Su legado artístico permanecerá por siempre en Carabobo y el mundo
¡Hasta siempre maestro! Murió Wladimir Zabaleta
- El ganador del premio Salón Arturo Michelena en el año 1975 y Honoris Causa de la Universidad de Carabobo, será velado en la funeraria Santa Rosa en la avenida Paseo Cabriales a partir de las 11 de la mañana. (Archivo / )
María Beatriz Henríquez/Marlene Piña /Eulimar Gómez
Valencia, septiembre 3.- El fallecimiento del reconocido pintor y escultor Wladimir Zabaleta, enluta a la comunidad carabobeña y al país, por el legado que ha dejado tras dedicar 50 años de su vida a las artes plásticas, labor incansable e indiscutible que libró hasta el final de sus días. En su andar, lo más importante fue siempre la pintura, lo que determinó el secreto de sus logros.
El artista falleció a las 4:00 de la mañana de este martes 3 de septiembre, a consecuencia de un paro respiratorio, tras permanecer varios días en un centro clínico de la ciudad.
Zabaleta nació en Valencia, el 12 de mayo de 1944, en el sector Las Cocuicitas. Desde niño demostró "talento a borbotones", según lo describe la crítica de arte Bélgica Rodríguez, en su libro Wladimir Zabaleta, publicado por Funproindes-UC.
Allí la prestigiosa historiadora -en el prólogo- resalta su fascinación por el Cabriales y que ese talento se acrecentó con la disciplina de sus estudios, viajes y la observación a sus maestros.
Su primer dibujo lo hizo -según contó en una oportunidad a Notitarde- a los 4 años de edad y fue un pelícano en un lago, su primer "síntoma" de artista, una profesión que ejerció con total pasión y dedicación.
En el año 1953 inició su preparación académica con la profesora Olguita Guerra en la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena y en 1958 comenzó clases formales con los maestros Braulio Salazar, Toledo Tovar, Jacobo Borges y Pedro León Castro.
En su alma máter también fue profesor -con tan solo 17 años de edad- por petición del mismo Braulio Salazar e impartió la cátedra de Arte y Percepción Visual; y según la anécdota del mismo Zabaleta, se quedó mudo en la primera clase pues sabía tanto que realmente no sabía qué decir.
Y es que una carrera artística brillante lo esperaba, pues a los 20 años ganó el Premio Andrés Pérez Mujica del Salón Michelena y a los 31, obtuvo el premio mayor Arturo Michelena; abriendo su camino hacia otras exposiciones y muestras a nivel mundial.
Desde 1965 hasta 1969 estuvo en París, donde tuvo contacto con los movimientos contemporáneos, lo que determinó su interés por el arte constructivo. Allí trabajó en el Taller de Obras Múltiples de la Galería Denise René. En 1967 también se traslada hasta México para adquirir conocimientos de las culturas mesoamericanas en el Museo Nacional de Antropología.
Durante sus primeros viajes trabajó con Carlos Cruz-Diez en París y conoció también a Jesús Soto y Julio Le Parc, quienes le enseñaron los principios del cinetismo.
El maestro Zabaleta formó parte de una generación de artistas emergentes que -en la década de los setenta- desarrollaban una actividad exhibida en importantes eventos que hacían en el Ateneo de Caracas y diversas galerías.
Fue docente y director de las escuelas de artes plásticas Carmelo Fernández de San Felipe (1971-1976) y en 1979 de la Escuela de Arte Arturo Michelena.
En 1981 participó en la XVI Bienal de Sao Paulo y la IV Bienal de Medellín, Colombia. Asimismo, entre los años 1984 y 1985 fue docente en la Escuela de Artes Plásticas Rafael Monasterios de Maracay, estado Aragua; y desde 1984 hasta 1986 fue asesor de la Dirección de Cultura del estado Carabobo.
Vivió en Nueva York hasta finales de 1997 y para el año 1999 retorna a Valencia, su ciudad natal. En 2004 ingresó a la exposición permanente del Museum Of Latin American Art de Long Beach, California, con la obra "Dos Visiones". Asimismo, la "Maga Nocturna" embellece los espacios del Centro Comercial Chipichape y del Hotel Spiwak, al norte de la ciudad de Cali, en Colombia.
Sus creaciones que permanecen en galerías de Nueva York, Argentina, Colombia, España, Canadá, México y Centro América, van desde el arte abstracto, barroco, relieves, esculturas y la deconstrucción -un movimiento caracterizado por el diseño no lineal-, práctica que constituye su legado en la plástica nacional.
En 2010 la Universidad de Carabobo le confirió el Doctorado Honoris Causa en Educación, por su aporte cultural y académico como resultado de sus años de trayectoria artística.
Las obras en su ciudad
Vale mencionar algunas obras que destacan en esta ciudad como lo es "Homenaje a Nuestra Señora", una imponente obra -hecha de acero inoxidable y siete metros de altura- que está ubicada en Naguanagua, frente a la Redoma de Guaparo, basada en las infantas y meninas del artista español Diego Velázquez. Dicha creación es parte de la primera etapa del Proyecto Cultural Naguanagua Ciudad Museo.
Asimismo, para 1998, cuando la remodelación de la Plaza Monumental de Toros -entre otras obras- fue incorporada la escultura "Toro Monumental" de Wladimir Zabaleta. Además ha sido el artífice de muchas colecciones privadas, como el mural del Insituto de Especialidades Quirúrgicas (IEQ).
El Parque Fernando Peñalver de Valencia también ofrece en sus espacios una exposición permanente desde 2012, compuesto por las fantásticas Meninas y murales con la familia de Carlos IV -en total 14 obras- como parte del Museo Cielo Abierto promovido por la Gobernación de Carabobo.
"La Maga de la Mandolina"
El maestro Zabaleta comentó durante una entrevista a Notitarde, que el mismo Braulio Salazar lo había orientado con quién se tenía que casar, ya que le decía que una mujer acababa con un pintor si no le interesaba la pintura. Pero Zabaleta aseguró que su caso fue diferente, ya que en 1980 se casó -por segunda vez- y con Carmen Cristina Chazzín de Zabaleta, quien lo acompañó hasta su último aliento; madre de Wladimir Zabaleta Chazzín.
Ella significó muchos años de solidaridad, compartiendo grandes luchas "sobre todo cuando aún no alcanzaba éxito". A su esposa la pintó y el retrato llamado "La Maga de la Mandolina" se exhibe en la Galería de Arte Nacional.
Wladimir Zabaleta fue un artista a "manos llenas" y como persona, un hombre con sentido del humor agudo, a donde llegaba se imponía, captaba la atención de todos y desataba expresiones de admiración como la de "el maestro Zabaleta".
"Su legado será eterno"
Ayer en los actos velatorios, su esposa Carmen Cristina Chazzin de Zabaleta y su hijo Wladimir Zabaleta agradecieron a los medios de comunicacion, por el apoyo brindado al artista en tantos años de entrega a la ciudad a través del arte y su amor a Valencia, al tiempo que resaltaron su compromiso con la inmortalidad de las obras del destacado carabobeño. "Su legado será tan eterno como su memoria. Seguirá tan presente siempre como lo está hoy, mi hijo y yo realizaremos sus sueños" dijo Chazzin de Zabaleta.
Entre los allegados del pintor y escultor se puso observar en la fubneraria al cronista de la Universidad de Carabobo Iván Hurtado, la secretaria general del colegio de periodistas Maria Torres, el presidente de Notitarde, Ricardo Dewitz, Luis León Guerra, María Luisa de Maldonado, entre numerosos artistas y amigos de la familia Zabaleta Chazzin.
Los candidatos a la alcaldía de Valencia Miguel Flores y Miguel Cocchiola tambien hicieron acto de presencia para expresar sus condolencias. Este ultimo expresó en relación a la pérdida física de Wladimir Zabaleta: "Valencia lo perdió todo, perdió un ser humano invaluable que amaba ser accesible y parte real de la ciudad. Nos quedan maravillosas obras que serán parte de nuestra cultura por siempre" dijo.
La cultura venezolana perdió a uno de sus grandes bastiones
Testimonios de amistad, solidaridad, gratitud y reconocimiento a su trabajo se sintieron entre distintos sectores carabobeños.
Elis Mercado, presidente del Ateneo de Valencia y ex rector de la UC, afirmó que la cultura valenciana, carabobeña y venezolana ha perdido a uno de sus grandes bastiones. "Si algo puede definir a Wladimir Zabaleta fue su gran sensibilidad, espíritu creativo, solidaridad humana y fe profunda en el ser humano y en el arte como una vía de redención del hombre. Quienes lo conocimos y supimos de sus orientaciones, comentarios, críticas y aportes, sabemos lo que hemos perdido".
"Ojalá que la sociedad valenciana haya valorado el tránsito vital de Wladimir. Un tránsito enriquecedor, un hombre que nos acompañó a los del Ateneo en esta lucha tenaz, persistente y a veces porfiada por mantener en alto los valores de la creatividad, creación, reflexión, crítica y libertad".
Consideró que además de ser un gran artista y promotor del arte y la cultura, era consecuentemente un ciudadano cultural.
Lunes Rodríguez, director de la Galería Universitaria "Braulio Salazar", consideró que Wladimir Zabaleta es el último gran maestro que queda en Valencia. "La categoría de maestro no es solamente saber pintar, dibujar o esculpir. Un maestro es un docente y un gran reproductor del conocimiento, y hasta sus últimos días estuvo trabajando en nuevos proyectos".
Gustavo Urriola, quien fue director general de la Alcaldía durante la gestión del ex alcalde Francisco "Paco" Cabrera, recordó que Wladimir fue una persona muy allegada, con quien desarrolló desde hace muchos años una amistad conjuntamente con "Paco".
El artista falleció a las 4:00 de la mañana de este martes 3 de septiembre, a consecuencia de un paro respiratorio, tras permanecer varios días en un centro clínico de la ciudad.
Zabaleta nació en Valencia, el 12 de mayo de 1944, en el sector Las Cocuicitas. Desde niño demostró "talento a borbotones", según lo describe la crítica de arte Bélgica Rodríguez, en su libro Wladimir Zabaleta, publicado por Funproindes-UC.
Allí la prestigiosa historiadora -en el prólogo- resalta su fascinación por el Cabriales y que ese talento se acrecentó con la disciplina de sus estudios, viajes y la observación a sus maestros.
Su primer dibujo lo hizo -según contó en una oportunidad a Notitarde- a los 4 años de edad y fue un pelícano en un lago, su primer "síntoma" de artista, una profesión que ejerció con total pasión y dedicación.
En el año 1953 inició su preparación académica con la profesora Olguita Guerra en la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena y en 1958 comenzó clases formales con los maestros Braulio Salazar, Toledo Tovar, Jacobo Borges y Pedro León Castro.
En su alma máter también fue profesor -con tan solo 17 años de edad- por petición del mismo Braulio Salazar e impartió la cátedra de Arte y Percepción Visual; y según la anécdota del mismo Zabaleta, se quedó mudo en la primera clase pues sabía tanto que realmente no sabía qué decir.
Y es que una carrera artística brillante lo esperaba, pues a los 20 años ganó el Premio Andrés Pérez Mujica del Salón Michelena y a los 31, obtuvo el premio mayor Arturo Michelena; abriendo su camino hacia otras exposiciones y muestras a nivel mundial.
Desde 1965 hasta 1969 estuvo en París, donde tuvo contacto con los movimientos contemporáneos, lo que determinó su interés por el arte constructivo. Allí trabajó en el Taller de Obras Múltiples de la Galería Denise René. En 1967 también se traslada hasta México para adquirir conocimientos de las culturas mesoamericanas en el Museo Nacional de Antropología.
Durante sus primeros viajes trabajó con Carlos Cruz-Diez en París y conoció también a Jesús Soto y Julio Le Parc, quienes le enseñaron los principios del cinetismo.
El maestro Zabaleta formó parte de una generación de artistas emergentes que -en la década de los setenta- desarrollaban una actividad exhibida en importantes eventos que hacían en el Ateneo de Caracas y diversas galerías.
Fue docente y director de las escuelas de artes plásticas Carmelo Fernández de San Felipe (1971-1976) y en 1979 de la Escuela de Arte Arturo Michelena.
En 1981 participó en la XVI Bienal de Sao Paulo y la IV Bienal de Medellín, Colombia. Asimismo, entre los años 1984 y 1985 fue docente en la Escuela de Artes Plásticas Rafael Monasterios de Maracay, estado Aragua; y desde 1984 hasta 1986 fue asesor de la Dirección de Cultura del estado Carabobo.
Vivió en Nueva York hasta finales de 1997 y para el año 1999 retorna a Valencia, su ciudad natal. En 2004 ingresó a la exposición permanente del Museum Of Latin American Art de Long Beach, California, con la obra "Dos Visiones". Asimismo, la "Maga Nocturna" embellece los espacios del Centro Comercial Chipichape y del Hotel Spiwak, al norte de la ciudad de Cali, en Colombia.
Sus creaciones que permanecen en galerías de Nueva York, Argentina, Colombia, España, Canadá, México y Centro América, van desde el arte abstracto, barroco, relieves, esculturas y la deconstrucción -un movimiento caracterizado por el diseño no lineal-, práctica que constituye su legado en la plástica nacional.
En 2010 la Universidad de Carabobo le confirió el Doctorado Honoris Causa en Educación, por su aporte cultural y académico como resultado de sus años de trayectoria artística.
Las obras en su ciudad
Vale mencionar algunas obras que destacan en esta ciudad como lo es "Homenaje a Nuestra Señora", una imponente obra -hecha de acero inoxidable y siete metros de altura- que está ubicada en Naguanagua, frente a la Redoma de Guaparo, basada en las infantas y meninas del artista español Diego Velázquez. Dicha creación es parte de la primera etapa del Proyecto Cultural Naguanagua Ciudad Museo.
Asimismo, para 1998, cuando la remodelación de la Plaza Monumental de Toros -entre otras obras- fue incorporada la escultura "Toro Monumental" de Wladimir Zabaleta. Además ha sido el artífice de muchas colecciones privadas, como el mural del Insituto de Especialidades Quirúrgicas (IEQ).
El Parque Fernando Peñalver de Valencia también ofrece en sus espacios una exposición permanente desde 2012, compuesto por las fantásticas Meninas y murales con la familia de Carlos IV -en total 14 obras- como parte del Museo Cielo Abierto promovido por la Gobernación de Carabobo.
"La Maga de la Mandolina"
El maestro Zabaleta comentó durante una entrevista a Notitarde, que el mismo Braulio Salazar lo había orientado con quién se tenía que casar, ya que le decía que una mujer acababa con un pintor si no le interesaba la pintura. Pero Zabaleta aseguró que su caso fue diferente, ya que en 1980 se casó -por segunda vez- y con Carmen Cristina Chazzín de Zabaleta, quien lo acompañó hasta su último aliento; madre de Wladimir Zabaleta Chazzín.
Ella significó muchos años de solidaridad, compartiendo grandes luchas "sobre todo cuando aún no alcanzaba éxito". A su esposa la pintó y el retrato llamado "La Maga de la Mandolina" se exhibe en la Galería de Arte Nacional.
Wladimir Zabaleta fue un artista a "manos llenas" y como persona, un hombre con sentido del humor agudo, a donde llegaba se imponía, captaba la atención de todos y desataba expresiones de admiración como la de "el maestro Zabaleta".
"Su legado será eterno"
Ayer en los actos velatorios, su esposa Carmen Cristina Chazzin de Zabaleta y su hijo Wladimir Zabaleta agradecieron a los medios de comunicacion, por el apoyo brindado al artista en tantos años de entrega a la ciudad a través del arte y su amor a Valencia, al tiempo que resaltaron su compromiso con la inmortalidad de las obras del destacado carabobeño. "Su legado será tan eterno como su memoria. Seguirá tan presente siempre como lo está hoy, mi hijo y yo realizaremos sus sueños" dijo Chazzin de Zabaleta.
Entre los allegados del pintor y escultor se puso observar en la fubneraria al cronista de la Universidad de Carabobo Iván Hurtado, la secretaria general del colegio de periodistas Maria Torres, el presidente de Notitarde, Ricardo Dewitz, Luis León Guerra, María Luisa de Maldonado, entre numerosos artistas y amigos de la familia Zabaleta Chazzin.
Los candidatos a la alcaldía de Valencia Miguel Flores y Miguel Cocchiola tambien hicieron acto de presencia para expresar sus condolencias. Este ultimo expresó en relación a la pérdida física de Wladimir Zabaleta: "Valencia lo perdió todo, perdió un ser humano invaluable que amaba ser accesible y parte real de la ciudad. Nos quedan maravillosas obras que serán parte de nuestra cultura por siempre" dijo.
La cultura venezolana perdió a uno de sus grandes bastiones
Testimonios de amistad, solidaridad, gratitud y reconocimiento a su trabajo se sintieron entre distintos sectores carabobeños.
Elis Mercado, presidente del Ateneo de Valencia y ex rector de la UC, afirmó que la cultura valenciana, carabobeña y venezolana ha perdido a uno de sus grandes bastiones. "Si algo puede definir a Wladimir Zabaleta fue su gran sensibilidad, espíritu creativo, solidaridad humana y fe profunda en el ser humano y en el arte como una vía de redención del hombre. Quienes lo conocimos y supimos de sus orientaciones, comentarios, críticas y aportes, sabemos lo que hemos perdido".
"Ojalá que la sociedad valenciana haya valorado el tránsito vital de Wladimir. Un tránsito enriquecedor, un hombre que nos acompañó a los del Ateneo en esta lucha tenaz, persistente y a veces porfiada por mantener en alto los valores de la creatividad, creación, reflexión, crítica y libertad".
Consideró que además de ser un gran artista y promotor del arte y la cultura, era consecuentemente un ciudadano cultural.
Lunes Rodríguez, director de la Galería Universitaria "Braulio Salazar", consideró que Wladimir Zabaleta es el último gran maestro que queda en Valencia. "La categoría de maestro no es solamente saber pintar, dibujar o esculpir. Un maestro es un docente y un gran reproductor del conocimiento, y hasta sus últimos días estuvo trabajando en nuevos proyectos".
Gustavo Urriola, quien fue director general de la Alcaldía durante la gestión del ex alcalde Francisco "Paco" Cabrera, recordó que Wladimir fue una persona muy allegada, con quien desarrolló desde hace muchos años una amistad conjuntamente con "Paco".
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