontrarse de pronto con la más pura, la más clara y la más neta tradición espiritual de la ciudad. Es como si se estuviera pronunciando una palabra mágica para descorrer las cortinas de un pasado inmediato cargado de recuerdos, de esperanzas y de angustias. Un pasado de lucha abnegada y firme.

Cuando llegamos a Valencia, el 22 de febrero de 1940, nos dimos cuenta de inmediato, y esto lo hemos dicho más de una vez, de que para ingresar en el ámbito cultural de la ciudad, había dos puertas de entrada: “El Carabobeño” y el Ateneo. Nosotros ingresamos por esas dos puertas, y aunque veníamos a ejercer cargo público, ya traíamos debajo del brazo nuestro primer libro de versos, “Surcos de Occidente”; nos sentamos en un escaño del Ateneo y empezamos a colaborar en “El Carabobeño”. Estas dos puertas de entrada nos han sido familiares siempre.

Sobre el Ateneo hemos escrito mucho y seguiremos escribiendo. Alguna vez publicamos un folleto suscrito con Luisa Galíndez y Margot Ramírez Travieso, “Diez años de Lucha y de Trabajo”, reseñando sus primeras actividades hasta en sus más mínimos detalles. Echábamos así las bases para un trabajo biográfico más amplio.

Hoy, la celebración del cincuentenario del Ateneo ha sido dividida en dos partes: la de su fundación y la de su instalación, porque hubo entre ambas una espera muy larga: de febrero a julio de 1936. ¿Por qué tanto tiempo? Muy sencillo: porque no se disponía de medios para hacer su instalación. Hasta ese momento, el Ateneo era apenas una idea, un capricho, un sueño. El sueño romántico de un grupo de soñadores, damas en su mayor parte, que tenían el firme propósito de dedicarse a trabajar por el fomento de la cultura. Cero dinero, cero recursos.  Durante esos largos meses de espera, Luis Eduardo Chávez, uno de sus pioneros, anduvo de tienda en tienda por el comercio de Valencia recogiendo retazos de coleto para forrar las paredes del viejo cascarón de la Calle Páez donde se iba a instalar el Ateneo.  Precisamente al lado del cuartel de policía y frente a una agencia funeraria. Gozando de la compañía de tan amables vecinos, funcionó allí durante 18 años.

El Ateneo de Valencia, no nació por generación espontánea, sino porque para entonces estaban dadas las condiciones de fundarlo: se acaban de romper los diques de la dictadura con la muerte del dictador. María Luisa Escobar, gran carabobeña, fundadora del Ateneo de Caracas, influyó desde allá sobre María Clemencia Camarán, para que procediera a fundarlo. Esta fue su primera presidenta. Un soplo de renovación se extendía por todas partes. Daba la impresión  de que se quería recuperar el tiempo perdido. El tiempo perdido en materia de cultura bajo la despiadada crudeza del régimen imperante. Un ejemplo: la Universidad de Valencia había sido clausurada desde 1904.

Y el Ateneo siguió su rumbo. Por su destartalado cascarón de la Calle Páez, desfilaron grandes figuras de Venezuela y de otros países. Escritores, poetas, y artistas. Toda una gama de hombres y  mujeres convocados a ejercitar una responsabilidad compartida sobre el terreno espiritual de Valencia.

Y seguíamos soñando. Un día se pensó en obtener un local propio. Varias sucesivas presidentas del Ateneo se empeñaron en esto. Manuel García, gobernador de Carabobo, regaló un terreno; pero ese terreno resultaba pequeño y hubo que venderlo; también doña Melanie de Branger, regaló otro, que tampoco era apropiado, y sucedió lo mismo. En estas condiciones, llegó a la presidencia del Ateneo doña Lucila de Marín, quien procedió a construir el edificio. Faltó dinero, y ella se echó a la calle en compañía de Don Pancho Alvarado Escorihuela y Don José Auad a colocar cédulas hipotecarias. Estás cédulas fueron donadas luego al Ateneo e incineradas en acto público y solemne en el patio del nuevo edificio, acto que fue registrado en su primera página por “El Nacional” de Caracas. Otro día, doña Chuchita Carabaño de Díaz, creó el salón de artes plásticas “Arturo Michelena”, y más tarde Frida Añez, otra gran presidenta, organizó y presentó la primera y única exposición internacional de pintura que se ha celebrado en Venezuela, con la concurrencia de los principales pintores de 32 países de América y Europa. (Frida Añez, Oswaldo Vigas y el suscrito, estamos comprometidos a escribir la historia de este evento). Otro día, en compañía de la presidenta Ana Enriqueta Terán, organizamos aquí la primera convención nacional de ateneos de Venezuela. Y así sucesivamente.

Hoy, el Ateneo se encuentra en manos excelentes; Vitalia Muñoz de Chacín, Mary Schwazemberg, José Napoleón Oropeza, Alfredo Fermín y otros. Y para proclamar la conmemoración del cincuentenario de su instalación, fue escogida una voz joven –la de Luis Arráez Azuaje- en señal de que el Ateneo se sigue renovando. Este trató  de ensayar en sus palabras una apología de la angustia. Todo indica que el Ateneo está marchando en estos momentos con justificado entusiasmo y que sus actuales dirigentes están convencidos, como lo estamos todos, de que formar parte de su junta directiva, es una de las formas más propicias y eficaces de servir a Valencia. De servirla y de amarla.


Alfonso Marín.

Historia escrita a cincel y soplete

Galería Arte Ascaso inaugura el domingo "Escultura Escultores"

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Peña expone su permanente indagación de los barriles de petróleo
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DUBRASKA FALCÓN |  EL UNIVERSAL
jueves 25 de octubre de 2012  12:00 AM
"Yo en realidad no sé de escultura. ¡Yo hago muñecos! Mi razón es comunicar. Mi razón no es artística", suelta el maestro Cornelis Zitman. Mientras que el autor de Mujer sentada decía estas frases tan contundentes como humildes, a su alrededor Rolando Peña, Felipe Herrera, J.J. Moros y Pedro Briceño aprobaban en silencio estas palabras.

Oraciones que reflejan el quehacer de tres generaciones de escultores que, el domingo 28, se reúnen en la Galería de Arte Ascaso para dar fe del trabajo escultórico que se ha hecho en el país desde que Francisco Narváez inauguró el modernismo en el arte nacional.

Bélgica Rodríguez, curadora de la exposición Escultura Escultores que se inaugura en la institución privada de Las Mercedes, seleccionó a 37 artistas y 75 obras tridimensionales para mostrar en tres salas una aproximación al panorama escultórico venezolano, en su mayoría abstracto-geométrico.

"Aquí cada artista representa una tendencia. El artista que comienza siendo escultor lo sigue siendo a pesar de que es uno de los medios más difíciles para trabajar. Nuestro movimiento escultórico es uno de los más importantes de América Latina. Nuestros escultores se mantienen activos y crean obras dinámicas", asegura Rodríguez.

En la exposición se réunen obras de Francisco Narváez, Jesús Soto, Cornelis Zitman, Víctor Valera, Pedro Briceño, Alirio Palacios, Oswaldo Vigas, Harry Abend, Edgar Guinand, Milton Becerra, Rolando Peña, Felipe Herrera, Javier Level, Carlos Medina, Rafael Barrios, Colette Delozanne, Belén Parada, Noemí Márquez, Vicente Antonorsi, James Mathison, JJ Moros y Luis Millé, entre otros.

Las creaciones de los artistas están divididas por grupos en los tres pisos de la Galería Arte Ascaso. En el primer piso se encuentran las piezas de los grandes maestros de la escultura venezolana; en el segundo, están las obras tridimensionales, incluyendo cerámica, de la generación de creadores que tuvo que competir con la pintura como recurso plástico, y en el tercer piso se exponen las obras tridimensionales de artistas contemporáneos.

"Esto comenzó siendo una exposición modesta de obras que se encontraban en la bóveda de la galería hasta que tomó un carácter antológico. Que no se refiere solamente a las obras, pues 95% de los creadores que están en la exposición está vivo. Por eso involucramos a aquellos artistas que siempre han participado en la escultura", apunta Bélgica Rodríguez.

Entre estos está el Príncipe Negro, Rolando Peña, quien expone dos piezas de la serie Las diagonales. Obras con dimensiones menores a las que llevó, en 1999, a Washington. También están los ensamblajes de objetos que recoge o colecciona Javier Level que pertenecen a las serie Transgénico.

Además, se exponen dos esculturas en cerámica de Belén Parada. Se tratan de obras geométrico-abstractas que generan movimientos y ritmos. "La cerámica ha sido un fenómeno único en Venezuela", apunta.

Sin contar las dos obras del ganador del Salón Arturo Michelena, Felipe Herrera. El creador sigue trabajando con el tema de la dualidad, de la simbología del corazón, de la poesía y de la fuerza.

Luego de este recorrido, también se aprueban, por unanimidad, las palabras de Zitman.

11 de octubre de 2012

Cuando visitaba a Frida Añez de Magasrevy en su hermosa oficina en la Gerencia Administrativa de la Corporación "Cerámicas Carabobo", observaba que su asistente colocaba la prensa del día de la cual extraía la información que a Frida le interesaba...Esa idea vino a mi mente para continuar alimentando el blog sobre Frida Añez, pues hay que mantenerlo vivo, como una forma de que su presencia no sucumba ante el olvido...Manejo la idea que Frida está leyendo lo que tanto le gustaba: estar al día con la información...Y esa es mi forma de honrarla a través de su blog.


La intensa actividad que tuvo Frida Añez desde su más temprana juventud y durante su efectiva experiencia laboral como Gerente Administrativa de la Corporación "Cerámicas Carabobo" cesó en el 2000, al iniciar el milenio sucedió un hecho que la sumió en las sombras, pero que a mi me lleva a recordarla como esa mujer dedicada a estar informada, actualizada con el devenir de los tiempos, dedicada entre otras actividades a leer y a pensar. Elaborar un blog dedicado a ella me ha empujado a disfrutar de la amistad y ponerme en sus "zapatos" cuando ya estaba dedicada a la lectura y al amor del hogar. Libros y mucha música, sosiego y aprendizaje. Tiempo dedicado a sentir, a viajar sin pasaporte, a vivir historias que también han sido un poco mías, a soñar con los amores que brotaban de las palabras. 

El regalo impagable ha sido para mi mantener vivo el blog con cosas que imagino le hubieran interesado leer de los medios de circulación que tengo a mi alcance, esa noticia o libro que surgen de los periodistas y escritores que nos comparten su existencia, su poder, su magia...Por éso este es el sendero que transitaré en este blog


30 de septiembre de 2012

Decía el Emperador Adriano en su carta a Marco Antonio (refiriéndose a Trajano) que "mucho nos cuesta percibir y reconocer la verdadera grandeza entre quienes coinciden con nosotros en la época y el camino". Esos héroes relativamente comunes que ha retratado Carlos Oteyza me hicieron pensar en los héroes de todos los días, en los de nuestro tiempo, en los que han sacrificado lo más valioso que tienen, a fin de cuentas sus días y su tiempo, para mantener viva esa llama que nos alumbre mientras damos nuestra particular resistencia, nuestro esfuerzo por evitar deslizarnos hacia nuevos tiempos de oscuridad.


Sobre "Tiempos de dictadura"

Los héroes comunes retratados por Carlos Oteyza me hicieron pensar en los de todos los días

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MIGUEL ÁNGEL SANTOS |  EL UNIVERSAL
domingo 9 de septiembre de 2012  12:00 AM
Alguna vez escuché a Antonio Cova, en los días aciagos que siguieron al referéndum revocatorio de agosto 2004, resaltar las virtudes del venezolano para la resistencia y la lucha, tomando como ejemplo a los héroes de nuestra independencia. Que si somos herederos de quienes recorrieron grandes distancias a caballo con muy pocas certezas, que si lo hicieron ya no por la libertad propia sino por la de nuestros hermanos, que si por esa noble causa pasaron hambre y frío, atravesando la cordillera pobremente equipados. Recuerdo que fue en un foro en un hotel de Puerto La Cruz y también que esa tarde llovía a cántaros. Estos últimos detalles, relativamente irrelevantes, han quedado anclados en mi memoria por otra sensación, esa sí, mucho más duradera. Aquella referencia me ha resultado siempre ajena. Desde un punto de vista puramente conceptual es evidente que la gesta merece atención y a algunos les podría resultar hasta inspiradora. Pero, en mi caso, no viene asociada a ningún sentimiento de pertenencia o proximidad, al menos no más allá de los que evocarían San Martín o el mismísimo Mahatma Gandhi. 

Esa es una sensación que contrasta con el espíritu de resistencia y la inspiración que destila la película documental "Tiempos de dictadura" de Carlos Oteyza. Tengo que reconocer que al menos una fracción de esta divergencia se debe a un hecho cosmético-situacional: Los héroes de "Tiempos de dictadura"no huelen a pulpa de papel, no andaban a caballo ni exhibían patillas, ni portaban uniformes afrancesados. Más aún, algunos de ellos están detrás de mí en la cola de la entrada del cine, o más allá, en la de las cotufas, e inclusive en las butacas de unas filas más adelante ya dentro de la sala. Ahí está Isabel Carmona, luchadora política presa durante la dictadura de Pérez Jiménez, que dio a luz en la cárcel a su tercer hijo, y permaneció allí mientras los dos mayores eran cuidados por familiares. Está Américo Martín, con su sonrisa despistada, y Simón Alberto Consalvi, con una barbita de cuatro días. Aunque no los haya visto por aquí esta noche, hay también testimonios de otras figuras que nos resultan más próximas como Pompeyo Márquez o Teodoro Petkoff. Aún entre los que nos dejaron en aquella época, la memoria de Leonardo Ruiz Pineda, que se mantuvo en la clandestinidad al frente de la Dirección Nacional de AD nada menos que 42 semanas, me resulta mucho más próxima (acaso por cortesía de una amplia avenida que lleva su nombre no lejos de mi hogar en Valencia) que la de cualquier prócer. 

Eventos cruciales 

Con base en los testimonios y una amplia selección de videos e imágenes de la época (se me ha quedado grabada la imagen de Carlos Delgado Chalbaud dentro del ataúd), acompasados por la voz de Laureano Márquez, la música más apropiada según el espíritu de cada escena y un conjunto de imágenes caricaturescas para identificar los eventos cruciales sobre los cuales no existe memoria visual, Carlos Oteyza le ha entrado de frente a una época que hasta ahora ha sido dominada por la leyenda dorada, para unos, y la leyenda negra, para otros. Aunque a ratos funge como un iluminista, alumbrando de lado y lado, la conclusión es clara y contundente: No tenemos por qué escoger entre la paz social y la libertad. 

Espejo de la época 

Así, los testimonios se van entretejiendo y confirmando, en algunos casos; contrastando, en otros. Se forma así un espejo de la época que viene a depender de lo que en definitiva depende siempre la historia: de la confluencia de testimonios. Ese espejo no siempre arroja una imagen nítida, no siempre es uniforme, ni tampoco se presta a la conclusión fácil. Dentro del conjunto de testimonios que desfilan por la cinta hay dos lugares extremos que en mi opinión proveen el contexto a todos los demás: El del editor José Agustín Catalá (fallecido en diciembre pasado a sus 97 años) y el de la bailarina Yolanda Moreno. Ambos ilustran dos posiciones distintas, dos lugares en los que la llegada de la dictadura sorprende por azar a los protagonistas. El período de Pérez Jiménez en términos amplios (1948-1958) ocupa entre los 33 y los 43 años del editor del "Libro negro de la dictadura". Por esa osadía Catalá será sometido a las más crueles torturas, que narra con una serenidad e indiferencia que hielan la sangre. A la pregunta final responderá con la misma parsimonia: "Fueron tiempos de infamia". Y luego está Yolanda Moreno. A la incipiente bailarina la dictadura la sorprende en el colegio, su primer testimonio narra de forma divertida cómo recibieron la noticia de volver temprano a casa tras el golpe a Gallegos. Sus recuerdos están impregnados por los juegos y salidas callejeras (un espejo de la seguridad personal que forma parte de la leyenda dorada de la época), de los grandes desfiles de Carnaval ("en aquellos años el país entero se había convertido en un enorme desfile"), de las grandes fiestas navideñas que en 1952 distrajeron la atención del pueblo del fraude electoral perpetrado contra Jóvito Villalba. A la pregunta final responderá: "Fueron tiempos de arte". Este contraste es esencial tanto para el ritmo como para la honestidad de la película, y encierra una decisión esencial que todos, una que ya unos en mayor grado que otros, de forma explícita o dejándose llevar de a poco, hemos ido tomando con el paso de los años: ¿Hasta qué punto debemos sacrificar nuestros principios, nuestras opiniones, nuestro deseo de ser libres, a cambio de la tranquilidad, de la comodidad, de la protección de nuestro patrimonio? "En aquella época el que no desfilaba, aplaudía". La dictadura de Pérez Jiménez es particularmente ilustrativa de este dilema, toda vez que la feroz represión fue acompañada de una fenomenal expansión económica como producto del ingreso petrolero (como destaca la pe- lícula, Venezuela se convirtió en aquellos años en el mayor exportador de petróleo del mundo, mientras su economía se ubicaba entre las de mayor crecimiento en el planeta). Esa prosperidad económica la encarnan en la pe- lícula los emigrantes que, como mi padre, llegaron a Venezuela en la primera parte de los años cincuenta. "Fueron años de trabajo, de riqueza". 

Memoria visual 

Este contraste tácito es un buen ejemplo de cómo Carlos Oteyza ha conseguido destilar de los testimonios y la memoria visual de aquella época, lecciones que siguen estando muy vigentes. Allí está el fracaso de las iniciativas independientes de partidos políticos diezmados y muy mal coordinados. La imagen todopoderosa que presentaba Pérez Jiménez y la desesperanza de los dirigentes políticos venezolanos tanto aquí como en el exilio hacia finales de 1957, a días de caer el régimen (Rómulo Betancourt llegaría entonces a decir que Venezuela se aproximaba hacia una nueva era gomecista, pero su testimonio no forma parte de la película). La presión sobre los empleados públicos. "En aquellos años se demostró que militarizar a los civiles era mucho más fácil que civilizar a los militares". 

Y llego así a mi reflexión final. Decía el Emperador Adriano en su carta a Marco Antonio (refiriéndose a Trajano) que "mucho nos cuesta percibir y reconocer la verdadera grandeza entre quienes coinciden con nosotros en la época y el camino". Esos héroes relativamente comunes que ha retratado Carlos Oteyza me hicieron pensar en los héroes de todos los días, en los de nuestro tiempo, en los que han sacrificado lo más valioso que tienen, a fin de cuentas sus días y su tiempo, para mantener viva esa llama que nos alumbre mientras damos nuestra particular resistencia, nuestro esfuerzo por evitar deslizarnos hacia nuevos tiempos de oscuridad. 

@miguelsantos12

22 de septiembre de 2012

Para presentar un trabajo sobre esa época, cuando sus protagonistas o ocultan la información para que nadie asocie su vida con el perezjimenismo o hay que informarse bien, reflexionar y presentar toda la verdad e forma equilibrada e imparcial creo yo es lo correcto y lo mejor para restituir la historia de un país como Venezuela, en estos momentos cruciales de su devenir histórico.


ENTREVISTA CARLOS OTEYZA, CINEASTA

Tiempos de dictadura

"Creo que se han hecho pocos largometrajes en el país sobre la realidad histórica reciente" "No sé qué pasará el 7 de octubre, pero el país cambió. Retomar el sentido de la política ya es una triunfo"

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El director venezolano estrenará la próxima semana un nuevo documental: "Tiempos de dictadura" NICOLA ROCCO
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DANIEL FERMÍN , CARLOS OTEYZA , CINEASTA|  EL UNIVERSAL
domingo 2 de septiembre de 2012  12:00 AM
A Carlos Oteyza (Caracas, 1951) le interesa el período de Marcos Pérez Jiménez (1948-1958). La pasión del cineasta caraqueño por aquella época terminó en Tiempos de dictadura, una radiografía documental de la era predemocrática que se estrenará el próximo viernes en las salas nacionales. Diez años clave de la historia venezolana resumidos en 90 minutos. 

-¿Por qué hacer una película del período de Pérez Jiménez en estos momentos? ¿Cree que vivimos tiempos cercanos a la dictadura? 

-Yo trabajo documentales históricos desde hace 15 años. Al principio estaba interesado en hacer una biografía de Pérez Jiménez, pero luego de investigar cambié de decisión: me pareció más interesante su período que su personalidad. Fueron 10 años de hechos importantes, se transformó la ciudad, se vivió una dictadura clásica. El proyecto inició hace tres años. Creo que era importante hacerla porque así se descubre cómo llegó la democracia. 

-La película se estrena justo un mes antes de las elecciones presidenciales. ¿No podría interpretarse como una declaración de principios previo al sufragio? 

-Creo que la película va a interpretarse de varias maneras. Hubo gente que me dijo que antes de la elecciones no va a ir nadie al cine; otra, que resulta maravilloso por el momento. Uno nunca sabe el tiempo justo para estrenar la cinta. Hace tres años no sabíamos cuándo la tendríamos lista, tampoco cuándo habría elecciones. 

-Cualquiera podría pensar que también hay algo de oportunismo por la fecha. 

-Venezuela tiene elecciones casi todos los años. Si la hubiésemos sacado el 23 de enero, como quería, habrían dicho que estaba ligado a las primarias. En cualquier momento iban a decir algo. Uno no hace películas pensando en qué momento va a haber elecciones, sino porque le interesa el tema. Yo me arriesgué porque creo que hay una necesidad de conocimiento por saber qué pasaba. 

-La película no tiene ningún testimonio de chavistas. ¿Por qué no incluir alguna de sus voces para evitar el sesgo ideológico actual? 

-La película toma testimonios de los venezolanos que vivieron la época. Lo importante era el momento dado, no el de hoy. Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez eran comunistas; Isabel Carmona era de Acción Democrática, al igual que Simón Alberto Consalvi. Lo importante es que ellos me hablan en nombre de los venezolanos que estuvieron ahí. Los entrevistados no son especialistas, sino testigos. Hay una bailarina, un cantante. Yo no estoy seguro por quién van a votar ellos en estas elecciones. No lo hicimos en función de su posición actual. El objetivo es rescatar la memoria de quienes se sacrificaron por el país. Si están con Chávez o no, no es importante. La película debe perdurar más allá del chavismo. 

-La película tiene elementos que la hacen irónica o divertida. ¿El documental cinematográfico también debe entretener al espectador? 

-Hice lo posible para que la película fuera bien entretenida. Uno, como cineasta, tiene que agregar elementos para llegarle más al público: el ritmo, la utilización de animaciones, la música, el montaje. Detalles que conecten con una generación que no está acostumbrada a ver documentales en cine. 

-Algunos fragmentos de Tiempos de dictadura lucen como un reflejo de la época actual. ¿Será que la historia se repite o que el ser humano siempre es el mismo? 

-Los procesos históricos tienen diferencias y semejanzas. Sería imposible repetir la historia porque las condiciones sociales son muy distintas, pero el dilema democracia-dictadura está permanente en la historia del país. Eso está vivo. Quizás la película nos va a permiten que los venezolanos se pregunten si es bueno callarse cuando ve que las libertades empiezan a ser restringidas. 

-¿Regresar al pasado no podría ser también una forma de evadir el presente? 

-Todo lo contrario. Lo que tiene el venezolano es que evade su historia. El presente se evade al desconocer el pasado. Mientras más informado estemos, tendremos mayores posibilidades de debatir al poder. Cualquier película de carácter histórico hace más ciudadano a las personas, porque siempre va a ser un contrapoder. Lo contrario sería propaganda. 

-Hoy parece que la historia está de moda. ¿Los regímenes totalitarios despiertan la participación o el interés político del pueblo? 

-Generan incertidumbre. Eso produce la necesidad de saber más, de dudar de los hechos. Las películas o libros históricos ayudan porque el venezolano está sometido a una incertidumbre en estos momentos. Recuerda que el poder siempre quiere leer la historia en función del presente, la instrumentaliza para su propio fin. 

-El personalismo y el militarismo son factores fundamentales en la historia de Venezuela. ¿Qué lugar debe ocupar, entonces, la civilidad en estos tiempos? 

-Debe ser una razón de ser. Mientras haya venezolanos que estemos dispuesto a defender la democracia, la tolerancia, la amplitud, habrá un futuro. 

-En la época de Pérez Jiménez solo se podía filmar lo que el gobierno permitía. ¿Cómo siente que han actuado los medios de comunicación hoy ante el Estado? 

-El Gobierno se apoderó de los medios audiovisuales. Lo que sucede ahora es un retroceso. Nunca el Canal 8 se había comportado como se comporta hoy. En lo años 70 u 80, tendía a ser favorable al Estado, pero no como ahora, no como una máquina de propaganda. Los documentales que pasan entran en la línea de apoyo al Gobierno y de ataque al opositor. Eso no sucedía antes jamás. La época de Pérez Jiménez no nombraba a la oposición. 

-El venezolano suele decir que al país le hace falta más carácter. ¿Ha cubierto Chávez las expectativas de "mano dura" que muchos añoraban de Pérez Jiménez? 

-Puedo creer que en el año 98 buena parte de los venezolanos que votaron por Chávez votaron con la expectativa de que una mano dura es una manera de facilitarnos nuestra vida. No tiene sentido, luego de 14 años, considerar que el hombre fuerte aún es necesario en el país. Lo que es necesario en Venezuela es la tolerancia, la diversidad. No es el hombre, sino la participación ciudadana lo que va a contrarrestar al poder. El poder siempre existirá. Sólo hace falta ciudadanía. Y la película, quizás sea ingenuo, busca alimentar la ciudadanía. 

dfermin@eluniversal.com

Tiempos de Pérez Jiménez

AURELIO ARREAZA |  EL UNIVERSAL
sábado 22 de septiembre de 2012  12:00 AM
Mi padre fue ministro de Hacienda durante los primeros años de la dictadura y presidente del Banco Central hasta el gobierno de la Junta presidida por Wolfgang Larrazábal. Firme ocupó el cargo hasta su término legal y gracias a su honestidad no pudieron oponerse. Había decidido no ver el documental Tiempos de Dictadura; por el título intuí que no sería objetivo e imparcial. Pero me convencieron.

Yo sé de la vocación de servicio y del sincero interés por el bienestar del país que prevalecía en la mayoría de los que ocuparon altos cargos durante esos años, profesionales capaces todos. Muy lamentable que se violaron los derechos humanos de algunos dirigentes políticos (mi padre protegió y ayudó a varios) que con razón luchaban por una democracia, pero quienes también fueron responsables de la dictadura, ya que contribuyeron al derrocamiento del excelente gobierno del general Isaías Medina.

El presidente Medina estableció una política de amplitud, modernización, progreso y tolerancia, ganándose el apoyo de la gran mayoría. Abrió caminos y sentó las bases para establecer un buen sistema democrático. Sin embargo, fue depuesto por el golpe civil-militar del 18 de octubre de 1945, que eventualmente causó la dictadura.

Los militares y miembros de otros partidos consideraron sectarias, negativas y populistas muchas de las acciones de los nuevos dirigentes (acciones populistas que continuaron los años de la democracia, y que luego exacerbadas, tanto han contribuido a nuestro grave deterioro social). Por lo cual el 24 de noviembre de 1948 dieron otro golpe de Estado con la firme intención de trabajar por el bienestar del país.

El gran error del régimen fue la gran violación de los derechos humanos, cuyos excesos muchos ignorábamos. Otro, la excesiva centralización política que no permitió suficientes libertades ni el surgimiento de nuevos líderes. Pero económicamente fue descentralizado y sin duda muy ocupado en el exitoso desarrollo integral del país. La gran mayoría trabajaba, progresaba y vivía bien. ¿Que hubo corrupción? Sí, y es condenable. Pero nada comparada con la que siguió y mucho menos con la de ahora.

El documental presentó al régimen como formado por individuos solo interesados en su bienestar y como si todo lo bueno lo hacían de pantalla.  No presentó el espíritu de trabajo de sus dirigentes, cuyas cuantiosas obras de infraestructura y servicios, creación y promoción de grandes y pequeñas empresas y apertura a miles de inmigrantes calificados, hicieron de Venezuela un país de gran desarrollo y prosperidad. (Obras que bien sustentaron a los gobiernos siguientes y que han aguantado, sin mantenimiento, cada vez mas deterioradas, la inconsciencia de los últimos años). No presentó el ambiente favorable de orden y seguridad, las múltiples oportunidades de progreso y trabajo, las miles de familias que evolucionaron y llegaron a formar una gran y sólida clase media.

Se repitió durante todo el documental el tema de la persecución política. ¿Y cómo es que individuos tan asociados al Partido Comunista (cuyos regímenes han sido de los más despiadados e indiferentes al sufrimiento humano) critican esos hechos? Igual que critican los que contribuyeron al derrocamiento del presidente Medina. ¿Por qué no hay testimonios claros de varios de los miles de ciudadanos que vivían bien y tanto progresaron? Muchos de los cuales creen que ese fue el mejor gobierno del siglo XX.

Aunque disgustado por lo sesgado del documental y su poco valor histórico, pensemos que se realizó así para alertarnos más sobre la gravísima situación actual. Pero informarse bien, reflexionar y presentar toda la verdad es lo correcto y lo mejor.

www.bienestarmax.com

@bienestarmax

12 de septiembre de 2012

La historia de vida narrada en este blog es valiosa no sólo por la historia de vida que presenta sino porque sirve para conocer el marco histórico en que se desenvolvió Frida Añez en la Valencia de los años 1950, justamente cuando Marcos Pétez Jiménez fue Dictador, tiempo que marcó la modernidad en el país, y que debe ser historiado con la misma neutralidad y veracidad que hizo Carlos Oteyza con su documental sobre el estallido del pozo Zumaque 1, la Petrolia y la historia de la extracción del petróleo en Venezuela. El documental que presenta ahora Oteyza sobre esta controversial época espero sea leído imparcialmente pues se basa en material documental, como me ha tocado al ser la encargada de hacer este blog, pues nos basamos sobre documentos no sobre mentiras fabricadas para crear un personaje ficticio...y vender mentiras y utopías que tanto daño le han hecho a Venezuela a partir de la segunda mitad del S. XX


"Tiempos de dictadura" montó una hegemonía en la taquilla

El documental de Oteyza vendió casi 14 mil boletos en cuatro días

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La película retrata la época de Marcos Pérez Jiménez CORTESÍA
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DANIEL FERMÍN |  EL UNIVERSAL
miércoles 12 de septiembre de 2012  12:00 AM
Hay una máxima en el sector cinematográfico que indica que la gente no ve documentales. Tiempos de dictadura, el nuevo largometraje de Carlos Oteyza, contradijo aquel principio: la película que retrata el período presidencial de Marcos Pérez Jiménez ha llevado a casi 14 mil espectadores a las salas desde que se estrenó el viernes.

El filme del caraqueño vendió, hasta el conteo del lunes, 13.599 boletos en cuatro días (agotó más de 25 funciones). Tan bien le fue que ya tiene el mejor promedio de la taquilla. Er Conde Bond, por ejemplo, debutó con 20.027 espectadores, pero tiene más de 40 copias contra 12 del documental, que va camino a convertirse en el más taquillero en la historia del cine nacional (ver recuadro).

Al propio Oteyza, que tenía una proyección inicial de 60 mil personas, le sorprendió tanta aceptación del público. "Uno que tiene tantos años en esto, que pone el mismo empeño en cada trabajo que hace, desconoce cómo reaccionará la gente, ni cuáles son las variables de su comportamiento. Hay una gran sorpresa, me alegra el éxito", indicó el cineasta, que viene de realizar El reventón (2009).

El motivo no lo tiene claro. El momento político que vive el país, o la cercanía de las elecciones, quizás sean su mayor campaña promocional. "El pueblo está sensible a lo político, necesita alimentarse con historia. He visto que la gente mayor va con sus nietos, que los jóvenes llevan a sus padres. Cada uno tiene sus razones. Que vayan en familia a ver un documental es nuevo para mí".

La novedad no es sólo para el cineasta venezolano; también para los mismos exhibidores. Ver al público aplaudir al final de una función, gritar consignas a favor de la democracia, es algo poco común en el país. "Yo creo que el éxito se debe a tres cosas: que el documental está muy bien hecho, que tiene un plan de marketing bueno y que estamos en temporada baja de estrenos de grandesblockbusters estadounidenses", explicó Samir Al Attrach, director de comercialización de Cines Unidos, que recibió una llamada de amenaza para que la empresa no exhiba el filme.

El Circuito Gran Cine también sufrió intimidaciones. "Nos llamaron para decirnos que nos atuviéramos a las consecuencias si apoyábamos la distribución de la película. Se identificaron como un frente Perezjimenista. Nos hackearon el sitio web el sábado, el lunes fue el del Trasnocho Cultural. Estudiamos con abogados a ver si vale la pena denunciarlos", indicó Bernardo Rotundo, presidente de la distribuidora.

Todo el revuelo que ha causado el filme quizás beneficie al género, que suele ser menospreciado en Venezuela "Ojalá la gente se interese algo más por el documental, que es lo mejor que tenemos en estos momentos en el cine venezolano. Hay documentalistas importantes que nunca llegan a las salas de cine. Espero que el público le pierda el miedo a verlos", dijo el crítico Pablo Gamba, que cree que el éxito de Tiempos de dictadura se debe a que los espectadores hacen una analogía entre aquella época y la actual. Marcos Pérez Jiménez, 60 años después, genera interés. 

dfermin@eluniversal.com