La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

22 de marzo de 2014

Alfredo Armas Alfonzo jamás perdió su capacidad de asombro. "Su obra fotográfica y literaria, insistimos, habla desde el mismo centro hegemónico, desde el ojo o la pluma de sus obsesiones y de su aporte de creador integral: La tierra y su habitante. Los templos y la naturaleza que cobijan toda soledad del hombre. El río y los cielos de la tempestad. La infancia a la que siempre se regresa (...) La memoria que salvará al país del desolvido, raíz que nos ata siempre a un lugar sagrado", concluye el texto en sala, a cargo de su hija Edda Armas. Una parte de la sala está dedicada a valorar su aporte al mundo editorial. Ejemplares de las revistas Elite y El Farol, esta última dirigida por Armas Alfonzo en la década del 50, se ubican en vitrinas, a la vista del espectador.

ALFREDO ARMAS ALFONZO. Nació el 6 de agosto de 1921 en Clarines, Anzoátegui,

Venezuela, - fallecido el 9 de noviembre de 1990 en Caracas, Venezuela)

El periplo de Armas Alfonzo contado en imágenes

La muestra "El pan nuestro" está en la Sala TAC del Trasnocho Cultural

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La muestra reúne 91 fotografías que retratan los viajes del creador venezolano por Venezuela y el mundo CORTESÍA
EL UNIVERSAL
sábado 22 de marzo de 2014  12:00 AM
En la casa de Alfredo Armas Alfonzo (1921-1990), en Clarines, los recuerdos se atesoraban en historias e imágenes. Los relatos se contaban al caer la tarde. Sentado en el chinchorro, escuchaba las anécdotas de la guerra que contaba su abuela. En cajas, su tío archivaba los negativos de sus memorias.

Bajo este panorama, no es extraño que aquel niño anzoatiguense se hiciera escritor y fotógrafo. En El pan nuestro, 91 fotografías -en blanco y negro y mediano formato - se acomodan en la Sala TAC del Trasnocho Cultural, a manera de crónica. Para contar el periplo del creador por Venezuela, Estados Unidos y Europa.

Armas Alfonzo jamás perdió su capacidad de asombro. Su lente sabía captar la belleza de las nimiedades. En esta ocasión, la tarea de escudriñar y seleccionar lo mejor de su archivo recayó en su hijo y curador de la exposición, Ricardo Armas. La exhibición hace un lugar para la nostalgia, al perpetuar los retazos de una época que parece no volver jamás.

Anzoátegui es la primera parada. Un cúmulo de imágenes retratan su casa, el rostro de los pescadores, la iglesia de San Antonio de Padua y las orillas del río Unare. Lugares en los que transcurría su infancia en Clarines.

Con su cámara, en Falcón, capturó en un disparo el Cerro de Santa Ana, el pueblo de Moruy con sus nubes bajas y un retrato de su amigo el arquitecto Graziano Gasparini.

También hay fotos hechas a Gego, Carlos Cruz-Diez y Lourdes Armas en Catialamar, a plena luz del día en alguna playa de Vargas. No faltan la reina del Carnaval y otros pintores locales como Victor Millán y Feliciano Carvallo.

Su cámara coqueteó con uno que otro paisaje ajeno a su tierra natal. En Nueva York, fotografió la Estatua de la Libertad. De Venecia, las góndolas a manera de postal. En Italia, la torre Pisa, el Vaticano, las afueras de Nápoles, las ruinas de Pompeya y el Coliseo Romano.

Una parte de la sala está dedicada a valorar su aporte al mundo editorial. Ejemplares de las revistas Elite y El Farol, esta última dirigida por Armas Alfonzo en la década del 50, se ubican en vitrinas, a la vista del espectador.

"Su obra fotográfica y literaria, insistimos, habla desde el mismo centro hegemónico, desde el ojo o la pluma de sus obsesiones y de su aporte de creador integral: La tierra y su habitante. Los templos y la naturaleza que cobijan toda soledad del hombre. El río y los cielos de la tempestad. La infancia a la que siempre se regresa (...) La memoria que salvará al país del desolvido, raíz que nos ata siempre a un lugar sagrado", concluye el texto en sala, a cargo de su hija Edda Armas.


Twitter: @jessicamoron


Alfredo Armas Alfonzo (n. el 6 de agosto de 1921 en ClarinesAnzoátegui,Venezuela, - fallecido el 9 de noviembre de 1990 en CaracasVenezuela) fue un escritorcriticoeditor e historiador venezolano. Es tomado como un precursor del «realismo mágico».1
Alfonzo pasó su infancia en Puerto Píritu, y más tarde concurrió a sus primeras clases de periodismo en la Universidad Central de Venezuela en Caracas. Trabajó para el Servicio de Correos en Barcelona y para compañías petroleras del este venezolano. También fue corresponsal de la zona este del diario caraqueño El Nacional. Publicó una columna en este diario hasta su muerte en 1990.1 Fue fundador de la revista literariaJagüey, y organizó y presidió la primera conferencia de la Asociación Venezolana de Periodistas.
Alfonzo continuó escribiendo para varios periódicos y fundó y dirigió revistas como El Farol y Nosotros, además de trabajar para el gobierno y para la "Creole Petroleum Corporation" (compañía petrolera).
En 1949 publicó Los Cielos de la Muerte. En 1962 renunció a la Creole Petroleum Corporation y comenzó a trabajar en la Universidad de Oriente, donde creó la Dirección de Cultura.1 En 1969 recibió el Premio Nacional de Literatura. Entre 1970 y 1971 se desempeñó como vicepresidente del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes. En 1975 se unió como miembro de la Comisión Organizadora del Concejo Nacional de Cultura (CONAC).
Su obra desarrolla un estilo imaginativo y es conocida por su literatura impresionista, donde el lector está expuesto al mundo particular del autor. Sus personajes se destacan por ser personas modestas, típicamente rurales y que demuestran la esencia del ser nacional venezolano.2
Su obra más conocida y que es indicada como su obra cumbre es El osario de Dios. Son más de cien cuentos en los cuales el autor describe su mundo fantástico.
  • 1949 Los cielos de la muerte.
  • 1951 La cresta del cangrejo.
  • 1953 Tramojo.
  • 1954 Isla de pueblos.
  • 1956 Los lamederos del diablo.
  • 1967 Como el polvo.
  • 1967 PTC, Puerto Sucre vía San Cristóbal.
  • 1968 La parada de Maimós.
  • 1969 El Osario de Dios.
  • 1970 Los cielos de la muerte.
  • 1971 Qué de recuerdos, Venezuela.
  • 1971 Con los brazos abiertos.
  • 1972 Agostos y otros difuntos.
  • 1972 Cualquier ocaso.
  • 1973 Siete güiripas para Don Hilario.
  • 1975 Cien maúseres, ninguna muerte y una sola amapola.
  • 1976 Cuentos.
  • 1976 Las palabras de Guanape.
  • 1977 La tierra de Venezuela y los cielos de sus santos.
  • 1979 Angelaciones.
  • 1980 Uno ninguno.
  • 1980 Hierra.
  • 1980 El Tigre: la raíz cercana de la rosa.
  • 1981 Clarines bien lejos.
  • 1981 Con el corazón en la boca.
  • 1983 Hierba.
  • 1985 Diseño Gráfico en Venezuela.
  • 1987 Este resto de llanto que me queda.
  • 1989 Cada espina.
  • 1990 Los desiertos del ángel.
3
Su obra fue traducida a diversos idiomas, entre ellas ruso, checo, francés, italiano e inglés.1
En 1986 la Universidad de Oriente le confirió un Doctorado honoris causa en Humanidades, reconociéndolo por su labor literaria ejemplar, y su valorización de la cultura popular y el folklore.
Tras su muerte, sus hijos crearon la Fundación Armas Alfonzo, y se encargan de publicar y difundir su obra.1

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