La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

22 de enero de 2015

Conductores de Venezuela (1999) es una de las obras más importantes de Pedro León Zapata en Caracas. Fue ejecutado según diseño de Zapata en la Corporación "Cerámicas Carabobo" en Valencia durante la gestión de Gerente Administrativa de Frida Añez.

Desde hace 50 años la realidad se cuenta a “Zapatazos”

El primer "Zapatazo" se publicó el 21 de enero de 1965
El primer "Zapatazo" se publicó el 21 de enero de 1965
Maestro para los humoristas y caricaturistas de Venezuela, sus creaciones e inventiva en El Nacional cumplen 50 años. Es, para muchos, uno de los artistas más completos del país
El 21 de enero de 1965 se publicó el primer “Zapatazos” en El Nacional. Su autor es uno de los artistas más importantes de Venezuela: Pedro León Zapata, quien además de ser escritor, pintor y humorista ha dedicado gran parte de su vida al oficio por el que será más recordado: caricaturista.
Con un humor agudo, Zapata dibuja la realidad en las páginas de este diario.
Sus creaciones invitan a la reflexión. Sobre él reposa el logro de haber convertido al humor gráfico en género periodístico y vehículo de denuncias.
“Zapata es el maestro del humor en el país. Es un faro para quienes están perdidos. El día que no salga un ‘Zapatazos’ es porque algo pasa en Venezuela. Él es la voz de lo que todos pensamos”, dice el humorista Claudio Nazoa.
Laureano Márquez asegura que los “Zapatazos” son la radiografía más bien lograda de la contemporaneidad del país. “Zapata tiene la capacidad de decir en una sola frase lo que a un sociólogo le tomaría una tesis”, afirma.
Con él coincide Gabriel Bozzone, caricaturista de El Carabobeño, quien considera que a través de los “Zapatazos” el artista interpretó el humor del país y lo expuso con calidad.
“La caricatura en Venezuela está muy influenciada por su lenguaje, la forma en que se colocan los símbolos, cómo se alude a los políticos. En una sola imagen se esconde una figura conocida por todos a través de una alegoría”, agrega el dibujante.
Mara Comerlati, esposa de Zapata, resume las cinco décadas como un recorrido risueño y certero de lo que ha pasado en el país. “Siempre desde su punto de vista, porque la verdad no es una sola. La de él es auténtica y sincera, sin intereses espurios. Cuando ha apoyado una causa es porque ha estado convencido. Lo ha hecho de forma equidistante, sin fanatismo”, expresa.
El legado. Zapata ha influenciado a generaciones enteras de caricaturistas.
En el trabajo de artistas como Edo, Weil y Pinilla se evidencia el espíritu de los “Zapatazos”.
Bozzone se considera parte de este grupo: “Me levantaba todas las mañanas y tomaba café mientras veía el ‘Zapatazos’. Gracias a él, en Venezuela se le dio una mayor importancia al caricaturista como líder de opinión”, dice.
“Los humoristas gráficos están en deuda con él, con su  enseñanza de un humor comprometido, que no evade la realidad, que no fomenta el odio, que induce a la reflexión profunda. Los ‘Zapatazos’ son la visión más seria que alguien nos ha ofrecido de la sociedad venezolana”, indica Márquez.
Roberto Weil confiesa que el caricaturista lo influenció desde el quehacer pictórico. “Me metía en el laberinto de su técnica para recorrer los trazos y sentir la energía con que había sido creada la obra”, dice y agrega que el legado de Zapata es él mismo.
“Cuando uno observa sus caricaturas, entra en un mundo muy particular, un mundo único que es suyo, donde se encuentran ideas armadas de una manera que a uno nunca se le habían ocurrido”, completa el dibujante.
La más controversial. El viernes 20 de octubre de 2000 el trabajo de Pedro León Zapata tuvo un punto de inflexión cuando el entonces presidente Hugo Chávez se refirió en cadena nacional a uno de sus “Zapatazos”.
Al fallecido mandatario le molestó una pieza que ilustraba el temor de Zapata por la militarización del país, en la que un sable acompañaba a la frase “A mí la sociedad civil me gusta firme y a discreción”.
Comerlati considera difícil elegir alguna caricatura representativa, pero no duda en decir que la aludida por Chávez fue un hito. “Eso no había pasado antes. Él estaba en una boda en Colombia. Cuando llegó, le mostré el video. Sintió mucho estupor, le pareció insólito”.
Con ella coinciden Nazoa y Márquez, quien afirma que esa caricatura puede resumir todo el proceso del chavismo: “La construcción de una sociedad en la que solo quepa la obediencia militar, donde toda disidencia sea considerada un exabrupto. Zapata tiene ese tino, ese brillo para expresar estas cosas, que es inigualable”.
Días después de lo ocurrido, Zapata se refirió al tema en una entrevista publicada en El Nacional. Dijo que le parecía válido que el presidente ejerciera su derecho a réplica, pero lo contrarió en otro aspecto. “No le acompañó la razón cuando dijo que yo, Pedro León Zapata, pienso porque se me paga. Eso no me pareció correcto. Sentí que esa era la expresión de lo que quiero imaginarme que en los cuarteles piensan de la gente que piensa: que la gente piensa porque le pagan”, afirmó.
Muchos de las pinturas originales de los primeros años de “Zapatazos” se perdieron. Otras fueron donadas a la Galería de Arte Nacional y la Casa de las Américas. “En casa permanecen muchas. Se podría hacer un extraordinario museo con las obras de Pedro León y de otros caricaturistas. Él hizo que se respetara el género. Eso es un legado que las nuevas generaciones han prolongado”, señala Comerlati.

Un mural que espera su recuperación
Conductores de Venezuela (1999) es una de las obras más importantes de Pedro León Zapata en Caracas. Fue ejecutado según diseño de Zapata en la Corporación "Cerámicas Carabobo" en Valencia durante la gestión de Gerente Administrativa de Frida Añez.
Son más de 150 metros de extensión en la autopista Francisco Fajardo en los que se ven figuras como Armando Reverón, Teresa de la Parra, José María Vargas y Simón Rodríguez.
Su majestuosidad se enfrenta al paso del tiempo y el descuido. “Es monumental. Lo que me duele muchísimo es su conservación. Tiene un par de boquetes muy grandes, a pesar de que la Universidad Central de Venezuela con sus escasos recursos hizo algunos arreglos hace varios años. Hay que desmontarlo completo, sanear el muro y volverlo a pegar”, dice Mara Comerlati.
La esposa del artista plástico recuerda que hay otros murales en similares condiciones. “En Lechería hay otro que está en mal estado. Hace poco denunciaron que cometieron vandalismo, incluso. No sé si aún exista el de la Casa Cultural Agua Fuerte, que está ubicada en la carretera que lleva al pueblo de Choroní, en el estado Aragua. También hay dos grandes en la Universidad de los Andes, en el núcleo de La  Hechicera, donde está la Facultad de Arquitectura y Diseño”, detalla.

17 de enero de 2015

El reconocimiento que había alcanzado Pedro León Zapata como caricaturista después de su retorno a Venezuela, a finales de 1958, fue determinante para que la dirección del diario El Nacional resolviera incorporarlo a sus filas, en 1965

Pedro León Zapata y sus 50 años en EL NACIONAL

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El reconocimiento que había alcanzado Zapata como caricaturista después de su retorno a Venezuela, a finales de 1958, fue determinante para que la dirección del diario El Nacionalresolviera incorporarlo a sus filas, en 1965. El 21 de enero de ese año, aparece publicada la primera caricatura de Pedro León en el prestigioso periódico. El popular boxeador Carlos “Morocho” Hernández, quien a puño limpio obtuvo la corona de campeón mundial, en la categoría de peso pluma, frente al norteamericano Eddie Perkins, fue el motivo principal del dibujo realizado. El nuevo monarca aparecía trajeado con su indumentaria de boxeador y su corona, parado en la parte superior de un envase de leche, clara alusión a la buena suerte (o buena leche) del peleador venezolano. A la sección que le fue asignada a Pedro León para publicar sus caricaturas se le dio el nombre de Zapatazos, el cual fue sugerido por el periodista Omar Pérez, quien para ese momento estaba encargado de la página como suplente de Julio Barroeta Lara. Al principio, Zapata no estuvo de acuerdo con la denominación porque se podía entender como una forma de autopromoción. Pero Barroeta se encargó de disuadir a Pedro León respecto a su preocupación, convencido de la gracia implícita en su doble connotación.
En el ingreso de Zapata a El Nacional, el historiador y ex presidente de la república Ramón J. Velásquez tuvo un papel principal. Este había sido nombrado director del diario en 1964, después de desempeñarse como secretario de la Presidencia de la República, en la gestión de Betancourt. “Pensé –rememora Velásquez– que era necesario recuperar el género de la crónica para el periodismo nacional e invité a varios intelectuales a colaborar en una página concebida para ese fin en el primer cuerpo del periódico; entre ellos estaban Ludovico Silva, Jesús Sanoja Hernández, Luis Herrera Campins, Jesús Rosas Marcano y Aníbal Nazoa. Fue este último quien me habló de Zapata, así que lo llamé y le ofrecí un espacio para publicar diariamente sus cartones, que desde el primer día fueron un éxito”.
De verdad, los Zapatazos proyectaron a Pedro León como el mejor caricaturista de Venezuela y uno de los mejores de Hispanoamérica. Dos fueron los factores determinantes para ese logro. En primer lugar, su amplia cultura humanística y esa capacidad suya para hilvanar ideas complejas en los términos más sencillos. Y en segundo término, su condición de excelente artista plástico con sobrada habilidad para realizar un trabajo dentro de los parámetros artísticos de su tiempo, colmado además de originalidad. Como abeja entre las flores, su actividad plástica vuela del dibujo a la pintura y viceversa. Pues bien, esa mezcla de factores habilita a Pedro León para realizar dibujos caricaturescos que plásticamente sobresalen frente a los que hacen la mayoría de sus colegas; pero, además, los textos que incorpora a los mismos nos hacen reír y reflexionar a la par por los mensajes que están allí contenidos.
Una opinión por demás autorizada en este campo es la de Sofía Ímber, quien al respecto escribió: “No hay que hacerse ilusiones: hablar o escribir sobre Pedro León Zapata no es fácil. No lo es porque la primera tendencia, la primera idea que asalta el papel blanco es la del elogio. Elogiarlo sin medida puede ser un recurso, pero elogiarlo no basta (…) Su humor no es simple, no bastan la risa o el disfrute. Después de la risa, viene inevitablemente la meditación sobre lo que expresó o se propuso decir Zapata. Quiero decir que en él, en su humorismo, ya sea la palabra, ya sea la caricatura o el dibujo, la lectura comporta el descubrimiento de signos diversos y de mensajes que pueden estar ocultos. Humorismo para reír… No, la cosa no es tan sencilla. Si se permite, mejor sería decir que el humorismo de Zapata es una invitación a pensar (…) pertenece a la estirpe de los grandes dibujantes. Conoce a todos los que en el mundo (del arte) han sido. Conoce las virtudes del dibujo y los secretos de la línea. Le basta un trazo, una sombra. Sean caricaturas o dibujos de otra naturaleza, su arte se desborda, imaginación y dominio técnico se dan la mano (…) Hay innumerables aspectos en la vida de Zapata como individuo que son también admirables: su cultura humanística, el poder de su conversación, su capacidad para crear, su inextinguible sentido de la amistad”.
Otra opinión que no podemos dejar de lado, por tratarse hoy de un personaje de fama y reconocimiento mundial, es la del maestro José Antonio Abreu: “Zapata es uno de esos raros artistas que pueden dialogar en profundidad en las grandes audiencias. Su trabajo como caricaturista editorial en el diario El Nacional de Caracas es ya una leyenda. No se concibe abrir el periódico sin que nos asalte esa imagen concisa y contundente, que nos narra en escuetos términos lo más palpitante de la actualidad, con un inconfundible toque de penetrante humor crítico. Para millones de espectadores Zapata es el cronista del ingenio, la gracia y la oportunidad, que diariamente brinda sentido al vasto acontecimiento representado por una sociedad, con sus alternativas y destinos”.
Hay una anécdota de sus comienzos en El Nacional que merece ser contada. Quien la rememora es Ramón J. Velásquez: “La representación de los ricos que Zapata acuñó presentándolos a través de un individuo ventrudo, vestido con chaleco y adornado con un brillante en la mano, despertó el resquemor de cierto directivo de El Nacional, quien se dirigió a mí para sugerirme la conveniencia de interrumpir cuando antes la publicación de sus caricaturas. En esos días me encontré en una recepción con el embajador Berbaum, representante diplomático de Estados Unidos en Caracas, quien me llamó aparte para conversar. Resultó que el hombre era un entusiasta coleccionista de caricaturas políticas y estaba interesado en adquirir algunos originales de Zapata, a quien consideraba un genio indiscutible. Le sugerí entonces que se dirigiera al citado directivo y le solicitara algunos cartones. A los días se presentó el embajador norteamericano en el periódico y obtuvo las piezas que quería, después de ponderar la singular calidad de nuestro caricaturista. Hasta ahí le llegó a Zapata la tacha de comunista. No hay duda de que es el mejor editorialista venezolano de la democracia”.
Quienes valoramos la libertad de expresión, más aún después de lo ocurrido a al semanario francés Charlie Hebdo, estamos de fiesta y deseamos que Zapata nos siga alegrando el día, por muchos años más, con el arte de sus contundentes Zapatazos.

La colección se compone de un total de veinte obras, fechadas entre 1955 y 2004, un año antes del fallecimiento del artista, que se expondrán al público en el centro de arte parisino desde mañana y hasta el próximo 20 de mayo 2013.

Obra de Jesús Soto llega al Pompidou de París

La colección se compone de un total de veinte obras, fechadas entre 1955 y 2004, un año antes del fallecimiento del artista

El movimiento, la geometría y el color, claves en la obra cinética del artista venezolano Jesús Rafael Soto, protagonizarán una exposición en el centro Pompidou de París hasta mayo que este martes fue presentada en la capital francesa.

La colección se compone de un total de veinte obras, fechadas entre 1955 y 2004, un año antes del fallecimiento del artista, que se expondrán al público en el centro de arte parisino desde mañana y hasta el próximo 20 de mayo.

En ellas, el movimiento, el volumen, el color y las formas tridimensionales son las estrellas, en un "conjunto excepcional que permite reconstruir el trayecto de este autor" a caballo entre el arte abstracto y el arte moderno y una de las figuras clave de arte cinético europeo en la segunda mitad del siglo pasado, basado en la estética del movimiento, según los organizadores.

Jean-Paul Ameline, comisario de la exposición, declaró a Efe que los artistas cinéticos "quisieron que las obras de arte, las pinturas, los cuadros y las esculturas no fueran solamente objetos estáticos sino que se convirtieran en objetos frente a los cuales apareciera el movimiento".

Algunos de esos artistas optaron por hacerse con un motor eléctrico o una máquina para conseguir el efecto, no así Soto, que "quiso que fuera el propio ojo el que hiciera moverse al cuadro", según Ameline.

Así, algunas de las obras expuestas muestran un "fondo estriado, a rayas blancas y negras, y delante cuadrados, hilos de hierro y formas diferentes que dan la impresión de moverse cuando el espectador se desplaza delante del cuadro", continuó el comisario.

9 de enero de 2015

En 1955 Aldemaro Romero presentó Dinner In Caracas, el primer disco del compositor y arreglista valenciano que entonces tenía 27 años de edad. Fue lanzado por el sello estadounidense RCA Víctor, que realizó una serie llamada Dinner In…en varias ciudades latinoamericanas..El álbum es considerado un clásico por hacer versiones, con orquesta de salón, de canciones tradicionales venezolanas.

2015 es un año aniversario para discos clásicos

Varios álbumes de artistas venezolanos estarán de aniversario en 2015. Algunos más longevos que otros y, aunque tal vez no sean conocidos en su totalidad por el público en general, contienen temas que se han convertido en clásicos, bien sea entre los seguidores del género respectivo o del ideario nacional

Producciones de Aldemaro Romero, Hugo Blanco, Simón Díaz, Desorden Público y Los Mentas cumplen una década, o más, este año. No todos pueden conseguirse actualmente en formato físico, pero algunos medios como Youtube permiten escucharlos. Itunes es otra herramienta para el acceso a las grabaciones
Música venezolana en orquesta
  1. Aldemaro Romero - Dama Antañona - YouTube

    www.youtube.com/watch?v=E8_1tlniW6g
    6 de feb. de 2012 - Subido por Vinushka Vetinarius
    Tema del histórico "Dinner in Caracas", grabado por Aldemaro Romero y "su" orquesta de salón (en ...
  2. Aldemaro Romero nacido en Valencia (Edo.Carabobo) en 1928 fallece en 
  3. Caracas el 15 de septiembre de 2007.

En 1955 Aldemaro Romero presentó Dinner In Caracas, el primer disco del compositor y arreglista venezolano que entonces tenía 27 años de edad. Fue lanzado por el sello estadounidense RCA Víctor, que realizó una serie llamada Dinner In…en varias ciudades latinoamericanas como La Habana, Río de Janeiro, Buenos Aires y Ciudad de México. El álbum es considerado un clásico por hacer versiones, con orquesta de salón, de canciones tradicionales venezolanas como “Alma llanera”, “La reina”, “Dama antañona”, “Adiós a Ocumare” y “Barlovento”. Algunas piezas pueden escucharse en Youtube. El disco en versión digital puede adquirirse por 60 dólares en Itunes. Un año después, en 1956, Romero dirigió la orquesta en Dinner in Colombia, con temas como “Flores negras”, “Santa Marta”, “Caprichito” y “El trapiche”.
Lista de canciones (Tracklist) de Dinner In Caracas:

Side A
1. Alma Llanera
2. Luna De Maracaibo
3. Endrina
4. Conticinio
5. La Reina
6. Adiós A Ocumare

Side B
1. Sombra En Los Médanos
2. Serenata
3. Dama Antañona
4. Fúlgida Luna
5. Besos En Mis Sueños
6. Barlovento 

55 años de “Moliendo café”
El nuevo ritmo orquídea, de Hugo Blanco, es un disco que contiene piezas resaltantes como “Orquídea”, “Noche blanca”, “Madrigal”, “Mis sueños”, “La perdiz” y “Fantasía criolla”. Sin embargo, hay una que trascendió más allá de Venezuela: “Moliendo café”. En el álbum, de 1960, aparece la versión instrumental interpretada por el arpista. La pieza ha sido versionada decenas de veces por otros artistas como Mario Suárez, José Feliciano, Azúcar Moreno, Lucho Gatica, Dámaso Pérez Prado, Plácido Domingo, José Luis Rodríguez, Ricardo Montaner y la arpista japonesa Mika Agematsu. En el año de su publicación, en los créditos del álbum, el tema tiene como autor a José Manzo, a quien también se le atribuye la composición, como ocurre con otras canciones de El nuevo ritmo orquídea que puede escucharse completo en Youtube.
Un caballo sabanero se hizo famoso
Simón Díaz cantó en “Caballo viejo” sobre el amor sin edades, el paso del tiempo, la cercanía de la muerte, las oportunidades y la pasión desenfrenada. La pieza vio luz por primera vez en 1980 en el discoGolpe y pasaje: Caballo viejo, que posee otros temas del cantautor venezolano como “Mercedes”, “Despedida”, “Angustia” y “El preso”. En la grabación, el músico estuvo acompañado por el Conjunto Criollo de Candido Herrera, el guitarrista Gabriel Rodríguez y el maraquero Mario Díaz. En 35 años, “Caballo viejo” ha sido versionada no solo en su género original, sino también en jazz, cumbia, rock, salsa por artistas como Rafael, Gilberto Santarrosa, Juan Gabriel, la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, Sin Sospechas, Sandro, Gipsy Kings y Ray Conniff.