La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

27 de abril de 2015

En el casco histórico de Petare suenan más risas que balas.Integrado en esa especie de oasis parroquial se ubica en la calle Guanche el Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas, una enorme casa de estilo español que ha sido sede de exposiciones artísticas desde hace 31 años.

Carmen Sofía Leoni

El santo contraste del arte

"Somos un espacio de arte en medio de un entorno difícil y abrimos canales para artistas populares" "Si tenemos una deuda con la comunidad, es la de acercarnos más y encontrar talentos", señala la directora del Museo de Arte Popular "Bárbaro Rivas" de Petare.

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La exposición "Arte religioso popular venezolano" estará abierta hasta el 31 de mayo (Adolfo Acosta)
MARÍA GABRIELA FERNÁNDEZ B. |  EL UNIVERSAL
domingo 19 de abril de 2015  11:01 AM
En el casco histórico de Petare suenan más risas que balas. Como si el tiempo no hubiera avanzado, las fachadas coloniales y las calles empedradas construyen un epicentro en el que los ancianos leen prensa y discuten, mientras las parejas jóvenes arden en besos furtivos. La violencia con la que suele vincularse a esta parroquia mirandina se mantiene como parte de un paisaje montañoso separado por, apenas, pocas cuadras de distancia.

Integrado en esa especie de oasis parroquial se ubica en la calle Guanche el Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas, una enorme casa de estilo español que ha sido sede de exposiciones artísticas desde hace 31 años.

Cinco salas ubicadas en serie, una tienda, mesas para impartir talleres, y un patio con pocos bancos que casi se encienden bajo el sol de abril integran este museo en el que la cultura de lo tradicional y el realse del valor artesanal en las piezas fungen como escudo y bandera.

Madera santa

Carmen Sofía Leoni, directora de la institución, baja a buen paso las escaleras del fondo, sonríe, se arregla el chaleco bordado y atraviesa la entrada de la sala principal.

Pequeñas tablas y nichos con diseños de santos, vírgenes y arcángeles que han sabido de hasta dos siglos de plegarias cuelgan en esas paredes, mientras que grandes esculturas de madera posan erguidas (y acostadas) sobre el suelo rojo. Leoni las señala y las nombras de una a una. Son obras que corresponden a la muestra Arte religioso popular venezolano, que estará abierta en este museo hasta el 31 de mayo. 

La exposición, comenta, contiene 65 piezas de la colección privada del docente Ramón Amado Villegas, y siete pertenecientes a la Iglesia Dulce Nombre de Jesús. Todas fueron elaboradas por autores anónimos y hacen apología a un tiempo en el que el quehacer artístico popular tendía lazos indisolubles con la religión.

-¿Por qué seleccionaron estas piezas de la colección para la muestra?

-Es una serie muy rica, de imágenes talladas a mano que fueron perseguidas, halladas y salvaguardadas por Amado en pueblos remotos de todo el país. Sobre todo de Lara. Son fragmentos de identidad que conservan la inocente belleza de, por ejemplo, el chamusqueo en la madera producto de alguna vela, en algún altar.

Arte en la mira

Cuando Leoni conversa sobre las labores de este museo, centra la mirada en las obras y dice: "Somos un espacio de arte en medio de un entorno difícil, y abrimos canales para que artistas populares muestren sus creaciones y aporten un material con el cual cuestionarse o identificarse".

Se declara apasionada por el arte popular, al que describe como aquel que, aunque desborde belleza, es elaborado de un modo más intuitivo que técnico. "En mi juventud tuve la oportunidad de rodearme de arte en París pero, cuando regresé, me encontré con esto y quedé enamorada. El arte popular que conocí en Petare se me impuso frente a cualquier otro tipo de manifestación como algo maravilloso que quise transmitir".

-¿Cómo hacer del arte un elemento atractivo en los sectores más populares?

-Mantener las puertas abiertas para todo el que ingrese ha sido una vía aquí, pero sobre todo hemos establecido el vínculo desde la infancia, invitando a los colegios a visitas guiadas para que se involucren con el arte desde pequeños. Esos niños se sorprenden, encuentran cosas que no hallan en los lugares donde residen y, a veces, hasta vuelven con sus padres.

-¿Cuál ha sido el potencial artístico que ha percibido en la parroquia Petare?

-Las exposiciones no siempre han contenido obras de artistas de la parroquia, pero Petare cuenta con artistas, de tipo popular y no, que se mantienen en constante producción de piezas. Si tenemos una deuda con la comunidad es la de acercarnos más y encontrar nuevos talentos. En una oportunidad lo hicimos con una serie de fotografías capturadas por vecinos, y fue una gran experiencia.

-¿Qué les ha impedido estrechar los vínculos con las comunidades vecinas?

-La falta de fondos nos limita, como a todos. Aunque tenemos el apoyo de la Alcaldía de Sucre y la Fundación José Ángel Lamas, es difícil cubrir los costos de las jornadas de investigación que requerimos.

Si bien sus cifras indican que unas 10 mil personas visitaron el museo durante 2014, Leoni culmina el recorrido por las salas con una invitación que es casi lamento: "Aquí hay mucho que ofrecer y pocas personas vienen a verlo por el temor a la zona". El arte se ganó en Petare un espacio contra el caos y ahora los santos esperan, grabados en sus tablitas, por el milagro de ver a más audiencia ganada para la cultura popular. El contraste es ironía y también oportunidad en esta casa perdida en el tiempo.

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