Cruz-Diez cumple 90 años
El investigador Miguel Miguel escribe sobre el artista.
La obra de Cruz-Diez reside en su carácter experimental, no busca un arte intimista
MIGUEL MIGUEL | ESPECIAL / EL UNIVERSAL
sábado 17 de agosto de 2013
Posiblemente sea Carlos Cruz-Diez el artista del siglo XX que más y mejor ha estudiado el fenómeno del color, desarrollando su investigación con un rigor metódicamente científico con el inteligente propósito de formalizar una conmovedora y sin precedentes obra creadora a través de un brillante vocabulario visual del infinito universo cromático.
La obra de Cruz-Diez reside en su carácter experimental, no busca un arte intimista, y aunque el artista trabaja apoyado en patrones, ritmos y sistemas, para él el arte debe ser vivido y compartido.
Por ello se centra en recrear el entorno propicio para que las personas vivan su arte, propiciando una interactividad entre la obra y su observador. Así se elabora un arte donde el color y el movimiento son sinónimos, que busca situar a quien lo disfruta como parte de él, y hacerle conocer que la experimentación con el entorno es lo que construye su forma de arte. De allí el juego con los colores y los reflejos entre obra y espectador.
El trabajo creador de Carlos Cruz-Diez se ha vinculado fuertemente con la arquitectura y el urbanismo, por lo que podemos encontrarlo en avenidas, plazas, edificios, teatros, puertos, aeropuertos, recintos deportivos, tiendas de moda y otros sitios públicos y privados de Venezuela y el mundo entero.
Alfredo Boulton una vez señaló que muchas veces se dice que el arte es el reflejo colectivo de una sociedad, pero que no es que las sociedades crean el arte, sino que el arte es la creación individual por excelencia, que los grandes artistas han sido, son y han de ser siempre seres de una extraordinaria sensibilidad que les permite ver lo que otros no ven. Como artista lúcido que es, Cruz-Diez ha sostenido esta premisa en su más elevada potencia.
Quizá sea porque estamos acostumbrados a confrontar sus trabajos, que no nos hemos percatado de la exacta dimensión de su capacidad innovadora. Quizá sea también por el simple hecho de que sus ideas están siempre presentes entre nosotros, que no entendamos del todo cómo este sobresaliente venezolano internacional ha llevado a su máxima consecuencia, de manera prácticamente exhaustiva, el complejo aunque fascinante lenguaje del color.
Pudiéramos igualmente alegar, sin temor a equivocarnos, que todo lo que se ha podido decir sobre el trabajo creador de uno de los más destacados pioneros del arte cinético es suficiente, está ya escrito. Pero por encima de todo lo dicho o lo escrito está su valioso legado que permanecerá en el tiempo por siempre.
Con motivo de cumplirse hoy 90 años del nacimiento de Carlos Cruz-Diez en la ciudad de Caracas, valga esta selección de imágenes de obras representativas suyas como homenaje y reconocimiento a quien actualmente es el artista vivo y activo más importante de nuestro país.
La obra de Cruz-Diez reside en su carácter experimental, no busca un arte intimista, y aunque el artista trabaja apoyado en patrones, ritmos y sistemas, para él el arte debe ser vivido y compartido.
Por ello se centra en recrear el entorno propicio para que las personas vivan su arte, propiciando una interactividad entre la obra y su observador. Así se elabora un arte donde el color y el movimiento son sinónimos, que busca situar a quien lo disfruta como parte de él, y hacerle conocer que la experimentación con el entorno es lo que construye su forma de arte. De allí el juego con los colores y los reflejos entre obra y espectador.
El trabajo creador de Carlos Cruz-Diez se ha vinculado fuertemente con la arquitectura y el urbanismo, por lo que podemos encontrarlo en avenidas, plazas, edificios, teatros, puertos, aeropuertos, recintos deportivos, tiendas de moda y otros sitios públicos y privados de Venezuela y el mundo entero.
Alfredo Boulton una vez señaló que muchas veces se dice que el arte es el reflejo colectivo de una sociedad, pero que no es que las sociedades crean el arte, sino que el arte es la creación individual por excelencia, que los grandes artistas han sido, son y han de ser siempre seres de una extraordinaria sensibilidad que les permite ver lo que otros no ven. Como artista lúcido que es, Cruz-Diez ha sostenido esta premisa en su más elevada potencia.
Quizá sea porque estamos acostumbrados a confrontar sus trabajos, que no nos hemos percatado de la exacta dimensión de su capacidad innovadora. Quizá sea también por el simple hecho de que sus ideas están siempre presentes entre nosotros, que no entendamos del todo cómo este sobresaliente venezolano internacional ha llevado a su máxima consecuencia, de manera prácticamente exhaustiva, el complejo aunque fascinante lenguaje del color.
Pudiéramos igualmente alegar, sin temor a equivocarnos, que todo lo que se ha podido decir sobre el trabajo creador de uno de los más destacados pioneros del arte cinético es suficiente, está ya escrito. Pero por encima de todo lo dicho o lo escrito está su valioso legado que permanecerá en el tiempo por siempre.
Con motivo de cumplirse hoy 90 años del nacimiento de Carlos Cruz-Diez en la ciudad de Caracas, valga esta selección de imágenes de obras representativas suyas como homenaje y reconocimiento a quien actualmente es el artista vivo y activo más importante de nuestro país.
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