La historia de Frida Añez en Carabobo a partir de 1950

Este blog nos narra la historia de una mujer que marcó de forma única la cultura en Valencia, Estado Carabobo entre 1950 y 2000

15 de noviembre de 2014

Una generación que desde una u otra orilla en plena década de los 50/60 constituyeron las "mentes culturales" que fundaron los gremios de críticos de artes plásticas, las instituciones que impulsaron las artes y como en el caso de Frida Añez, que financiaron en silencio, muchos de esos procesos haciéndolos posibles...

Notitarde 15 de noviembre del 2014
Daniela Chirinos Arrieta ("Confabulario")

Perán Erminy, investigador, crítico de arte y defensor de la cultura

El Ateneo todavía se puede rescatar  

A Perán Erminy  (Barcelona,Edo. Anzoátegui, ​​1929) le tomó por sorpresa saber que en la 15ª Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo (Filuc) le rendirían un homenaje, pues a pesar de que la directiva de este encuentro literario, consideró muy merecido el reconocimiento, para él todo ocurrió cuando ya no tenía tiempo de intervenir, en el sentido de evitarlo , así que he aceptado con muchísimo gusto .

Con más de ocho décadas de vida a cuestas y una respetada carrera como profesor universitario, investigador y crítico de arte, Perán Erminy sigue siendo el hombre que antepone los intereses colectivos a los particulares, al punto que la primera exposición individual (también es pintor) la realizó en 2011, cuando cumplió 80 años.

Su confrontación con el público la hizo a través de colectivas, eso sí, éstas tenían un fin específico, como cuando se sumó, por ejemplo, al evento para recoger fondos a beneficio de los artistas e intelectuales que venían huyendo de los gorilas del sur, eso lo hizo la Galería Viva México. Llegaban hambrientos y enfermos, había que atenderlos , dice.

Y es que, desde muy joven recorrió el país buscando a esos personajes que dedicaban su vida a crear nuevos factores del arte, a divulgar su obra, enriqueciendo la cultura y memoria de la nación. De hecho, hubo una época en que era él quien hacía agasajos a viejos maestros desconocidos, principalmente del interior del país. Así, a punta de acumular kilómetros de carreteras, se forjó una respetada trayectoria como promotor cultural, defensor del patrimonio artístico venezolano y difusor de las tradiciones locales.

Al Ateneo había que lucharlo

Siempre fue muy cercano a Valencia y su movimiento cultural, tanto que, en esos días de apogeo artístico, de consolidación del Salón Arturo Michelena, venía al menos una vez a la semana. Desde que se creó ha sido la referencia, la medida, de la plástica nacional. Además, le dio el prestigio a Valencia, convirtiéndola en referente de las artes venezolanas . Por eso, se suma a la larga lista de los que rechazan la toma del Ateneo de Valencia en 2008, sede original de este prestigioso evento. Ése fue un momento muy triste, porque se dividió el Salón , comenta.

Sin embargo, lejos de amilanarse y quedarse entre lamentos, afinca que al Ateneo de Valencia había que reclamarlo completo, su colección y la infraestructura, había que luchar por él, porque el Salón (Arturo Michelena) es el Ateneo, se podía negociar . Y más aún, confía en que todavía se puede rescatar .

Hechos como éste se repitieron con otros museos del país, y resulta que esas edificaciones no pertenecen a un partido, a los militares, nos pertenece al país . De ahí que considere que fue un error garrafal de parte de la comunidad de artistas decir: No importa, así sea en la calle montamos el Salón, dejando que se quedaran con la sede del Ateneo , comenta.

- Entonces, ¿qué le sugeriría a los artistas carabobeños que hicieran por el Ateneo de Valencia?

- A mi no me gusta estar dándole instrucciones a la gente, además pocas veces concuerdo con las cosas que van en curso. Pero sí me parece que los artistas se han quedado un poco rezagados, resignados. Aunque es verdad que ahora están despertando, y el tema principal de sus trabajos podría estar insertado en la situación general del país, esto una forma de protestar, de criticar, ése debe ser el compromiso.


La salida de Sofía Ímber del Macc

La situación del Ateneo de Valencia le hace recordar cuando en cadena nacional, se anunció la salida de Sofía Ímber de la directiva del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (Macc). Yo sentía que esa burla no era contra Sofía Ímber sino contra todos los que hacemos artes, me sentí agredido .

Pensé: Uno tiene que imponer el respeto que se merece la cultura , pero los artistas dejaron pasar todo esto. No le dimos lugar a la guerra, cierto. Y lo principal es no dejar que nos polaricen, pero hay que dejar claro que queremos otro tipo de mundo, otro tipo de país , eso sí, sin prestarnos a su lucha respondiendo insultos .

Por otro lado, recuerda que la vida continúa y hay que seguir ocupándose de los libros, las artes, la poesía, no dejar que todo esto quede de lado mientras nos enferma el poder .


Filuc es ejemplo

del país que necesitamos

Hablando de la literatura, saca a relucir la buena impresión que le dejó su visita a la Filuc. La Filuc se convirtió en un bálsamo. Al entrar, uno se olvida de los momentos y lo problemas graves que atraviesa el país, todo es compartir, amabilidad y alegría .

- Pero Filuc no debería ser solo un respiro al ajetreo que nos rodea. Al contrario, así es el país que necesitamos, de encuentro, de descubrir novedades, de fomentar la cultura, añade.


Cultura en tiempos de guerrilla

Y es que, Perán Erminy es parte de esa generación que fundó los gremios de críticos de artes plásticas, cine, entre otros, que se forjó en plena década de los 50 y 60. Tiempo de guerrillas y subversión. En esos años, también surgieron las mentes culturales cuenta- como si se tratara de la misma violencia actuando desde distintos frentes, incluso a veces hubo un acercamiento .

- Muchos estábamos renovando las artes, pero al mismo tiempo estábamos renovando el país, pertenecíamos a los movimientos juveniles transformadores, nuestros lemas eran: Cambiar la vida, cambiar al mundo, y creíamos que eso era muy fácil, que estaba a la vuelta de la esquina y había que darse las manos, pero la realidad se volteó contra nosotros y nos aplastó, pero algo se logró y esto siempre entra en la dinámica de los pueblos, reconoce.

Los grupos Sardio y El techo de la ballena son ejemplo del trabajo mancomunado a favor de la cultura de esos días. Andaban de pueblo en pueblo, viendo las tradiciones perdidas, olvidadas. Las íbamos reivindicando para traerlas a Caracas, hacíamos lo posible por defender esas obras, así descubrimos nuestro pasado en gente viva y otros muertos .

Pero, rendir homenajes en plena época de guerrillas como a José Antonio Ramos Sucre era un conflicto. Nos acusaban de pierden el tiempo con la poesía en lugar de andar con un fusil echando plomo como es el deber de los jóvenes . A esto respondían: Nuestra revolución se hace con y a través de la poesía para transformar al ser humano . Pero seguían acusándolos de usar esto de pantalla para tapar la falta de coraje, y la verdad es que mientras unos planteaban la violencia y la muerte, nosotros planteábamos poesía , cuenta.

Sospechoso por naturaleza

En esos días -cuenta- el artista, el intelectual era un sospechoso por naturaleza y llevar un libro debajo del brazo era peor que llevar una ametralladora, uno se vuelve el enemigo.

A lo que añade: Para una mentalidad cuartelaria, un libro debajo del brazo es un peligro y hay que evitarlo. Ése era el cuadro de mi época, pero defender el patrimonio, las tradiciones, era una obligación, sobre todo en los pueblos .

Primero indio cariña después venezolano

Ese ímpetu innato por defender las raíces culturales venezolanas, puede que le venga de sus orígenes a saber: nació en Barcelona (Edo.Anzoátegui) aunque la partida de nacimiento registrada dice: Carúpano. En todo caso dice con orgullo que procede de "una familia de intelectuales y de tradiciones, incluso, de la subversión contra los caudillos".
Asi comienza a explicar el origen de su nombre: "Mi papá se llamaba Pedro Antonio Erminy, que en Oriente los llaman "Perán"... Era un hombre conocido que hasta Andrés Eloy Blanco habló de él en sus poemas"
Su mamá se llamó Belén Carrasquel, de una familia de "personajes curiosos" como su abuela Cleudina
Baruta de Carrasquel, una india cariña, que le cantaba en el dialecto de esa etnia para dormirlo, "por eso digo que primero fui un indio cariña y después venezolano".

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