Falleció la actriz Mirtha Borges
La artista trabajó en famosas telenovelas como Niña bonita y Ciudad Bendita. Personalidades de la farándula lamentaron el fallecimiento. Maite Delgado recordó que la llamada de cariño "mi negra"
La actriz Mirtha Borges falleció ayer a los 93 años de edad, informó Venevisión en su perfil de Twitter.
"El mundo de la actuación se despide de Mirtha Borges, nuestras condolencias para sus familiares y amigos", indicó el canal.
Trabajó en películas famosas como Oriana yAmaneció de golpe, además de telenovelas como Niña bonita yCiudad Bendita.
Algunas personalidades expresaron su pesar por la muerte de la artista. "Con triste pesar, mi negra, como te llamábamos de cariño. Hoy partió al cielo la gran Mirtha Borges. Aplausos de pie", manifestó Maite Delgado.
Por su parte, Moncho Martínez agradeció "por tanto" a Borges: "Un aplauso de pie para ti", indicó.
La Beba Rojas señaló que Mirtha Borges era una excelente actriz, excepcional ser humano, noble, amorosa y generosa. "Gracias por tanto, siempre te recordaré", agregó.
Mirtha Borges fue "la nana" de las telenovelas
La actriz, nacida en La Guaira, fue cremada hoy en la mañana en la ciudad de Valencia, donde residía
SIMÓN VILLAMIZAR | EL UNIVERSAL
martes 8 de diciembre de 2015 05:30 PM
La nana de las telenovelas. A ratos amable y tierna. A ratos de carácter fuerte. Así describen algunos actores venezolanos a la actriz Mirtha Borges, quien arropó con su cariño y su sapiencia a varias generaciones de artistas, y quien falleció el martes 8 de diciembre, en la madrugada, a los 93 años, en la ciudad de Valencia, estado Carabobo, donde residía desde algunos años.
"El domingo se acostó un poco tarde porque estaba pendiente de los resultados de las elecciones parlamentarias", cuenta Lohengri Borges, la mayor de las tres hijas de Mirtha (las otras son Thanar Borges y Karina Corro Borges). "Estaba contenta por los resultados. Pero en la mañana, cuando fuimos a llevarle el agua y el café, ya se había ido", agrega ella, que dice haber nacido sobre las tablas gracias al amor que sintió su madre toda la vida por la actuación.
Fue esa pasión, precisamente, la que hizo que Mirtha Borges decidiera dejar atrás su casa en La Guaira, donde nació, para mudarse a Caracas y perseguir su sueño. Fue así como conoció a César Rengifo, uno de sus primeros maestros en el teatro. Y luego a Ibrahim Guerra, con quien trabajó en varias oportunidades.
Y aunque fue en el teatro donde germinó su vehemencia actoral, no tardó en descubrir otra de sus grandes querencias: la televisión.
En la telenovela Rosa Campos provinciana (1980) original de Ligia Lezama, Borges interpretó a Olimpia, uno de sus primeros personajes. Y fue entonces que comenzaron a llover roles: Dolorita en Niña bonita (1988), Chabela Soriano en Mundo de fieras (1991), Má Juana en Morena clara (1993), Botella en Como tú ninguna (1995), Mercedes en Amor mío, Rosaria Borromeo en Cuando hay pasión (1999), Bertha Jacinta en Ciudad bendita, Daría en Caramelo 'e chocolate (2010) y Doña Ana en Amor urbano, con el cual se despediría, sin saberlo, de la pantalla chica.
Son más de una veintena de personajes en producciones como Paraíso (1989),Pasionaria (1990), Mundo de fieras (1991), Por amarte tanto (1993), Morena clara (1994), Mujercitas (1999), Toda mujer (1999), Hechizo de amor (2000),Mambo y canela (2002), El amor las vuelve locas (2005), Harina de otro costal(2010).
"Sus hijas eran su vida", dice Lohengri Borges. "Pero su gran amor era la televisión, el teatro y el cine", agrega la hija de Mirtha Borges, que recuerda que hace tres años se alegró muchísimo cuando César Bolívar la llamó para participar en el rodaje de la película Corpus Christi.
Mirtha Borges ya era una figura reconocida en el mundo cinematográfico local. Había actuado en Macho y hembra (1984), de Mauricio Walerstein; en Oriana(1985), de Fina Torres; en Fin de round (1992), de Olegario Barrera; en Rosa de Francia (1995), de César Bolívar; en 100 años de perdón (1998), de Alejandro Saderman; en Amaneció de golpe (1998), de Carlos Azpúrua; en El tinte de la fama (2008), de Alejandro Bellame, y La virgen negra (2008), de Ignacio Castillo Cottin. Pero se alegraba como una debutante cuando le encargaban un nuevo personaje.
Igual le sucedía en el teatro, donde le prestó su voz, sus gestos, y su cuerpo a innumerables personajes, y donde llegó a crear la Fundación para el Teatro de Marionetas de Venezuela y a presidir, además, la compañía infantil Teatro Tilingo.
Dos años atrás, por cierto, protagonizó la pieza Con A de ilusión, de Lupe Gehrenbeck, en la que junto con su compañera Esperanza Magaz le dio vida a una mujer que se enamoraba a los noventa años.
"Los viejos valemos la pena y sentimos como cualquier otra persona", dijo Borges en aquella ocasión. "Muchas veces somos irrespetados. Lo que pasa es que uno no le para. Afortunadamente, ese no es mi caso, porque soy muy feliz con mi familia, con mis hijos y mis nietos", dijo en aquella ocasión.
No solamente su familia se nutrió de sus enseñanzas. El lunes, tras su partida, actores y actrices venezolanos expresaron su pesar en las redes sociales por la muerte de Mirtha Borges, a quien tenían como uno de los grandes bastiones actorales del país. "Aplausos de pie", escribió Maite Delgado pocas horas de que Borges fuera cremada en Valencia.
"El domingo se acostó un poco tarde porque estaba pendiente de los resultados de las elecciones parlamentarias", cuenta Lohengri Borges, la mayor de las tres hijas de Mirtha (las otras son Thanar Borges y Karina Corro Borges). "Estaba contenta por los resultados. Pero en la mañana, cuando fuimos a llevarle el agua y el café, ya se había ido", agrega ella, que dice haber nacido sobre las tablas gracias al amor que sintió su madre toda la vida por la actuación.
Fue esa pasión, precisamente, la que hizo que Mirtha Borges decidiera dejar atrás su casa en La Guaira, donde nació, para mudarse a Caracas y perseguir su sueño. Fue así como conoció a César Rengifo, uno de sus primeros maestros en el teatro. Y luego a Ibrahim Guerra, con quien trabajó en varias oportunidades.
Y aunque fue en el teatro donde germinó su vehemencia actoral, no tardó en descubrir otra de sus grandes querencias: la televisión.
En la telenovela Rosa Campos provinciana (1980) original de Ligia Lezama, Borges interpretó a Olimpia, uno de sus primeros personajes. Y fue entonces que comenzaron a llover roles: Dolorita en Niña bonita (1988), Chabela Soriano en Mundo de fieras (1991), Má Juana en Morena clara (1993), Botella en Como tú ninguna (1995), Mercedes en Amor mío, Rosaria Borromeo en Cuando hay pasión (1999), Bertha Jacinta en Ciudad bendita, Daría en Caramelo 'e chocolate (2010) y Doña Ana en Amor urbano, con el cual se despediría, sin saberlo, de la pantalla chica.
Son más de una veintena de personajes en producciones como Paraíso (1989),Pasionaria (1990), Mundo de fieras (1991), Por amarte tanto (1993), Morena clara (1994), Mujercitas (1999), Toda mujer (1999), Hechizo de amor (2000),Mambo y canela (2002), El amor las vuelve locas (2005), Harina de otro costal(2010).
"Sus hijas eran su vida", dice Lohengri Borges. "Pero su gran amor era la televisión, el teatro y el cine", agrega la hija de Mirtha Borges, que recuerda que hace tres años se alegró muchísimo cuando César Bolívar la llamó para participar en el rodaje de la película Corpus Christi.
Mirtha Borges ya era una figura reconocida en el mundo cinematográfico local. Había actuado en Macho y hembra (1984), de Mauricio Walerstein; en Oriana(1985), de Fina Torres; en Fin de round (1992), de Olegario Barrera; en Rosa de Francia (1995), de César Bolívar; en 100 años de perdón (1998), de Alejandro Saderman; en Amaneció de golpe (1998), de Carlos Azpúrua; en El tinte de la fama (2008), de Alejandro Bellame, y La virgen negra (2008), de Ignacio Castillo Cottin. Pero se alegraba como una debutante cuando le encargaban un nuevo personaje.
Igual le sucedía en el teatro, donde le prestó su voz, sus gestos, y su cuerpo a innumerables personajes, y donde llegó a crear la Fundación para el Teatro de Marionetas de Venezuela y a presidir, además, la compañía infantil Teatro Tilingo.
Dos años atrás, por cierto, protagonizó la pieza Con A de ilusión, de Lupe Gehrenbeck, en la que junto con su compañera Esperanza Magaz le dio vida a una mujer que se enamoraba a los noventa años.
"Los viejos valemos la pena y sentimos como cualquier otra persona", dijo Borges en aquella ocasión. "Muchas veces somos irrespetados. Lo que pasa es que uno no le para. Afortunadamente, ese no es mi caso, porque soy muy feliz con mi familia, con mis hijos y mis nietos", dijo en aquella ocasión.
No solamente su familia se nutrió de sus enseñanzas. El lunes, tras su partida, actores y actrices venezolanos expresaron su pesar en las redes sociales por la muerte de Mirtha Borges, a quien tenían como uno de los grandes bastiones actorales del país. "Aplausos de pie", escribió Maite Delgado pocas horas de que Borges fuera cremada en Valencia.
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