Jesús María Lugo Peña || Esto es debatible
¿Comportamientos históricos similares?
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“Las comparaciones que se hacen de ingenio a ingenio, de valor a valor, de hermosura a hermosura, y de linaje a linaje, son siempre odiosas y mal recibidas”. CERVANTES.
Se está haciendo costumbre, sobre todos en estos días, hablar de dictadura cuando se gobierna concentrando el poder en un solo individuo, para ejercer el mando de manera arbitraria ignorando a la mayoría y favoreciendo a la minoría que lo apoya.
En verdad aprecio que estamos en una incongruencia, pues el actual “füher” venezolano ha surgido de una controvertida jornada electoral hoy legitimada. Lo curioso del caso es que no administra el mando solo sino que se acompaña de una nomenclatura compartida para gobernar utilizando la fuerza y la violencia.
Las Leyes las impone él -ver habilitante- y los funcionarios obedecen sus órdenes sin chistar realizando intromisión en la vida privada de los ciudadanos y hasta con pérdida o limitación de la libertad de expresión y de manifestar pacíficamente.
Próximos como estamos para la celebración de un nuevo aniversario de la fundación de nuestra ciudad, considero hacer una referencia histórica comparativa de conductas gubernamentales -solicitando la venia a mis amigos Carlos Cruz y Luis Cubillán Fonseca, que sí saben de eso- que apunta a un hecho histórico transcendental ocurrido en esta ciudad con motivo de la celebración de su cuatricentenario fundacional y, que gracias al aporte personal de mi amigo y condiscípulo William Bellera Feo, testigo presencial del hecho, puedo narrarlo con apego a la verdad.
Lo hago para poder interpretar si en verdad nos encontramos ante una democracia débil o una incipiente dictadura, por la forma como se ha comportado con nuestra ciudad y sus pobladores al poner en vigencia disposiciones administrativas que desembran su Municipio e interfieren con su administración al designar una Autoridad única contrariando el espíritu, propósito y razón de la Constitución.
Esto viene a colación con la similitud con lo ocurrido durante el mandato del dictador Pérez Jiménez, después de la celebración de la sesión solemne realizada en el Palacio Municipal, frente a la plaza Bolívar a la cual fue invitado el dictador. En esa ocasión, la presidió mi colega Lorenzo Araujo Ecarri en compañía de los ediles Dr. Luis Martín Roche (Juez Superior), Enrique Sarquis, Teodoro Gubaira, Luis Taborda (fundador del ateneo), Mario Arocha Pinto y Antonio Lovera. Don Mario tenía un comercio llamado “El bombillo” y Don Antonio la sastrería “Londres”, ambos en la cercanía de la plaza. Actuaba como secretario Jesús Bellera Arocha.
Se considera que el motivo que originó el malestar del dictador durante el acto y su posterior medida que comentaré, fue el escuchar el excelente discurso de José Rafael Pocaterra, cuya pieza oratoria recogió para la historia la frase de: “Valencia, madre eres tú, pariste a Venezuela”.
Luego de unos meses el dictador ordenó al entonces gobernador del estado Dr. Iván Darío Maldonado, citar al Capitolio a los Concejales asistentes al acto donde les participó que habían sido sustituidos, en esa ocasión le ofrecieron a Don Jesús Bellera Arocha, quien se desempeñaba como señalé arriba de secretario del Cabildo, que se encargara de sus destinos, lo cual rechazó.
Lo pertinente entonces es preguntarnos ¿qué le cobran los dictadores a nuestra ciudad? Esa y otras preguntas nos inquietan ante lo parecido de ambos comportamientos señalados. Se habla de diálogo y entonces es bueno recordar a M. Bontempelli quien refiriéndose a el dijo: No hay nadie ya que conozca el arte de conversar, es decir de discutir. Conversar es entrar cada uno en el surco de lo que ha dicho otro, y de proseguir una línea o perfeccionar aquel surco; diálogo es, en suma, colaboración y entendimiento mutuo”
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