La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

19 de enero de 2016

La extraordinaria soprano ligera venezolana Fedora Alemán en la década de los cincuenta, su carrera se vio consolidada tanto por sus múltiples presentaciones a todo lo largo del territorio venezolano, como por sus giras a nivel internacional.

Fedora Alemán. Biografía

El musicólogo Felipe Sangiorgi escribió este texto sobre la soprano Fedora Alemán, publicado en el librito del disco "Retrospectiva", que se editó y presentó en 1982 con motivo de los 50 años de carrera artística de la cantante lírica.

FELIPE SANGIORGI
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
lunes 3 de noviembre de 2014  09:48 AM
La extraordinaria soprano ligera venezolana Fedora Alemán nació el 11 de octubre de 1912 en Caracas, donde realizó sus primeros estudios de piano y canto con el maestro Andrés Delgado Pardo y luego en la Escuela de Música y Declamación con la profesora María Irazábal. Posteriormente prosiguió sus estudios en los Estados Unidos con el maestro Fausto Cleva del Metropolitan Opera de Nueva York. A su regreso a Caracas, conoció al profesor vienés Alfredo Hollander, quien fue en realidad su maestro y tutor por muchos años. En sus viajes a Europa, Fedora Alemán asistió a diversos cursos de perfeccionamiento con renombrados profesores como lo fueron Jean Giraudeau, Janine Micheau, Gino Becky, Ivonne Gall y Gianna Perea-Labia.

En 1932 Fedora Alemán realizó su primera presentación en público en el Teatro Municipal de Caracas, dando inicio así a una larga, fructífera y exitosa trayectoria profesional en el canto. Poco después, hacia 1934, viaja a los Estados Unidos por primera vez, donde continúa sus estudios, realiza varias presentaciones y se casa con Mario Di Polo. En 1939 regresa a Caracas y comienza a ofrecer recitales y conciertos por todo el país. Se presenta también dos veces por semana en la radio, especialmente en Radio Caracas, siendo acompañada por las orquestas de Pedro Antonio Ríos Reyna, Ángel Sauce, Augusto Brandt y otros. Igualmente a la llegada de la televisión (Televisa), actúa numerosas veces, actividad que mantiene regularmente hasta la década de los sesenta.

En 1947 canta su primera ópera, La Serva Padrona de Pergolessi, junto a su maestro Alfredo Hollander. En 1949 realiza una gira por los Estados Unidos junto a María Luisa Escobar, ofreciendo un repertorio con obras latinoamericanas y venezolanas. Se presenta en el Carnegie Hall y en el Town Hall, de Nueva York, así como en la Unión Panamericana, en Washington D.C., con los trajes típicos venezolanos como el de Princesa Guajira, el de los Andes y el de la Venezolana del Siglo XVIII. Actúa también en la televisión norteamericana. El 9 de junio de 1949, en el Teatro Municipal de Caracas, interpreta el rol de Gilda, de la ópera Rigoletto, cuando sustituyó a la protagonista por una enfermedad repentina. Así mismo, el 16 de junio, sorpresivamente y sin ensayo previo, reemplazó a la protagonista en el último ato de La Traviata.

En la década de los cincuenta, su carrera se vio consolidada tanto por sus múltiples presentaciones a todo lo largo del territorio venezolano, como por sus giras a nivel internacional. En el Primer Festival de Música Contemporánea de Caracas, 1954, interpretó a petición del propio compositor, la Cantilena de la Bachiana Brasileira No. 5 de Heitor Villalobos. En Madrid estrenó las Cuatro Canciones Sefardíes del compositor español Joaquín Rodrigo. Su carrera internacional se vio notablemente impulsada después de su participación en 1962 en el Festival "Mayo Musical de Bordeaux". En esta oportunidad se presentó acompañada por Joaquín Rodrigo al piano y cantando su obra La Grotte, escrita en conmemoración del Centenario del Natalicio de Debussy. A raíz de esta presentación fue contratada regularmente para ir a cantar a Europa, especialmente en Francia. Fue invitada frecuentemente del Gran Teatro de Bordeaux para personificar los roles protagónicos de La Traviata, Rigoletto y Los Pescadores de Perlas. Así mismo ofreció anualmente numerosos recitales y conciertos con orquesta en importantes salas europeas. A lo largo de sus presentaciones internacionales, visitó Berlín, Düsseldorf, Colonia, Varsovia, Klagenfurt, Viena, Gratz, Jerusalén, Tel Aviv, Madrid, París, Bordeaux, Roma, Capri, Padula, Belgrado, Bogotá, México, Santo Domingo, Haití, Curazao, Trinidad, Puerto Rico, Río de Janeiro, Nueva York, Washington D.C, Baltimore, Miami y Filadelfia. Tras la muerte de su esposo, ocurrida en 1975, Fedora Alemán disminuye notablemente su actividad a nivel internacional.

En 1969 Fedora Alemán realiza el rol protagónico en el reestreno de la ópera Virginia, del compositor venezolano José Ángel Montero (1832-1881), rescata de un olvido de casi cien años por Rházes Hernández López y el maestro Primo Casale, quien se ocupó de su revisión, reconstrucción, así como de su posterior dirección y montaje.

Durante ocho años se desempeñó como Profesora de Canto en la Escuela de Música Juan Manuel Olivares y en el Conservatorio Nacional de Música Juan José Landaeta. Entre sus alumnos se encuentran Isabel Palacios, Mariela Valladares, Ana María Fernaud, Alfredo Rugeles, Gonzalo Peña y Carmen Quesada.

En 1989 Fedora Alemán se retira definitivamente del canto, sin embargo, su espíritu emprendedor mantiene activa a esta gran artista venezolana, quien desde 1985 se desempeña como Directora de Música de Fundarte y Directora del Museo del Teclado. Allí realiza una encomiable labor en pro de la cultura venezolana y latinoamericana.

A lo largo de su trayectoria artística, Fedora Alemán interpretó un extenso y variado repertorio, que incluye obras universales, latinoamericanas y venezolanas. Realizó el papel protagónico de las óperas Las Bodas de Fígaro (Mozart), Cosi fan tutte (Mozart), El Matrimonio Secreto (Cimarosa), Don Pascuale (Donizetti), La Serva Padrona (Pergolesi), El Teléfono (Menotti), El Retablo de Maese Pedro (De Falla), La Traviata (Verdi), Los Pescadores de Perla (Bizet), El Barbero de Sevilla (Rossini) y Virginia (José Ángel Montero). Además de las óperas también interpretó grandes obras del repertorio universal, como El Mesías (Handel), La Demoiselle Elue (Debussy), Canto a Sevilla (Turina), Cuarta Sinfonía (Mahler), Cuatro Madrigales Amatorios (Rodrigo), L'Enfant Prodigue (Debussy), Les Nuits D'Eté (Berlioz) y la Novena Sinfonía (Beethoven).

A pesar del éxito obtenido en las interpretaciones de todas estas grandes obras, Fedora Alemán siempre mostró predilección por los recitales con acompañamiento de piano. En ellos la artista se expresa libremente como es, con su personalidad propia, sus gustos musicales, sus interpretaciones sentidas y su visión del arte musical. En este sentido, su repertorio incluyó un gran número de obras francesas, españolas, italianas y sobre todo latinoamericanas y venezolanas. Cabe destacar la importancia que le dio a las creaciones de los compositores de nuestro continente, incluyendo de manera sistemática sus obras en los programas de concierto y fomentando el estudio de este repertorio entre colegas y alumnos.

Su bella y disciplinada voz ha inspirado a muchos compositores a escribir obras que luego le fueron dedicadas. Entre estos creadores se encuentran Antonio Estévez, Rházes Hernández López, Joaquín Rodrigo, Blanca Estrella de Méscoli, Juan Bautista Plaza, Isabel Aretz, Inocente Carreño, Moisés Moleiro, Ana Mercedes Asuaje de Rugeles, José Antonio Calcaño, María Luisa Escobar, Raimundo Pereira, José Reina y Ángel Sauce.

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