Galardonan a Emilio Lledó con el Premio Princesa de Asturias
Sus escritos son considerados como fundamentales dentro de la recuperación de la filosofía griega y el helenismo en España, también contribueron al desarrollo de la hemenéutica en la filosfofía española contemporánea
El Nacional 20 DE MAYO 2015 - 09:54 AM
El filosofo y académico español Emilio Lledó, gran defensor del libro, el lenguaje, la enseñanza de las humanidades y la memoria, fue galardonado hoy con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015.
Lledó, con una dilatada trayectoria en la investigación de la filosofía, la literatura y la docencia, está considerado un ensayista y divulgador de alto nivel que ha tratado temas tan diversos como la defensa de la lectura, la felicidad, el silencio, la belleza y la verdad.
Con este galardón al filósofo español, que ya había sido candidato en otras ocasiones, el Premio Princesa de Asturias volvió a apostar por un humanista después de que en los tres últimos años lo hubiese hecho en el campo de la comunicación.
El jurado, presidido por el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, destacó que Lledó es un "pensador de relevancia internacional y de trayectoria ejemplar" que "hace suya la razón ilustrada a través de un diálogo que impulsa la convivencia en libertad y democracia".
Lledó concibe la filosofía como meditación sobre el lenguaje y subraya la tendencia natural del ser humano hacia la comunicación y, de este modo, hace suya la razón ilustrada a través de un diálogo que impulsa la convivencia en libertad y democracia, destaca el acta del jurado.
El filósofo, nacido en Sevilla (sur) en 1927, recibió hoy "orgulloso, agradecido y anonadado" la noticia del premio porque, confesó a Efe, a su edad, algo así le da "un poco de marcha".
"Mi mayor satisfacción -confesó- es poder seguir trabajando y manteniendo los mismos ideales que tenía de jovencito", cuando se marchó a estudiar a Alemania.
"Me siento muy feliz de haber seguido en esa línea y haber mantenido lo que siempre he creído", subrayó el premiado.
El filósofo y humanista salió de España en 1953 para estudiar en Heidelberg (Alemania), donde fue alumno de Hans-Georg Gadamer; después estuvo en Berlín hasta que en 1963 volvió con su esposa a una España gris para impartir clase y dedicarse a la educación, que es uno de los temas que más ha preocupado al filósofo y que ha sido la obsesión de su vida.
Fue profesor de historia de la filosofía en las universidades de La Laguna (Islas Canarias), Barcelona y la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y autor de libros como El silencio de la escritura (1981), con el que consiguió el Premio Nacional de Ensayo en 1992, o Memoria de la ética (1995).
Sus trabajos se consideran fundamentales en la recuperación de la filosofía griega y el helenismo en España y contribuyeron al desarrollo de la hermenéutica en la filosofía española contemporánea.
Miembro de la Real Academia de la Lengua, en 2014 recibió el Premio Nacional de las Letras por haber aunado en su obra la investigación filosófica y la literatura.
Al galardón, dotado con 50.000 euros y una escultura diseñada por Joan Miró, se habían presentado en esta XXXV edición 28 candidaturas de 15 países, entre ellas la del historiador mexicano Miguel León-Portilla, que llegó junto al pensador español a las ultimas votaciones.
Este premio, que por primera vez se concede bajo la denominación de Princesa de Asturias, recayó el pasado año en el argentino Joaquín Salvador "Quino", creador de Mafalda.
En este sentido, Lledó declaró hoy que "el año pasado fui finalista, y me lo quitó Mafalda, el personaje de Quino, con todos los méritos y derechos y me siento orgullosísimo de haber estado con él entre los candidatos, pero este año parece que no ha habido ninguna Mafalda. Aún así me ha caído de sorpresa".
En anteriores ediciones fueron galardonados, entre otros, The Royal Society, los diarios El País, El Espectador y El Tiempo, la Agencia Efe, Václav Havel, la CNN, Umberto Eco, George Steiner, Hans Magnus Enzensberger y Ryszard Kapuscinski.
El filosofo y académico español Emilio Lledó, gran defensor del libro, el lenguaje, la enseñanza de las humanidades y la memoria, fue galardonado hoy con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015.
Lledó, con una dilatada trayectoria en la investigación de la filosofía, la literatura y la docencia, está considerado un ensayista y divulgador de alto nivel que ha tratado temas tan diversos como la defensa de la lectura, la felicidad, el silencio, la belleza y la verdad.
Con este galardón al filósofo español, que ya había sido candidato en otras ocasiones, el Premio Princesa de Asturias volvió a apostar por un humanista después de que en los tres últimos años lo hubiese hecho en el campo de la comunicación.
El jurado, presidido por el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha, destacó que Lledó es un "pensador de relevancia internacional y de trayectoria ejemplar" que "hace suya la razón ilustrada a través de un diálogo que impulsa la convivencia en libertad y democracia".
Lledó concibe la filosofía como meditación sobre el lenguaje y subraya la tendencia natural del ser humano hacia la comunicación y, de este modo, hace suya la razón ilustrada a través de un diálogo que impulsa la convivencia en libertad y democracia, destaca el acta del jurado.
El filósofo, nacido en Sevilla (sur) en 1927, recibió hoy "orgulloso, agradecido y anonadado" la noticia del premio porque, confesó a Efe, a su edad, algo así le da "un poco de marcha".
"Mi mayor satisfacción -confesó- es poder seguir trabajando y manteniendo los mismos ideales que tenía de jovencito", cuando se marchó a estudiar a Alemania.
"Me siento muy feliz de haber seguido en esa línea y haber mantenido lo que siempre he creído", subrayó el premiado.
El filósofo y humanista salió de España en 1953 para estudiar en Heidelberg (Alemania), donde fue alumno de Hans-Georg Gadamer; después estuvo en Berlín hasta que en 1963 volvió con su esposa a una España gris para impartir clase y dedicarse a la educación, que es uno de los temas que más ha preocupado al filósofo y que ha sido la obsesión de su vida.
Fue profesor de historia de la filosofía en las universidades de La Laguna (Islas Canarias), Barcelona y la Universidad Nacional de Educación a Distancia, y autor de libros como El silencio de la escritura (1981), con el que consiguió el Premio Nacional de Ensayo en 1992, o Memoria de la ética (1995).
Sus trabajos se consideran fundamentales en la recuperación de la filosofía griega y el helenismo en España y contribuyeron al desarrollo de la hermenéutica en la filosofía española contemporánea.
Miembro de la Real Academia de la Lengua, en 2014 recibió el Premio Nacional de las Letras por haber aunado en su obra la investigación filosófica y la literatura.
Al galardón, dotado con 50.000 euros y una escultura diseñada por Joan Miró, se habían presentado en esta XXXV edición 28 candidaturas de 15 países, entre ellas la del historiador mexicano Miguel León-Portilla, que llegó junto al pensador español a las ultimas votaciones.
Este premio, que por primera vez se concede bajo la denominación de Princesa de Asturias, recayó el pasado año en el argentino Joaquín Salvador "Quino", creador de Mafalda.
En este sentido, Lledó declaró hoy que "el año pasado fui finalista, y me lo quitó Mafalda, el personaje de Quino, con todos los méritos y derechos y me siento orgullosísimo de haber estado con él entre los candidatos, pero este año parece que no ha habido ninguna Mafalda. Aún así me ha caído de sorpresa".
En anteriores ediciones fueron galardonados, entre otros, The Royal Society, los diarios El País, El Espectador y El Tiempo, la Agencia Efe, Václav Havel, la CNN, Umberto Eco, George Steiner, Hans Magnus Enzensberger y Ryszard Kapuscinski.
Encuentros entre líneas: LosGeosímbolos galardonados
Lorena Puerta Bautista es la ganadora de la cuarta edición del Premio de Historia Rafael María Baralt otorgado por la Academia Nacional de la Historia y la Fundación Bancaribe para la Ciencia y la Cultura
Normalmente el Palacio de las Academias no es un destino común al caraqueño que pasea por el centro de la ciudad. Es más, en un día de semana como cualquier otro, aunque las puertas de este hermoso edificio –que data de 1794– permanecen abiertas, se nota poco tráfico de personas que entran y salen hacia la avenida Universidad. Y es que lo que ahí adentro sucede parece ser un secreto para los académicos de la historia, lenguas, medicina, ciencias físicas, matemáticas y naturales, y un privilegiado regalo para los pocos que tenemos la afortunada excusa de asistir a uno de los eventos que ellos ofrecen.
Así fue el pasado jueves 7 de mayo. En una enorme sala rodeada por los rostros de la historia del país, Lorena Alejandra Puerta Bautista se sentaba a la cabeza de la ovalada mesa y sonriente escuchaba al presidente de la Fundación Bancaribe, Carlos Hernández Delfino que describía el motivo de esa exclusiva reunión. La Academia de la Historia junto a la Fundación entregaban esa mañana el primer lugar al Premio de Historia Rafael María Baralt. Lorena, de 29 años, recibiría esa mañana todos los elogios.
El premio fue constituido por ambas instituciones con la intensión de motivar a jóvenes investigadores. Fue llamado en honor a Rafael María Baralt, uno de los más influyentes escritores venezolanos, debido a su publicación a muy temprana edad del tomo Resumen de la Historia de Venezuela. Desde su primera edición los investigadores venezolanos han contribuido “con meritorios aportes a la mejor comprensión de los temas”. “En su quinta entrega (2016-2017), aspiramos estimular el estudio de la historia política, social y económica de Venezuela, en una concepción amplia que favorezca la concurrencia de aportes novedosos al tema, referida a cualquier período o época de nuestra historia”, aprovechó para anunciar Hernández Delfino.
Pero ese jueves se trataba del reconocimiento de la cuarta galardonada. De vuelta a esa mañana, a esa cuarta entrega que se celebraba en el Palacio, a ese momento que se trataba de unos “Geosímbolos”: “El trabajo de Lorena Puerta ofrece un significativo aporte al estudio de un aspecto novedoso de nuestra historia petrolera con una adecuada utilización de fuentes sobre la materia”, terminó diciendo Delfino sobre la investigación de la homenajeada.
Doctora en Ciencias Sociales, profesora, historiadora, alumna, mujer –como orgullosamente resaltó Inés Quintero–. La ganadora de esta cuarta convocatoria del premio es la autora del trabajo tituladoGeosímbolos del petróleo en Venezuela. 1900-1960, que expresa cómo se constituye en la Venezuela del siglo XX una identidad y una espiritualidad reflejada en la cultura del petróleo. “Los Geosímbolos –leía– son referentes espaciales e históricos de un lugar en específico, en este caso, del territorio venezolano”.
Antes de terminar el padre José del Rey Fajardo cerró solemne y con hermosas palabras: “Es verdad que necesitamos gramáticos, poetas, escritores, historiadores… y el mundo de hoy no los encuentra. Las ciencias humanas están desterradas y por eso hoy el mundo vive una tremenda mediocridad. Sobre todo necesitamos historiadores: ¿Cómo vamos a ir al futuro sin saber lo que hemos sido, sin saber cuáles han sido las grandes decepciones de la humanidad?”.
La mesa aplaudió, los invitados se levantaron y el brindis comenzó. Parecía que las palabras del padre del Rey hicieron poco eco en los presentes. Pero de eso se trata este evento, este premio. De resaltar a aquellos valientes como Lorena Puerta Bautista que se atreven a indagar en la historia de Venezuela y traer al presente esos temas que nos hicieron lo que somos hoy.
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