La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

21 de febrero de 2011

Exposición Internacional de Pintura. con motivo del Cuatricentenario de Valencia

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A medida que avanzaba el corto tiempo de que disponían para lograr la realización de los planes que tenían, Frida Añez y su equipo hacían diligencias para conseguir los recursos necesarios para llevar a cabo los objetivos planteados,  entrevistándose con autoridades oficiales no sólo regionales sino en Caracas, con el Ejecutivo Nacional y del sector privado que colaboraron efectivamente costeando o exonerando algunas cantidades  por trámites legales, pero lo recaudado no alcanzaba para cubrir  la fianza exigida para que los cuadros de los pintores extranjeros salieran del Puerto de La Guaira y además de un seguro, que garantizara su protección y costo en caso de algún accidente mientras estaban en Venezuela…Ese dinero no lo había. Por lo que surgió uno de los actos más hermosos que he visto que un valenciano haga por su ciudad, y que lamentablemente con el paso de los años, he visto como quien lo hizo todo con el mayor desprendimiento humano posible,  no ha sido reconocido menos aún recordada su memoria (sólo el periodista Alfredo Fermín lo hace en sus escritos en el Carabobeño y Don Luis Ovalles en la Casa Páez en sabrosas conversaciones) por ninguno de los tantos amigos que disfrutaron su hospitalidad espléndida en su casa de Mañongo. Pues bien…el joven Luis Eduardo Chávez colocó el edificio “Chávez” ubicado en una esquina de la Plaza Bolívar, como fianza para cancelar lo necesario para que la Exposición Internacional de Pintura pudiera realizarse, y poder pagar la fianza y el seguro exigidos, entrando así los cuadros  en el país y llegaron al Ateneo Valencia para la Exposición Internacional. Destaco que entre tantas gentes pudientes en la ciudad, nadie tuvo esa GENEROSIDAD para con la tierra
que tanto les había dado, y que en su caso era su terruño y el Ateneo "su alma".




Por lo tanto, no siendo yo valenciana, al saber ese gesto increíble pensé que a la muerte de Luis Eduardo Chávez (Valencia 1908-Valencia 1987), el Ateneo de la ciudad a quien se mantuvo fiel y se dedicó hasta el final, y la comunidad en general salvarían de la voracidad material familiar, el Museo Escuela de Mañongo,llena siempre de visitantes que aprovechaban al máximo su calidad de anfitrión, que era la casa del artista valenciano, pues en 1955 Luis Eduardo Chávez sin importarle ni el ruego de sus familiares ni el de sus amigos más cercanos, puso en riesgo su propio patrimonio familiar, el de sus padres, por el bien de su ciudad natal y por ende de su gente. Siempre creí que se organizaría como él lo hacía por Valencia, por su Ateneo y sus necesidades, una colecta entre la cantidad de personas de altos recursos monetarios que lo visitaban o formaban la Escuela de Mañongo, o que se decían “sus amigos”, más los organismos oficiales de la ciudad y alguna que otra empresa privada, iban a cancelar las cantidades monetarias, que voraces parientes del artista solicitaban por sus propiedades o negociarían para no perderlas como sucedió. Cabe decir que Frida Añez le propuso como su amiga y Gerente de Administración de la Corporación “Cerámica Carabobo” una y otra vez a Luis Eduardo, mantener la casa-museo como él lo merecía, y el artista se negaba porque “ese legado era para el Ateneo de Valencia, como él lo había prometido”, pues esa institución era su querencia total desde su fundación, cuando participó tan activamente junto a María Clemencia Camarán, y las demás damas y caballeros que fundaron  ese Centro cultural en un rincón del alto de la funeraria de la Familia Klose en la Calle Páez en 1936…De la casa-museo tan hermosa, sus jardines cuidados por el maestro y de la colección de arte y piezas tan queridas por el artista no queda nada, solo una venta de materiales para la construcción sobre su terreno…


La pesadilla de la ingratitud, la desidia y el olvido.

En vista de la ausencia absoluta de reconocimiento a la memoria, amor por Valencia y generosidad de Luis Eduardo Chávez, en nombre de su amiga Frida Añez, colocaremos unos artículos a través de los cuales recordaremos al maestro, para que las nuevas generaciones y quienes lean este blog  dedicado a ella, sepan de su existencia y lo que significó para “su ciudad”,  para eso reproduciremos un material publicado en el blog“elmurotelamenta.com” el 30 de abril del 2008 con motivo de los 100 años del nacimiento del recordado maestro  suministrado por los señores Freddy Ortega y Luis Herrera V. y Florana Rodríguez de Morales a quienes damos nuestras más sinceras gracias.




LUIS EDUARDO CHÁVEZ, nace en Valencia el 4 de Mayo de 1908, ciudad donde fallece en 1987. Es el quinto y último hijo del matrimonio constituido por don Luís Chávez y doña Socorro Lozano, ambos de añeja raigambre valenciana.
Recibe la educación primaria en el Colegio “Don Bosco”, perteneciente a la Orden Salesiana. Más tarde, en el bienio 1930-1932, estudiará pintura con el maestro Leopoldo La Madríz. Durante su permanencia en Londres, en 1936, realizará cursos de Decoración Interior.
DISTINCIONES:
Palmas Académicas de Washington (1938), Orden “Sol de Carabobo” (1973), Premio “Ateneo de Valencia” (Salón ARTURO MICHELENA 1944), Premio “Club de Leones” (Salón Arturo Michelena 1949), Premio “Abdón Pinto” (Salón Arturo Michelena 1950), Premio “Emilio Boggio” (Salón Arturo Michelena 1957), Medallas de Méritos de la Sociedad “Amigos de Valencia” y la Cámara de Comercio de Valencia, Placa del Ateneo de Valencia, mediante la cual se lo reconoce como benefactor de la Institución, Placas de reconocimiento de la Base Naval “Agustín Armario”, Alumnos de la Escuela de Pintura “Mañongo”, Artistas de Carabobo e inversiones “La lira”, y Diploma que lo acredita como Miembro Honorario del Centro Excursionista de Valencia.






ACTIVIDAD CULTURAL:
Integrante fundador del Orfeón Carabobo (1932-1938) Miembro fundador de la Sociedad Amigos de Valencia, Miembro fundador del Centro de Excursionistas Cabriales (1930), Fundador y Directivo de la Sociedad Amigos del Inmigrante (1947) con Don Oswaldo Feo Caballero, Presidente del Comité Organizador de los actos conmemorativos del cincuentenario de la muerte del pintor Arturo Michelena (1948), Miembro fundador del Ateneo de Valencia (1936), Primer bajo del Orfeón Valencia (l9471952), Primer bajo del grupo coral “Madrigalistas de Valencia” (1949-1952), Presidente fundador del Comité de Orquideología del Estado Carabobo (1951-1960), Colaborador en la organización del homenaje tributado en Valencia a Don Manuel de Falla en la semana de su muerte, Realizador, conjuntamente con Frida Añez, Presidenta del Ateneo de Valencia y demás directivos de dicho centro, de la primera exposición internacional de pintura efectuada en Venezuela (1955), Miembro fundador de la Asociación Carabobeña de Arte Teatral (1956), Miembro fundador y colaborador permanente del primer grupo coral del Ateneo de Valencia (1958-1960).
En 1933 y 1934 ofrece una muestra de su obra pictórica en el Ateneo de Caracas y posteriormente en Valencia. Entre 1936 y 1943, año éste en que es fundado el Salón ARTURO MICHELENA, participa en todas las exposiciones colectivas de pintura patrocinadas por el Ateneo de Valencia y realiza varias exposiciones de carácter individual. En 1956 gestiona con éxito ante su amigo, el maestro Vicente Emilio Sojo, dos presentaciones del Orfeón Lamas en Valencia; presentaciones que vienen a ser las primeras que efect0a dicho selecto grupo coral fuera de la ciudad de Caracas. En esta oportunidad le ofrece valiosa colaboración Graciela Gómez.






Una Casa convertida en escuela de Arte
La vida y las casas de los ‘artistas siempre nos interesan porque están fuera de lo común y cotidiano Esta vez Pandora (revista dominical de El Nacional en esos años) visitó a un conocido y querido pintor que reside en Valencia: Don Luís Eduardo Chávez. ‘Las casas como los seres humanos, conservan las huellas y las sombras de la personas que por algún instante se hayan refugiado %.en ella”, escribía Aquiles Nazoa recordando la morada de Don Luís. Don Luís nos cuenta de una manera muy florida y dramática los comienzos de la casa, “Fue construida hace 20 años en un lugar donde existía un bosque y la única vía de acceso era por una pica, en jeep. La inspiración vino de “Paso Real”, la hacienda de .J. A. Cordido Freites” y salió la casa que yo quería para albergar mi ya grande colección de cuadros y pinturas y los peroles viejos de mi familia.”“Lo más impactante es el gran salón de 64 metros cuadrados con un techo altísimo. Las paredes están totalmente tapizadas con una extensísima colección de cuadros. Vemos pinturas de Michelena, Herrera Toro. Rivero Sanabria, Mujica, Guevara Moreno, Salazar. Orozco. varios ejemplares de las Escuelas de Caracas y Valencia Don Luís nos dice: “Yo me considero un personaje del Renacimiento. Me encantan las sortijas pero sin venenos, Este salón ha sido escenario de innumerables veladas de conciertos de cámara, tríos y cuartetos, Rosarito Marciano inauguró el piano y Yute Westfal desembaló un “cembalo” o clavicordio, porque su mayor deseo era tocarlo en este salón por p vez”. Entre anécdota y anécdota admiramos dos sillas victorianas auténticas, un sagrario que perteneció a un altar barroco de una iglesia en Barinas, una mesa reconstruida por Don Luís. Unas magníficas briseras adornan una consola detrás del sofá. De allí nos encaminamos al comedor pasando por un pasillo donde admiramos una “pared” de cuadros de artistas ingenuos. En el comedor nos deleitamos con la colección de platos: un plato proviene de la vajilla de Arturo Michelena, otra de las vajillas del General Páez, de Pérez Soto, Mérida. José Valderrama, Carlos Sanoja, Uribe y José Rangel. Destaca una magnífica lámpara de baccarat hecha por Don Luis: le tomó 11 años hacerla. La mesa de comedor fue tallada en Barcelona de Anzoátegui. Nos deslumbran una vitrina victoriana traída de Inglaterra, unos aguamaniles herencia de su mamá y sus tías y varias briseras, mientras escuchamos “Le quattro Stagioni” de Vivaldi. En el corredor que bordea dos lados de la casa abundan los helechos, las flores y las orquídeas, cultivadas personalmente por el dueño de casa. El corredor es escenario de la Escuela de Mañongo, creada hace 14 años por el “maestro” como cariñosamente lo llaman sus discípulos. Una enorme botija adorna una esquina.
“Siempre estoy rodeado de verdes y la casa está construida dentro de lo verde”, dice mientras muestra una colección de más de 30 matas de cayena y 25 plantas.
A esta primera referencia a Don Luis Eduardo Chávez debemos agregar que como demostración de su gran generosidad observada en tantas actividades desplegadas desde muy joven en pro de su ciudad, nunca para proyectar su EGO PERSONAL sino su capacidad de gerente promotor cultural casi siempre junto a Oswaldo Feo Caballero, cuando el Cuatricentenario de Valencia en el año 1955, coloco la Casa Familiar ubicada en la Plaza Bolívar, la conocida sastrería Chávez, como fianza para que los restantes miembros del Ateneo de Valencia, a saber: Su Presidenta Frida Añez, su secretaria Mary Schwarzemberg, Carlos Luis Ferrero Tamayo , Braulio Salazar y Oswaldo Vigas acreditado en Europa, integrantes junto al maestro Chávez de la Comisión para la Organización de la Exposición Internacional de Valencia pudieran movilizar los cuadros enviados desde las diferentes artes del mundo exigiendo un seguro para entrar por el Puerto de La Guaira, ya que el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez dejó a los valenciano TODA LA ORGANIZACION Y DILIGENCIAS PARA EL EVENTO. Gracias a ese gesto que hubiera significado la pérdida total de parte de la herencia familiar se pudo cumplir con el trámite burocrático oficial en la aduana marítima.

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