La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

11 de marzo de 2016

Para hablar de su obra, Felipe Herrera recuerda una frase que alguna vez le dijo un investigador de arte: la creación es como un tejido que se alimenta a sí misma, una puntada atrás para una puntada adelante.Esculturas, pinturas y dibujos integran una muestra que se presenta como una antología del artista al reunir su trabajo realizado durante los últimos 30 años

Un autorretrato creativo que se entreteje en el tiempo


Casi una veintena de piezas conforman la exhibición | Foto Henry Delgado

Esculturas, pinturas y dibujos integran una muestra que se presenta como una antología del artista al reunir su trabajo realizado durante los últimos 30 años

Para hablar de su obra, Felipe Herrera recuerda una frase que alguna vez le dijo un investigador de arte: la creación es como un tejido que se alimenta a sí misma, una puntada atrás para una puntada adelante. Así son sus cuadros, sus esculturas: una retroalimentación de lo que es, lo que ha hecho y lo que lo trastoca; un ir y venir sobre la literatura, parte fundamental de su lenguaje artístico.
En una especie de antología, Herrera quiso reunir los períodos por los que ha atravesado su trabajo durante los últimos 30 años enInexorable. La muestra, que fue inaugurada el domingo en el Ateneo de Caracas y está integrada por 18 piezas, rinde además un homenaje a importantes representantes de la cultura: Eugenio Montejo, Pedro León Zapata, Alirio Palacios, Juan Carlos Palenzuela, Luisa Richter y Freddy Villarroel.
La individual –a la que seguirá otra en la Galería Odalys de Madrid a comienzos del próximo año– fue un reto para el artista plástico; logró conformarla con ayuda de amigos y coleccionistas. “En las piezas siempre hay una dicotomía de amor y batalla contra el tiempo. El amor, porque significa construir; el tiempo es aquello que siempre queremos dominar, pero que termina por controlarnos”, afirma. EnInexorable este elemento aparece en obras como relojes, esculturas del corazón: el tiempo mecánico y el simbólico.
La exposición contiene distintas piezas que trabajan partes del ser humano, sus extremidades. “Un momento de la figuración en el dibujo fue anatómica. La usé con la idea de que desnudarse va más allá de la ropa, es quitarse la piel como una forma de autorretratarme en un período. Luego vinieron las manos: el poder, el atrapar; y los objetos, porque me parece maravilloso intervenir las sillas, las mesas. En mi trabajo todo ha ido apareciendo, yo simplemente me apodero de ello para establecer otros significados”, agrega Herrera.
Pero Inexorable es también poesía, en la que tiene un gran peso la influencia de Montejo y de autores como Julio Cortázar. El artista –que se denomina lector voraz– lo considera el esqueleto de sus creaciones, la sangre que recorre el interior de su obra: “Encuentro en la literatura muchas de las cosas que tienen que ver con el trabajo que realizo. En la palabra está lo que hago en la forma. Me identifico con ello”.
Siempre obsesionado con el tiempo, con esa mirada que va más allá y más adentro de las cosas, Herrera asegura que sus próximos proyectos expositivos mantendrán esa dualidad entre el lado racional y el “barranco”. Desatará alteraciones que ha trabajado en torno a temáticas como los árboles, las raíces y el gesto.
Inexorable
Ateneo de Caracas, quinta La Colina, avenida La Salle
Horario: de 11:00 am a 6:00 pm
Entrada libre

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