La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

5 de noviembre de 2010

Introducción

“Jamás  aceptes algo inferior a TUS SUEÑOS!!!  En algún sitio y momento, algún día y de alguna manera... los encontraras”"... Autor anónimo.
Llegué a Valencia en 1974 con un cargo de Investigadora Regional como parte de un plan de rescate de la memoria bibliográfica y no bibliográfica de las regiones del país, para dar la información a Venezuela y al mundo, que se estaba gestando en el recién creado Instituto Autónomo Biblioteca Nacional,  ejercí dicho cargo durante unos años felices en la vieja sede de la Biblioteca “Dr.Manuel Feo La Cruz” en la Calle Soublette, donde junto a Mirtha Olarte y en el tiempo en que fueron directoras las Lics. Dianorah Fuenmayor, Milagros Villarroel y Luisa Elena Sojo, fundamos la Sala Estadal “Luis Augusto Núñez”, iniciamos el servicio al público, organizamos conferencias e instauramos la vieja Ley de Depósito Legal para aumentar la colección de la sala, y a la vez empezaba el rescate y registro del material publicado desde siglos anteriores en todo el Estado Carabobo con el Prof. Rafael López Risso, el cual fue publicada en dos tomos en 1986 con el nombre de “Bibliografía del Estado Carabobo”, con prólogo de Don Torcuato Manzo editado por la Fundación del Libro carabobeño y el Instituto Autónomo Biblioteca Nacional.
En el año 1978 surgió la idea de pedir una beca para dársela a algún joven universitario, usuario asiduo de la biblioteca,  que por medio tiempo nos ayudara en el arduo trabajo de la Sala Estadal, y el nombre que se sugirió para pedirle esa ayuda fue el de la Sra. Frida Añez, mecenas de  la cultura en Valencia y mucho más, mujer sensible y con conciencia gerencial de avanzada…El problema era ir a entrevistarse con ella, cuando no disponíamos de tiempo para salir de la biblioteca…Yo la había visto en el Colegio “Calasanz” donde estudiaba su hijo, por lo que una tarde en la que estábamos Claudia, mi hija mayor, y yo, en el centro Comercial Av.Bolívar,  vi a Frida Añez  ¡en persona! caminar delante de mi…Comencé a correr detrás de ella y al alcanzarla me presenté y ella me contestó con una cálida sonrisa…Escuchó mi petición en silencio y ya a la semana teníamos asignada la beca para el joven que iba a ayudarnos…Asi comenzó la historia de mi amistad con Frida Añez.

¿Quién es Frida Añez Machado?
En primer lugar una amiga incondicional  y luego un personaje que admiro a través de cuya vida, se puede conocer la historia de la cultura y la industria carabobeña desde 1953 hasta el año 2000, fecha de su retiro.
Un día ella puso en mis manos un álbum de fotografías elaborado por Doña Lucrecia Machado de Añez, su madre, que contiene lo más importante que ha sucedido en el medio cultural de la ciudad a mediados del Siglo XX. Muy hermoso el álbum de Doña Lucrecia elaborado con una conmovedora ingenuidad y un exquisito amor por su hija, que se palpa en sus páginas, como un acto espontáneo, nacido del corazón ya que fue hecho con un encantador “desorden ordenado” sin el menor conocimiento del tema y organización de una fuente documental de ese calibre. pleno de material hemerobibliográfico Tener el álbum de Doña Lucrecia fue una gran oportunidad para mi de presentar una hermosa e interesante primicia, que oferté a varias instituciones oficiales del Estado para que fuera publicado en edición facsimilar en el 450 cumpleaños de Valencia, ya que Frida fue llamada por Don Alfonso Marín: “la mujer cuatricentenaria”, y otros más radicales dividen la vida del Ateneo de Valencia antes y después de Frida…Pero entre tantos “si… qué maravilla” nada se concretó. Pero yo segui insistiendo en dar a conocer, en obra perdurable la prolífica acción que hizo esta mujer pequeñita y particular.
Los ciberlectores mismos juzgaran al “hojear” este blog, el significado de la colección reunida por Doña Lucrecia, a la que he agregado documentos de mi archivo personal y posteriormente  algunas fotos y textos más actuales del archivo personal de Frida, una riquísima fuente documental de las décadas del S. XX y XXI partiendo de 1953 hasta el 2004. Esos recortes de periódicos y fotos más el Suplemento Especial que publicó El Carabobeño con motivo del Cuatricentenario de la ciudad en 1955, son Valencia ahí reseñada, retratada, literalmente viva, en una serie de manifestaciones mucho más elocuentes para el “ojo avizor” que lo que podrían serlo extensos tomos de eruditos ensayos históricos. La imagen habla por si sola, respaldada con la fuerza del registro hemerográfico
Pero no es éste, afortunadamente, el único valor del álbum de Doña Lucrecia, además y por encima de sus interesantes fotografías, está reseñada la belleza de una época donde Venezuela respiraba aires de modernidad, de progreso, de esperanza; donde un Presidente de la República en el Ateneo de Valencia anunciaba a Frida y a Monseñor Gregorio Adam su promesa de construir la Universidad de Carabobo con el cuidado que esto merecía (vean el ejemplo de la UCV) en los terrenos que para él estaba inexplicablemente funcionando la Brigada Militar de Valencia, que sería mudada a la entrada de la ciudad, que él consideraba era Tocuyito. Son fotos donde se admiran las modas, la belleza de la mujer valenciana, los muebles, vehículos y obras construidas en Carabobo, que marcaban su crecimiento y propiciaron lo que vendría después, ser considerada la “ciudad industrial de Venezuela”, primera ciudad en desarrollo en el mundo en la década de los 70.
Esas fotografías y documentos se hacen universales y trascendentes a su época, además van más allá de lo local y superan su carácter de “documento nacional” si se las contempla como obras de arte en si mismas, son para mi el vehículo más rápido para dar al mundo lo que fue Valencia en una época y detonador de emociones pues muestra un pasado cercano o distante según quien lo observe…NOS CUENTAN UNA HISTORIA, reviven acciones con personajes reales, ya fallecidos, olvidados o vivos que con sus expresiones nos “dicen algo” que hemos olvidado o desconocemos absolutamente, pero que fueron realidades en este medio en el que hoy vivimos.
La figura central de este blog es Frida Añez y su admirable obra. Invito  a los amigos a compartir conmigo esa experiencia.
“…Para dejar una huella…chiquita como una corola de violeta
no importa su tamaño, sino el signo que indique que pasaste por allí…”
Del poema “La Huella” de Poldy Bird
Lic. Josefina Weidner de Fierro.

Comienza la historia abriendo una ventana al conocimiento del trabajo realizado por Frda Añez en la Valencia de los años 50



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