La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

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6 de noviembre de 2015

El escritor Antonio Skármeta, acaso uno de los autores chilenos más conocidos a nivel internacional después de Pablo Neruda o Isabel Allende, celebrará el sábado sus 75 años en plena forma y con "Libertad de movimiento", un libro de cuentos que acaba de publicar.

Antonio Skármeta celebra su 75 cumpleaños con nuevo libro

A Skármeta se le vincula a la llamada Generación de los 60, aquella pléyade de jóvenes escritores que "ama su oficio y no lo bastardean".

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Antonio Skármeta celebra con un nuevo libro (Cortesía latercera.com)
EL UNIVERSAL
jueves 5 de noviembre de 2015  04:31 PM
Santiago de Chile.-  El escritor Antonio Skármeta, acaso uno de los autores chilenos más conocidos a nivel internacional después de Pablo Neruda o Isabel Allende, celebrará el sábado sus 75 años en plena forma y con "Libertad de movimiento", un libro de cuentos que acaba de publicar.

"Es un libro de cuentos muy viajado y con escenarios muy variados, por eso el nombre", dijo el autor nacido en la ciudad de Antofagasta, en el extremo norte del país, en una reciente presentación que hizo en la Feria Internacional del Libro de Santiago.

"La libertad de movimiento es para mí la capacidad que tiene el ser humano para desplazarse dónde y cuándo quiera. Pero no se trata sólo de un desplazamiento geográfico, sino también cultural y emocional", explicó.

A Skármeta se le vincula a la llamada Generación de los 60, aquella pléyade de jóvenes escritores que "ama su oficio y no lo bastardean, que entiende el lenguaje de los hippies, de los yippies, de los jóvenes del Mayo de Francia, que creó la mejor música del siglo y que no abomina de la alegría de vivir", sentenció una vez, según el sitio Memoria Chilena.

El autor debutó en las letras con "El entusiasmo" (1967), seguida de "Desnudo en el tejado", obra con la que consiguió su primer reconocimiento internacional al ganar el Premio Casa de las Américas de Cuba.

El golpe militar del 11 de  septiembre de 1973, que derribó al presidente socialista Salvador Allende, lo sorprendió en plena actividad académica como profesor de literatura y como guionista  junto al realizador alemán Peter Lilienthal. Un libreto suyo dio paso a "La Victoria", una cinta sobre la Unidad Popular, la coalición de izquierdas que apoyaba a Allende.

Tras un breve tiempo en Argentina, y con la ayuda del mismo  Lilienthal, Skármeta se exilió en Berlín Occidental, donde residió 15 años. Durante ese periodo comenzó además una relación más cercana con el cine, pero sin dejar de lado su pasión por escribir.

"Hubo directores de teatro que se aproximaron a mi porque querían adaptar parte de mis obras al cine (...) Mi primera experiencia con cine fue a través del guión cinematográfico", recordó el escritor, quien, a pesar de sentir una gran simpatía por el séptimo arte, lo considera su "segundo amor".

"Como director de cine quiero mantenerme como aficionado. La literatura es el campo de mi dominio y ahí puedo expresarme (...) Tengo muy claro que mi prioridad es la creación de mundos literarios", subrayó el escritor en declaraciones a medios locales.

Ya en el exilio escribe "Soñé que la nieve ardía" (1975) y "No pasó nada" (1980), una novela en la que relata las dificultades de un joven chileno para adaptarse a su nueva situación en tierras extranjeras. Y "La Insurrección" (1982), una obra ambientada en la revolución sandinista en Nicaragua.

Quizás una de sus obra cumbre sea "Ardiente Paciencia" (1985),  creación en la que destaca un joven cartero con pretensiones de poeta que recurre a su vecino, el vate chileno y premio Nobel de literatura Pablo Neruda, para seducir a través de símbolos a la jovencita de la que está muy enamorado. En 1994 el realizador Michael Radford la llevó a la gran pantalla en "El cartero de Neruda", también conocida como "El cartero (y Pablo Neruda)".

"Allí yo creo que puse lo mejor que yo siento que tiene el pueblo chileno: su inventiva, su carisma, su ansia de crecer. En fin, es un film de amor y ternura", diría más tarde el escritor, que está casado con la alemana Nora Preperski. Antes lo estuvo con la pintora chilena Cecilia Boisier.

Tras su retorno a Chile, en 1989, casi al término de la dictadura de Augusto Pinochet, un régimen que se había prolongado por casi 17 años, Skármeta sigue con su actividad literaria, pero deja espacio suficiente para tomar parte activa en la transición a la democracia  de su país.

De hecho, el presidente socialdemócrata Ricardo Lagos ( 2000-2006), que fue compañero suyo en el colegio, le ofreció la embajada de Chile en Alemania. El cargo no fue impedimento para que el autor, al igual como otros de sus colegas escritores diplomáticos chilenos, entre ellos el propio Neruda o Jorge Edwards ("Los Años Verde Oliva"), se convenciera de que podía alternar ambas actividades.

Así, escribe "El baile de la victoria" (2003), una historia de amor, amistad y venganza, que se desarrolla en tiempos del establecimiento de la democracia en Chile y que fue galardonada con el premio Planeta. Más tarde fue llevada al cine por el realizador español Fernando Trueba.

Su última novela hasta la fecha es "Los días del arcoíris" (2011), para la que se basó en su pieza teatral "El plebiscito" sobre la campaña del "no" en el referéndum que acabó con el régimen de Pinochet. El cineasta chileno Pablo Larraín la adaptó en la exitosa "No", protagonizada por Gael García Bernal y nominada a un Oscar a la mejor película de habla no inglesa.

Ahora, a punto de cumplir 75 años, Skármeta dice resentir mucho el paso del tiempo. "Hay sabios que admiro, como el romano Séneca o los filósofos griegos que maduran muy bien y a quienes la plenitud de la tercera edad los hace ser brillantes y estar casi más felices", bromeó en una entrevista  a la edición chilena de la revista "Cosas". "Yo no, yo cambiaría mi cuerpo de 70 por dos de 35".

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