La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

3 de septiembre de 2015

Un poco de historia: Un salto atrás de 60 años ha dado la medicina tropical venezolana, como muchas áreas de la Salud Pública. Por esas fechas, Venezuela logró ser el primer país de América Latina en erradicar la malaria.

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Arnoldo Gabaldón Carrillo (TrujilloEstado Trujillo1 de marzo de 1909— Caracas
1 de septiembre de 1990) fue un médico, investigador y políticovenezolano.
Arnoldo Gabaldón nació el 1 de marzo de 1909 en la ciudad andina de Trujillo en
Venezuela, hijo de Joaquín Gabaldón y Virginia Carrillo Márquez. Se graduó de
pregrado en filosofía en 1928 y para 1930 obtuvo el doctorado en ciencias médicas
en la Universidad Central de Venezuela. Luego, en Hamburgo (Alemania)
completó una especialidad en el Instituto de Enfermedades Tropicales, viajando 
posteriormente en 1935 a Estados Unidos en calidad de becario de la Fundación 
Rockefeller para obtener un doctorado de la Universidad Johns Hopkins en ciencias 
de higiene con mención especial en protozoología. De regreso a Venezuela es 
nombrado para presidir la recién creada Dirección Especial de Malariología del 
Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, puesto que ocupó hasta 1950.
Bajo la dirección de Gabaldón, Venezuela se convirtió en el primer estado que
organizó una campaña a escala nacional contra la malaria, mediante la utilización
del DDT, lo que conllevó a ser los primeros en alcanzar la erradicación de esa
enfermedad en una gran área de extensión de la zona tropical.1
Gabaldón había adquirido tal fama en su país que en 1951 fue uno de los candidatos
a sustituir al recién asesinado presidente de la República,Carlos Delgado 
Chalbaud.1 Continuó asesorando la Dirección General de Malariología hasta su
jubilación en 1973.

Sanidad y Asistencia Social

En 1936 el ministro de Sanidad y Asistencia Social, Dr. Santos Dominici designa
al Dr. Arnoldo Gabaldón, Director de Malariología, y al Dr. Alberto J. Fernández,
Adjunto y Director de la Escuela de Expertos Malariólogos. Establecida la sede
de la División Nacional de Malariología en Maracay, el Dr. Gabaldón selecciona
cuidadosamente a sus colaboradores y en equipo se enfrenta al grave problema
de la malaria en el país, mediante la adopción de una estrategia que rompió
con los esquemas tradicionales de la época, y que todavía está plenamente
vigente, preparando al personal de manera acuciosa y con metodologías
definidas de acuerdo a las necesidades, acompañando el proceso de investigación
epidemiológica y control de la enfermedad con medidas antibacteriales y
antiparasitarias. Así realiza su estrategia y organiza la lucha antimalárica,
basada en experiencias prácticas de saneamiento ambiental y suministro de
medicamentos Antipalúdicos, con conocimiento profundo de la geopolítica
nacional y en contacto con la gente, convirtiéndose en un Proyecto Nacional,
que comienza a dar de inmediato resultados positivos, de tal manera que las
altas tasas de morbilidad y mortalidad palúdicas que diezmaban al país en
la época de los '30s, ya para 1944 habían disminuido considerablemente
y se vislumbraba su control.



fueron reconocidos nacional e internacionalmente.5
Además, el Dr. Gabaldón descubrió nuevas especies de parásitos maláricos,
y se dedicó a estudiar el mosquito Anopheles nuneztovari, acción que catalizó el 
reconocimiento de las necesidades educativas y de preparar los cuadros
gerenciales del Ministerio de Sanidad, mediante la creación de la escuela que
hoy lleva su nombre en Maracay, una contribución profunda y adicional.
A este programa inicial, en 1945 sigue una fase de erradicación de la malaria
mediante una campaña nacional de aplicación del insecticida sintético 
denominado del Difenil Dicloro Tricloroetileno mejor conocido como (DDT). 
El uso del polémico DDT en Venezuela se llevo a cabo de manera controlada 
gracias a la labor del químico italo-venezolano Ettore Mazzarri, fundador del 
Laboratorio Químico de Malariología en 1948. Los resultados fueron inmediatos: 
para 1950 la tasa de mortalidad por malaria en el país se había reducido a 9 
por 100.000 habitantes y se había erradicado en un área de 132.000 Km2. A 
los 10 años de iniciada, en 1955, la tasa baja a 1 por 100.000 habitantes y el 
área erradicada aumenta a 305.414 Km2. En Morón (Venezuela), zona que 
poseía los mayores índices de mortalidad por malaria, había transcurrido ya 
tres años sin ninguna defunción por este flagelo. A partir de entonces ocurre 
la gran explosión demográfica en Venezuela y se hacen patentes los logros 
alcanzados, éxitos que fueron reconocidos nacional e internacionalmente
Entre 1959 y 1964 el presidente Rómulo Betancourt designa a Gabaldón
ministro de Sanidad y Asistencia Social, desarrollando una gestión influenciada 
por sus antecedentes profesionales fundamentados en actividades médicas y 
de saneamiento ambiental en todo el país.
El doctor Arnoldo Gabaldón aplicó en el Ministerio los mismos principios
gerenciales que le aunaron una gestión exitosa en la División de Malariología:
 la precisión de objetivos fue uno de sus puntos cardinales como el que formuló
al tomar posición del cargo: “Nuestro objetivo en el campo de la salud pública 
es conseguir un aumento de seis meses en la esperanza de vida al nacer 
por cada año de trabajo”
(Guerrero y Borges, 1998, 85).
Como otros elementos significativos de su exitosa gestión, cabe destacar;
que mantuvo vigente la selección del personal competente y la
profesionalización
del mismo tanto en el país como en el exterior, modernizó la administración
de los diferentes departamentos. Su visión sobre la necesidad de una
formación o preparación para ejercer una labor eficiente en el campo de
la malariología está expresada en su libro “Una Política Sanitaria” y en las
"Cartas del Ministro" las cuales le permitió divulgar mensualmente a todo el
personal y al país sus puntos de vista; le dio prioridad a la medicina
preventiva para lo cual creo la dependencia de saneamiento ambiental en
1960. Modificó el presupuesto de sanidad invirtiendo mayores recursos en
el saneamiento ambiental. Fomentó la descentralización al firmar convenios
con los gobiernos regionales para los “servicios cooperativos”. Fortaleció
su vieja aspiración de la vivienda rural, con el propósito de ofrecer un
habitat decente para el campesino venezolano.
Gabaldón fue autor de más de 200 trabajos publicados en revistas médicas
nacionales e internacionales escritos en castellano, inglés, francés y alemán.
Por ejemplo, realizó estudios acerca de la malaria en aves, obra que le valió
ser incorporado como Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas, 
Matemáticas y Naturales que en su honor institucionalizó el Premio Arnoldo
Gabaldón para científicos menores de 40 años en las áreas de Biología,
 Física, Química y Matemática. Fue también Numerario de la Academia Nacional
de Medicina, donde ocupó el sillón X incorporándose en el año de 1972. Fue
profesor de la Cátedra Simón Bolívar de Estudios Latinoamericanos en la
Universidad de Cambridge, Inglaterra (1968-1969) y dirigió los estudios de
Post grado de la Universidad Central de Venezuela.
Gabaldón fue activo como experto de la Organización Mundial de la Salud, en
trabajos para la lucha antimalárica en países de los 5 continentes. El 15 de
febrero de 1989 se dispuso por decreto ejecutivo, que con el fin de celebrarse
el octogésimo aniversario de su nacimiento, se editara su obra escrita,
se emitiera una estampilla postal con su efigie y se diera su nombre al complejo
de edificios que conformarían la Dirección de Malariología y Saneamiento
Ambiental de Maracay.1

Aspectos Familiares

El 22 de abril de 1937 en Boconó estado Trujillo, el Dr. Gabaldón contrajo matrimonio
con María Teresa Berti, hermana de uno de sus grandes amigos: Arturo Luis Berti
y también luchador ejemplar de la lucha contra la malaria en Venezuela. Su hijo
el ingeniero Arnoldo Gabaldón Berti (Caracas, 1938) fue el primer Ministro del
 Ambiente de América Latina (1976-1979) y Presidente del Consejo de
Administración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA), durante su XIX período de sesiones, Nairobi, Kenya, 1997-1999.
Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales
(2007), fue rector de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado, jefe
de la delegación venezolana a la Cumbre Ambiental de Rio 1992 y gerente
general de la consultora ambiental Ecology & Environment de Venezuela. Su
sobrino el ingeniero Adalberto Gabaldón fue Ministro del Ambiente durante el
gobierno de transicion del presidente Ramón Velasquez (1993-1994).
El Carabobeño 30 de Agosto de 2015 - 2:06 PM
60 años atrás por epidemia de malaria en Venezuela

(Fotos Archivo)

Ana Isabel Laguna || alaguna@el-carabobeno.com
@anaisabellaguna
Un salto atrás de 60 años ha dado la medicina tropical venezolana, como muchas áreas de la Salud Pública. Por esas fechas, Venezuela logró ser el primer país de América Latina en erradicar la malaria.
Hoy, el mapa nacional de la enfermedad está más extendido al encontrado por el doctor Arnoldo Gabaldón, al asumir aquel reto como director de Malariología: En lo que va de 2015 el país se reporta como “epidémico” al elevarse a 82.702 nuevos casos, 55% más que en el período homólogo del año pasado, según último registro del Boletín Integral de la Dirección General de Salud Ambiental del Viceministerio de Redes de Salud Colectiva del Ministerio Popular para la Salud, que abarca la semana epidemiológica 33, del 16 al 22 de agosto.
Aún así, las autoridades sanitarias solo refieren de “repuntes” –a través de notas de prensa- focalizados en el estado Bolívar: Incluso, el ministro de esta cartera, Henry Ventura, anunció en junio del lanzamiento de una “micromisión contra la malaria” para centrar esfuerzos en esa región; pero de acuerdo al reporte oficial hay nuevos casos en Lara, Mérida y Distrito Capital; mientras en el boletín anterior –semana 32- también registraron en Barinas, Nueva Esparta y Trujillo. Aunque el documento oficial declara, como “estados endémicos” a Bolívar, Guárico, Amazonas, Portuguesa, Zulia y Sucre. Aunque hay 10 regiones con casos acumulativos.
“No se puede hablar de ‘repuntes’, es una epidemia nacional por la magnitud en el auge, alertó el ex ministro de Sanidad”, José Felix Oletta. Le preocupa que la malaria se esté “sembrando” en regiones en las que no existía, por la falta de autoridad del Ministerio como ente rector.                
De lo rural a lo urbano
La malaria o paludismo, como también se le llama, no se contagia de persona a persona. Se requiere de un vector, un mosquito denominado ‘Anopheles’, que al ser infectado por parásitos del género plasmodium, se lo transmiten al ser humano. Después de la infección, los parásitos migran a través del torrente sanguíneo hasta el hígado, explicó el doctor Pedro Navarro, jefe de la Cátedra de Medicina Tropical de la UCV.
Este mosquito está presente en cualquiera de estos territorios y basta que pique a una persona de Mérida que provino ya infectada de Bolívar y pique a otra que no haya salido de la región andina; así se sigue “sembrando” la afección, de acuerdo con el ex ministro.
En el 2013, según Oletta,  más de 4 mil personas que adquirieron el mal en Bolívar la “sembraron” en diversas regiones. Lo llevan registrado hasta el 18 de septiembre de ese año. “Lo grave es que desde el 2012 todos los estados fueron receptores de casos que se originaron en esa región. Lo hemos alertado muchas veces, porque es un retroceso enorme en salud pública”.
Aunque 90% de los reportes se ubican en Bolívar, sobre todo en el municipio Sifontes, donde se concentra por el ejercicio ilegal de la minería, en campamentos no adecuados y sin ninguna protección de mosquiteros ni cerca metálica, lo cual pudiera impedir la picadura de mosquitos, precisó Navarro.
Por cierto, el informe oficial revela que 76% son infecciones del tipo más leve (Plasmodium vivax) y 23,53% del más fatal (Plasmodium falciparum), al ocasionar insuficiencia renal y edema cerebral. Oletta considera grave este aumento, ya que se presenta en todas las regiones, tanto “autóctonas” como con casos importados. Esta tipología era menos de 10%, y está rozando el 30%, de forma progresiva en los últimos 5 años.
Otra gravedad: 12 por ciento de los afectados son niños menores de 10 años. “Al igual que las embarazadas,son los más susceptibles”.
Con cifras tan altas de afectados, no se habla de casos de mortalidad, ¿cómo se explica? Oletta respondió: “Hay un silencio epidemiológico en este renglón. La única información que tenemos está en los anuarios de mortalidad que están retrasados 3 años. Y solo la tiene la dirección de epidemiologia del Ministerio. Suponemos que la cifra es alta, porque un reporte sobre malaria que hace todos los años la OMS señala que Venezuela está dentro de los países donde la mortalidad ha aumentado”.
Otro dato revelador, extraído del boletín oficial es lo referente al Índice Parasitario Anual (IPA), que se ubica en 22 Significa que 22 personas por cada mil individuos -en los territorios donde hay transmisión- tienen la enfermedad.  “Este valor debería ser menos de 5 y cuando está por encima de 10 es porque está ‘fuera de control’. Hace 4 años, este valor era 8”.

¿Y las soluciones?
La OMS ha establecido que una de las estrategias vitales para interrumpir la transmisión es el uso de mosquiteros impregnados en insecticidas. En el país tenemos más de un millón de personas en zonas de vulnerabilidad y el Ministerio el año pasado admitió que había adquirido –de acuerdo con la memoria y cuenta- unos 3 mil.
Con establecer un cordón sanitario en el municipio Sifontes de Bolívar se controlaría la propagación, porque allí está circunscrito, pero la minería se ha convertido incontrolable, es un problema de Estado, precisó Navarro. Sugiere la intervención del Ejército y de los organismos sanitarios.
Para Olleta no hay cerco posible. “Es un problema cultural, de control social y de educación, porque hay personas que tienen la enfermedad y no van al médico, otras reciben tratamiento incompleto, y la enfermedad les continúa; mientras hay quienes se exponen en su ambiente, no tienen mosquiteros en sus hogares, y gran parte no lo puede hacer en medio de la selva.
Mientras en nuestro país aumenta el número de casos entre año y año, en los países vecinos se reducen en más del 40%, como Colombia y Brasil, según registros de la OMS. Y lo insólito: La malaria no es la única enfermedad en reaparecer en Venezuela. Igual ocurrió con el dengue, la leishmaniasis y la tuberculosis. Se trata de las llamadas ‘enfermedades de la vergüenza’, porque es injustificable que un país con miles de millones de dólares en ingresos petroleros en la última década existan estas reapariciones, reflexionó Oletta.




















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